Llega una joven donde un policía y le dice con tremenda cara:
- Policía, policía, un hombre acaba de besarme aquí en la calle.
- Cálmese, señorita y dígame, ¿Cómo era el sujeto ese?
- Ay, no sé, no le vi la cara.
- ¡Vamos, señorita! ¿Cómo es posible que no le haya visto la cara al atrevido ese?
- Ay señor policía, es que siempre que me besan cierro los ojos.