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Wilas

Una breve reflexión acerca de la Fecundación in Vitro en el país. (Opiniones)

La fecundación in vitro (FIV), ha sido centro de gran polémica en los últimos años en nuestro país, llegando a una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que llevó a una aprobación a regañadientes del procedimiento en el país (vía Decreto Ejecutivo 39210), este se toma per se como un bien para las personas, como parte de las técnicas de reproducción asistida, parece ser evidente, es algo que se debe aceptar, nuestra posición con respecto al resto del mundo refuerza esta idea, pero, ¿Realmente esta técnica puede tomarse como dada tan fácilmente? ¿Su aceptación global implica su valía ética y en términos de salud, dejando de lado la reflexión y la crítica? No podemos dejar que un tema tecnológico atente de tal manera en contra de lo que define el valor de una vida humana, única, irrepetible, irreemplazable, si no defendemos esto; ¿Qué evitará que caigamos en una devaluación de nuestras vidas?

Se puede calificar de moralista y retrógrada, pero nos atrevemos a defender una posición en contra de la FIV. No se partirá del acostumbrado discurso por su prohibición desde discursos religiosos o del vulgo “poco informado”, se hará desde un punto de vista laico, crítico y reflexivo haciendo un análisis de la situación desde diferentes puntos éticos. La discusión ha sido dirigida por tres grupos: los liberales, llevados por la corriente mainstream de aceptación [debemos porque los demás lo hacen, sin cuestionarlo], faltos de análisis crítico, quienes bajo el peso de una tendencia de apoyo, se dejan llevar por lo que los demás hacen, buscando aceptación. Los conservadores religiosos que dándole trascendencia divina a un asunto de afectación real, quienes valoran una concepción moral de la vida más que la vida misma (se reduce a un asunto de defender una ideología); y los padres, quienes víctimas de la frustración y la ansiedad, no pueden ver cómo su posición atenta contra aquello de lo que tanto anhelan, dejan de lado un tema de importancia para todos; cumplir su deseo no debe estar nunca sobre cómo entendemos y valoramos nuestra humanidad. estos argumentos tan poco reflexivos han dejado de lado verdaderamente importante de la discusión, perdiéndose en un laberinto conceptual entre lo que es y no es persona, igualando el valor de la vida, en ambos casos esto al cargar con la frustración de las parejas infértiles. Estas discusiones parcializadas no pueden guiar la justificación del tema, aun siendo participantes como los padres o totalmente ajenos a la práctica como los religiosos, sus inclinaciones no permiten tener una visión amplia para la toma de una decisión tan importante.

¿De dónde se genera toda esta frustración? Hasta ahora la hemos asociado con el acceso o no al procedimiento, pero tras de esto, existe un “mandato social” que procura el descontento de las parejas. ¿Por qué es tan importante tener nuestros propios hijos? Un argumento que se les ha dado a las parejas que acceden a Técnicas de Reproducción asistida, ha sido la adopción. No obstante, este mismo argumento se le podría dar a cualquier pareja sin importar sus posibilidades de reproducción con la misma obligación moral, nos abre este escenario tan interesante: en nuestra sociedad racista, elitista y sexista, la relación genómica entre padres e hijos procura un objetivo de vida, una razón para estar orgullosos. Forma parte de esto lo que las feministas definen esto como conditioned motherhood, la fijación de que el ser madre es condición necesaria para un vida completa, lo mismo pasaría con los padres, que bajo la frustración de no poder cumplir esta “meta”, arriesgan a sus parejas a los efectos nocivos que puede tener la FIV, siendo así que estas técnicas y la frustración que puede generar efectos negativos directos en las personas.

La repetición de ciclos y los procedimientos para la extracción de óvulos, debido a las bajas tasas de éxito (entre 25% y 30%), tienen efectos negativos tanto física como psicológicamente en las mujeres sometidas al tratamiento, debido a los cambios hormonales y la ansiedad ante la efectividad o no del tratamiento, y en el caso que sea efectivo, deben recibir constantes inyecciones de progesterona hasta el doceavo semana de embarazo. El procedimiento FIV, incrementa las posibilidades de un embarazo ectópico, el cual se produce cuando el cigoto se implanta fuera del útero (usualmente en las trompas de falopio), lo que hace no viable el embarazo y se debe remover mediante medicamentos o cirugía, así como de abortos espontáneos y partos múltiples. Existe evidencia de que el riesgo de malformaciones sea del doble con respecto a los embarazos naturales. Los embarazos de FIV tienen una tasa mucho mayor de cesáreas, las cuales son más riesgosas que el parto natural. ¿Cómo podrán valorar una nueva vida si no lo hacen con la propia sometiéndose a estos peligrosos procedimientos?
Debemos tomar en nuestras manos la discusión, dejando de lado las presiones externas. Muchas afirmaciones erróneas han sido de aceptación general, es por esto que debemos defender el valor de nuestras vidas y de las que vendrán más adelante. No solamente el significado de la vida simbólica nos debe preocupar (cómo han hecho los sectores religiosos), sino también el de la vida ya existente, jamás valdrá la pena arriesgar una vida humana por satisfacer un deseo fruto de la frustración.

No se debe aceptar la idea de que la vida de un humano desarrollado tenga el mismo valor que la de un organismo humano, este ha sido un argumento absurdo en contra de diversos procedimientos. Desde el punto de vista de desarrollo cerebral y emocional es incongruente hacer esta comparación. No obstante, esta distancia se ha exagerado entre los que apoyan las Técnicas de reproducción asistida,no a un mismo nivel, pero, estos organismos tienen valor en su vida, no de manera propia como un humano, sino en su potencial desarrollo como uno, los humanos viven, los organismos humanos son la raíz de la vida. Por esta razón técnicas como la FIV ponen en riesgo el valor de la vida al obviar esta relación, el principio de la vida humana pasa a ser un instrumento de laboratorio, la reproducción un procedimiento artificial, los hijos pasan de ser fruto del amor de los padres a ser producto de la frustración de estos.

El Decreto Ejecutivo 39120 del 10 de septiembre del 2015 (que la corte obligó a aprobar este año) en su artículo 4 se reconoce la forma heteróloga de la FIV, es decir, abre la puerta a la donación de células sexuales de un tercero, esto abre el posible desarrollo de un mercado de donantes (sea de esperma u óvulos) para estos procedimientos. Esto implica tanto los peligros a los que se someten las mujeres que venden óvulos (sea a un mercado legal o clandestino), como el detrimento del valor de los organismos humanos, debido a las prácticas eugenésicas que podrían implicar ¿Es éticamente y moralmente correcto definir un valor de mercado inferior o superior de los gametos humanos con respecto a sus características? Se reconoce la posibilidad de donar células reproductivas, sean óvulos o espermatozoides, para procrear, a favor de las personas destinatarias de este Decreto. (Art. 5) así como el Artículo 17: Los óvulos fecundados no transferidos en un mismo ciclo serán preservados para futuros ciclos reproductivos de la pareja o mujer beneficiada, o bien para ser donados. No sería realmente posible vigilar procedimiento por procedimiento que tras la “donación” de uno o varios gametos, exista una venta, que además, en ningún lugar del decreto se prohíbe explícitamente.

El peso de un procedimiento aceptado casi en todo el mundo ha caído sobre nuestro país en los últimos años, junto con la debilidad de los argumentos conservadores, han desviado la discusión; dejando de lado todo lo que hemos expuesto, sin tomar en cuenta las implicaciones sociales, psicológicas y de salud a los involucrados, es muy sencillo tomar una posición de “todos los demás los hacen”, sin antes analizar las consecuencias de un procedimiento como el FIV. Se nos ha impuesto a la fuerza, por parte de organismos internacionales la aprobación de este, y en general, parece obvio aceptar que “beneficia” a muchas parejas, pero, tomando en cuenta estos perjuicios, los invito a reflexionar de manera un poco más profunda con respecto al tema, ¿Qué es lo que da valor realmente a una vida humana? ¿Qué nos impulsa al deseo de tener descendencia? ¿Realmente debemos aceptar este procedimiento en el país?
 
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