Es increíble el poco sentido común de ese jugador al decir que sólo quiso espantarla, pero le metió semejante patada. Lo peor es que leí en un periódico serio, que la hija del futbolista con un lenguaje que daba pena, defendió la acción de su padre, diciendo que los colombiananos habían tirado al campo de juego a la lechuza, para que perdieran el juego y que si su papá había pateado al pobre animalito, era porque se lo merecía por "estorbar". Indignante.