Trato en este sencillo aporte presentar en forma breve y simple los conceptos de causa y efecto, sin entrar en detalles de la doctrina y tratadistas que los respaldan. No soy filósofo, pero me encanta esa disciplina.-
LA LEY DE CAUSA Y EFECTO
El presente es efecto del pasado y podremos entenderlo si estudiamos su causa en el pasado
Conciente o inconciente, cada intención, cada pensamiento, cada gestión, los precede una causa.
Cada cosa que sembramos, luego cosechamos. Es un sistema de premios y castigos que tiene la naturaleza, que va guiando de esta manera nuestra conducta hacia la perfección.
La cosecha está presidida de la siembra, buena siembra buena cosecha. Es un régimen de correctivos y recompensas con el que la naturaleza nos guía hacia la perfección.
Numerosos echan de menos esta ley, se niegan a creerla y no aceptan su verdad ni que sus acciones tengan su consecuencia justa, aunque la estén viviendo en carne propia; creen que lo que les sucede no tiene ninguna relación con su conducta pasada, lo que les ocurre ahora obedece a la casualidad, al azar o la mala suerte.
Toda acción, por insignificante que sea o nos parezca, ocasiona una reacción en el Universo. Venimos del ayer, y psicológicamente, según nuestro comportamiento de hoy, material o emocional, así será nuestro futuro.
Somos seres libres. Podemos elegir que hacer con nuestros actos. Consecuentemente, podemos moldearnos nuestro futuro. De ser cierto esto, el ser humano estaría en condiciones de visualizar su futuro apoyado en las decisiones que tome hoy.
Cuidándose de actitudes inconvenientes y actuando en forma correcta, evitando el daño, las molestias con la palabra a los demás, no omitiendo lo que se debe hacer, por obligación o cortesía, logramos que nuestra vida sea excelente y exitosa. Los buenos resultados provienen de las buenas acciones que realicemos y fomentemos en nuestro diario vivir.
Pensamos que lo que nos sucede es desagradable, ingrato, doloroso, es injusto, porque fácilmente olvidamos lo que hacemos en el pasado, no está en nuestra memoria conciente: puede ser que los eventos hayan sido hasta inconscientes.
La ley de causa y efecto influye siempre en nosotros, no obstante, no se le da la importancia que tiene y se piensa en que no se está sujeto a ella.
Aquí estamos por el concurso de nuestros padres, de su material genético; lo que comemos nos afecta de una o de otra forma, la pérdida del familiar me afecta y al grupo familiar, y quizás a muchos otros, fruto de las relaciones sociales.
En esta vida recibimos de lo que damos, si es amor, alegría, felicidad, nuestros semejantes nos darán lo mismo. El sembrador cosecha de lo que siembra.
Los deseos causan intenciones, las intenciones conforman nuestros actos, que según sean así será nuestro destino. Es muy importante no vivir en forma instintiva, hay que ser conciente de todos nuestros actos y manejar nuestro libre albedrío apropiadamente.
Si se padece de mal humor y si se es agresivo, únicamente si se toma conciencia de ese estado de ánimo se puede cambiar, y así también su destino.
Como autobservador, la conciencia adquiere el mando y podemos dirigir nuestra vida hacia donde queremos. Cambiando la manera de actuar conciente se puede cambiar la vida, pues esclavos somos de condicionamientos.
Es en las crisis que el hombre sufre que tiene la oportunidad de cambiar, porque si le va bien en todo nunca cambiará. La adversidad permite cambiar de rumbo y crecer, lo que parece paradójico, porque aporta beneficio.
Para el que no cree en la Ley de Causa y Efecto, préstele atención a los acontecimientos, propios y ajenos, y se dará cuenta si funciona: El atropello precede al atropellado, la siembra a la cosecha, el cazador a la presa, los padres a los hijos,
En esta materia no al azar. Trate de descubrir la causa que subyace en sus actos.
LA LEY DE CAUSA Y EFECTO
El presente es efecto del pasado y podremos entenderlo si estudiamos su causa en el pasado
Conciente o inconciente, cada intención, cada pensamiento, cada gestión, los precede una causa.
Cada cosa que sembramos, luego cosechamos. Es un sistema de premios y castigos que tiene la naturaleza, que va guiando de esta manera nuestra conducta hacia la perfección.
La cosecha está presidida de la siembra, buena siembra buena cosecha. Es un régimen de correctivos y recompensas con el que la naturaleza nos guía hacia la perfección.
Numerosos echan de menos esta ley, se niegan a creerla y no aceptan su verdad ni que sus acciones tengan su consecuencia justa, aunque la estén viviendo en carne propia; creen que lo que les sucede no tiene ninguna relación con su conducta pasada, lo que les ocurre ahora obedece a la casualidad, al azar o la mala suerte.
Toda acción, por insignificante que sea o nos parezca, ocasiona una reacción en el Universo. Venimos del ayer, y psicológicamente, según nuestro comportamiento de hoy, material o emocional, así será nuestro futuro.
Somos seres libres. Podemos elegir que hacer con nuestros actos. Consecuentemente, podemos moldearnos nuestro futuro. De ser cierto esto, el ser humano estaría en condiciones de visualizar su futuro apoyado en las decisiones que tome hoy.
Cuidándose de actitudes inconvenientes y actuando en forma correcta, evitando el daño, las molestias con la palabra a los demás, no omitiendo lo que se debe hacer, por obligación o cortesía, logramos que nuestra vida sea excelente y exitosa. Los buenos resultados provienen de las buenas acciones que realicemos y fomentemos en nuestro diario vivir.
Pensamos que lo que nos sucede es desagradable, ingrato, doloroso, es injusto, porque fácilmente olvidamos lo que hacemos en el pasado, no está en nuestra memoria conciente: puede ser que los eventos hayan sido hasta inconscientes.
La ley de causa y efecto influye siempre en nosotros, no obstante, no se le da la importancia que tiene y se piensa en que no se está sujeto a ella.
Aquí estamos por el concurso de nuestros padres, de su material genético; lo que comemos nos afecta de una o de otra forma, la pérdida del familiar me afecta y al grupo familiar, y quizás a muchos otros, fruto de las relaciones sociales.
En esta vida recibimos de lo que damos, si es amor, alegría, felicidad, nuestros semejantes nos darán lo mismo. El sembrador cosecha de lo que siembra.
Los deseos causan intenciones, las intenciones conforman nuestros actos, que según sean así será nuestro destino. Es muy importante no vivir en forma instintiva, hay que ser conciente de todos nuestros actos y manejar nuestro libre albedrío apropiadamente.
Si se padece de mal humor y si se es agresivo, únicamente si se toma conciencia de ese estado de ánimo se puede cambiar, y así también su destino.
Como autobservador, la conciencia adquiere el mando y podemos dirigir nuestra vida hacia donde queremos. Cambiando la manera de actuar conciente se puede cambiar la vida, pues esclavos somos de condicionamientos.
Es en las crisis que el hombre sufre que tiene la oportunidad de cambiar, porque si le va bien en todo nunca cambiará. La adversidad permite cambiar de rumbo y crecer, lo que parece paradójico, porque aporta beneficio.
Para el que no cree en la Ley de Causa y Efecto, préstele atención a los acontecimientos, propios y ajenos, y se dará cuenta si funciona: El atropello precede al atropellado, la siembra a la cosecha, el cazador a la presa, los padres a los hijos,
En esta materia no al azar. Trate de descubrir la causa que subyace en sus actos.