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Toda filosofía no es un explicar la vida. El analizar discurrir y desintegrar la vida en corrientes filosóficas y así creer que hemos agarrado a la verdad solo para descubrir que se escurre como la arena entre los dedos, pero no por eso, la mano indiferente a su error deja de apretar como si todavía tuviera algo agarrado. Cuando sabe que ya no hay nada. La filosofía no es sino un escapar de la vida, el filósofo es primero hombre, y lo humano no se escapa de lo humano.
El dolor es lo que une a los hombres, más aun que el amor, es el dolor lo que es común a todos. Si me golpeo el dedo con un martillo lo que surgirá será un grito de dolor, no importa si era el dedo de un rey o de un mendigo de un intelectual o de un carpintero. Es pues el dolor el lazo que identifica a un hombre son su hermano al otro lado del mundo, y el dolor no es racional sino que es el mas puro de los sentimientos, yo lloro tu lloras nosotros lloramos etc.…porque no yo rió tu ríes nosotros reímos? Simplemente porque no siempre yo rió ni tu ríes ni nosotros reímos, pero donde sea que se dirija el hombre a través de la tierra en cualquier lugar hay un hombre que sufre.
Ese es el factor que generaliza a todos independientemente de su visión de la vida no hay nadie que no halla derramado una lagrima o mas de una. Son entonces todas las doctrinas filosóficas simples planteamientos para reconfortarnos y hacernos sentir cómodos?
El hombre mas que la verdad en si busca la comodidad, pues se siente mejor con una idea que sea de su mismo parecer que con una contraria que este en lo correcto, mi mentira es mía y le doy mayor valor que la verdad ajena. Comodidad y no sabiduría es lo que esta en la cima de la montaña de la filosofía. Toda filosofía proviene no de la curiosidad ni del asombro de lo que nos rodea sino mas bien de la agonía innata de reconocer que existimos sin saber para que. Esta agonía y la búsqueda de la respuesta a esta eterna pregunta es el origen de la filosofía en general, que sirve para consolarnos de nuestro dolor perenne de sabernos ignorantes de nuestro propio propósito si es que lo hay. La filosofía como consolación de la vida y no como explicación de la misma es la regla general en el pensamiento humano. Como hay hombres que ahogan sus penas en el alcohol, así hay hombres que se emborrachan de filosofía y religión para adormecer al grado máximo sus inquietudes respecto a su propia existencia.
¿No hay acaso filosofías que aceptan el dolor y la vida sin querer huir de la agonía del ser? Claro que las hay, pues todo hombre en alguna situación de su vida ha tenido este dilema shakesperiano de ser o no ser, ese es el maldito problema. Hay dos tipos de filosofías, las que nos adormecen y las que nos despiertan.
La primera esta ligada a aceptar que el mundo es como es, a dar respuestas fáciles a las cuestiones que nos atormentan con el simple hecho de decir que no se debe tratar de entender lo que no estamos hechos para entender, esta filosofía es la de los hombres sumisos, de los esclavos de su propio miedo, te dicen que las cosas son como son por una razón pero te aconsejan no indagar en cual es la razón. Ahora se presenta un segundo problema que es común en las dos ramas de filosofía, tanto como la verdadera filosofía como en la filosofía de los sumisos, en las dos se necesita indagar y examinar y por lo tanto pensar y cuestionarse.
Esto es un arma de doble filo ya que reflexionar sobre la vida es necesario en cuanto apliquemos lo descubierto al momento de vivir, pero si nos perdemos en reflexiones filosóficas por el simple hecho de filosofar entonces la filosofía se convierte en una carga mas, en otra droga que trabaja en contra de la pureza de vivir, pues vive mejor un hombre sin cuestionarse que uno que se cuestione solo para que sus pensamientos divaguen sin dar frutos. ¿Como se reconoce la filosofía verdadera de la que simplemente nos contenta sin importar nuestro verdadero estado? Como todo en la vida es algo muy personal y requiere juicio y razón ligado con experiencia de vida, pero mas que todo por nuestro propio deseo de no dejarnos engañar y con la firme decisión de buscar la verdad incansablemente sin huir del dolor, pues son mas las veces que saldremos victoriosos si aceptamos el dolor que las que encontraremos alivio temporal en aceptar como medicina y arreglo a nuestras inquietudes a aquello que no lo es, solo por el hecho de que apaga en nosotros esa vocecilla que nos incita desde el fondo de nuestro ser a encontrar un sentido a nuestra vida. Encontrarle un sentido aunque no lo tenga. Si, así es, encontrar un propósito y si no existe tal propósito en la vida, entonces crearlo de nuestras propias lagrimas. Pues es el crear algo de nada la cualidad distintiva de los dioses, y por lo tanto de los hombres hechos a imagen y semejanza de Dios. Ahora dirán ¿pues no es lo mismo aceptar la mentira para sentirnos felices y tranquilos aunque no sea verdad a crearnos nuestro propio sentido? No, no es lo mismo. Ya que el que se deja sedar por las miles de corrientes que pregonan esa tranquilidad de muerte, ese sosiego pacifico solamente en la superficie no están aceptando la vida como carente o no de significado sino que al aceptar lo que los tranquiliza se han rendido a continuar en su búsqueda o a crear su propio sentido y aceptan como real y verdadero no lo que podría serlo por demostraciones racionales sino lo que les da mas sosiego, pero no quiero dejar afuera al que decide creer porque nada hay malo en creer aun sin pruebas, pero creer de forma que podamos decir “creo en esto o aquello sin saber si esa es la verdad definitiva pero he decidido creerlo y es mi decisión, y soy responsable y conciente de que aunque pueda no ser verdad es mi verdad porque lo he decidido” ¿en que se diferencia esto de aceptar cualquier otra doctrina de las que aquí hemos calificado como dañinas para el hombre? Pues en que escoger nuestra verdad no calma nuestros dolores existenciales ni busca huir de ellos sino que nos reafirma como hombres creadores de nuestro propio destino sin sacarnos la lanza del acostado ni fingir que no esta ahí sino que nos atraviesa aun mas profundo. Mientras que la falsa filosofía al darnos respuestas inmediatas busca privarnos de esta agonía existencial que es la vida en todo momento, entonces nos arrebata también la oportunidad de ser hombres creadores, hombres que reconocen en si mismos su potencial humano y divino de ser con sentido o de ser aun sin otro sentido que el que ellos mismos se han creado. Y al crearnos un sentido a la existencia estamos reafirmando nuestro ser estamos diciéndole a Dios o al universo indiferente, “ Aquí estoy, sufro, pero sigo viviendo, creando mi razón y mi propósito, que si hay Dios entonces solo le quedara admirarse de su creación y si no lo hay, al crear nuestra razón de ser, nuestro “para que”, hemos dado la batalla titánica en contra de la ultima y mas dolorosa injusticia, sin pedir alivio sino como hombres reconociendo en nosotros mismo la capacidad de sobrellevar la mas pesada de las cargas, nuestra vida.”
Ahora la otra clase de filosofía, la filosofía que inquieta, como todas las cosas en nuestra vida son las que nos perturban las que nos mueven a actuar, a cambiar, a reflexionar para hacer y ser, no solo reflexionar como ejercicio mental, la que en vez de darnos respuesta nos deja el sentimiento de no tener la verdad completa y nos punza en los costados incrementando nuestras inquietudes, como la lanza clavada que incrementa nuestro dolor y nos da el golpe de gracia. En esta cruz que es el existir no hay que rogar por el vinagre sino sentir a fondo los clavos que penetren mas adentro en el alma.
*reflexion sobre la bondad
*(Muchos rechazan la noción de alma como tal, pero no estoy aquí para discutir sobre la inmortalidad o no del alma sino sobre la vida terrenal, la vida donde se bebe, donde se come, donde se llora y se ríe, donde morimos, a veces los buenos mucho antes que los malos, pero nunca en peores condiciones y es un requisito del fuerte ser bueno, y del bueno ser fuerte, y no solo fuerza física sino fuerza de animo, de corazón y de mente. Solo el que puede reconocer en si la fuerza para hacer daño encuentra la honestidad y claridad para no usar sus circunstancias en contra de lo que es justo, porque la debilidad se cultiva, al igual que la fuerza y “la fuerza no es mas que una casualidad nacida de la debilidad de los otros” como dijera Joseph Conrad, por lo tanto ser bueno es una decisión de ser justo, porque el que es pacifico a causa de su propia debilidad y en contra de sus propios deseos es mas indigno que el que es malo por decisión, pero el que es bueno sabiendo que podría ser malo si así lo deseara pero reconoce en si su inclinación a la bondad decide concientemente cultivar u fuerza con justicia ese es el verdadero bueno.)
:-o :shock: :shock: :shock: :shock: 8) :???: :???: :???: :???: :???: :???: :???: :???: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: Toda filosofía no es un explicar la vida. El analizar discurrir y desintegrar la vida en corrientes filosóficas y así creer que hemos agarrado a la verdad solo para descubrir que se escurre como la arena entre los dedos, pero no por eso, la mano indiferente a su error deja de apretar como si todavía tuviera algo agarrado. Cuando sabe que ya no hay nada. La filosofía no es sino un escapar de la vida, el filósofo es primero hombre, y lo humano no se escapa de lo humano.
El dolor es lo que une a los hombres, más aun que el amor, es el dolor lo que es común a todos. Si me golpeo el dedo con un martillo lo que surgirá será un grito de dolor, no importa si era el dedo de un rey o de un mendigo de un intelectual o de un carpintero. Es pues el dolor el lazo que identifica a un hombre son su hermano al otro lado del mundo, y el dolor no es racional sino que es el mas puro de los sentimientos, yo lloro tu lloras nosotros lloramos etc.…porque no yo rió tu ríes nosotros reímos? Simplemente porque no siempre yo rió ni tu ríes ni nosotros reímos, pero donde sea que se dirija el hombre a través de la tierra en cualquier lugar hay un hombre que sufre.
Ese es el factor que generaliza a todos independientemente de su visión de la vida no hay nadie que no halla derramado una lagrima o mas de una. Son entonces todas las doctrinas filosóficas simples planteamientos para reconfortarnos y hacernos sentir cómodos?
El hombre mas que la verdad en si busca la comodidad, pues se siente mejor con una idea que sea de su mismo parecer que con una contraria que este en lo correcto, mi mentira es mía y le doy mayor valor que la verdad ajena. Comodidad y no sabiduría es lo que esta en la cima de la montaña de la filosofía. Toda filosofía proviene no de la curiosidad ni del asombro de lo que nos rodea sino mas bien de la agonía innata de reconocer que existimos sin saber para que. Esta agonía y la búsqueda de la respuesta a esta eterna pregunta es el origen de la filosofía en general, que sirve para consolarnos de nuestro dolor perenne de sabernos ignorantes de nuestro propio propósito si es que lo hay. La filosofía como consolación de la vida y no como explicación de la misma es la regla general en el pensamiento humano. Como hay hombres que ahogan sus penas en el alcohol, así hay hombres que se emborrachan de filosofía y religión para adormecer al grado máximo sus inquietudes respecto a su propia existencia.
¿No hay acaso filosofías que aceptan el dolor y la vida sin querer huir de la agonía del ser? Claro que las hay, pues todo hombre en alguna situación de su vida ha tenido este dilema shakesperiano de ser o no ser, ese es el maldito problema. Hay dos tipos de filosofías, las que nos adormecen y las que nos despiertan.
La primera esta ligada a aceptar que el mundo es como es, a dar respuestas fáciles a las cuestiones que nos atormentan con el simple hecho de decir que no se debe tratar de entender lo que no estamos hechos para entender, esta filosofía es la de los hombres sumisos, de los esclavos de su propio miedo, te dicen que las cosas son como son por una razón pero te aconsejan no indagar en cual es la razón. Ahora se presenta un segundo problema que es común en las dos ramas de filosofía, tanto como la verdadera filosofía como en la filosofía de los sumisos, en las dos se necesita indagar y examinar y por lo tanto pensar y cuestionarse.
Esto es un arma de doble filo ya que reflexionar sobre la vida es necesario en cuanto apliquemos lo descubierto al momento de vivir, pero si nos perdemos en reflexiones filosóficas por el simple hecho de filosofar entonces la filosofía se convierte en una carga mas, en otra droga que trabaja en contra de la pureza de vivir, pues vive mejor un hombre sin cuestionarse que uno que se cuestione solo para que sus pensamientos divaguen sin dar frutos. ¿Como se reconoce la filosofía verdadera de la que simplemente nos contenta sin importar nuestro verdadero estado? Como todo en la vida es algo muy personal y requiere juicio y razón ligado con experiencia de vida, pero mas que todo por nuestro propio deseo de no dejarnos engañar y con la firme decisión de buscar la verdad incansablemente sin huir del dolor, pues son mas las veces que saldremos victoriosos si aceptamos el dolor que las que encontraremos alivio temporal en aceptar como medicina y arreglo a nuestras inquietudes a aquello que no lo es, solo por el hecho de que apaga en nosotros esa vocecilla que nos incita desde el fondo de nuestro ser a encontrar un sentido a nuestra vida. Encontrarle un sentido aunque no lo tenga. Si, así es, encontrar un propósito y si no existe tal propósito en la vida, entonces crearlo de nuestras propias lagrimas. Pues es el crear algo de nada la cualidad distintiva de los dioses, y por lo tanto de los hombres hechos a imagen y semejanza de Dios. Ahora dirán ¿pues no es lo mismo aceptar la mentira para sentirnos felices y tranquilos aunque no sea verdad a crearnos nuestro propio sentido? No, no es lo mismo. Ya que el que se deja sedar por las miles de corrientes que pregonan esa tranquilidad de muerte, ese sosiego pacifico solamente en la superficie no están aceptando la vida como carente o no de significado sino que al aceptar lo que los tranquiliza se han rendido a continuar en su búsqueda o a crear su propio sentido y aceptan como real y verdadero no lo que podría serlo por demostraciones racionales sino lo que les da mas sosiego, pero no quiero dejar afuera al que decide creer porque nada hay malo en creer aun sin pruebas, pero creer de forma que podamos decir “creo en esto o aquello sin saber si esa es la verdad definitiva pero he decidido creerlo y es mi decisión, y soy responsable y conciente de que aunque pueda no ser verdad es mi verdad porque lo he decidido” ¿en que se diferencia esto de aceptar cualquier otra doctrina de las que aquí hemos calificado como dañinas para el hombre? Pues en que escoger nuestra verdad no calma nuestros dolores existenciales ni busca huir de ellos sino que nos reafirma como hombres creadores de nuestro propio destino sin sacarnos la lanza del acostado ni fingir que no esta ahí sino que nos atraviesa aun mas profundo. Mientras que la falsa filosofía al darnos respuestas inmediatas busca privarnos de esta agonía existencial que es la vida en todo momento, entonces nos arrebata también la oportunidad de ser hombres creadores, hombres que reconocen en si mismos su potencial humano y divino de ser con sentido o de ser aun sin otro sentido que el que ellos mismos se han creado. Y al crearnos un sentido a la existencia estamos reafirmando nuestro ser estamos diciéndole a Dios o al universo indiferente, “ Aquí estoy, sufro, pero sigo viviendo, creando mi razón y mi propósito, que si hay Dios entonces solo le quedara admirarse de su creación y si no lo hay, al crear nuestra razón de ser, nuestro “para que”, hemos dado la batalla titánica en contra de la ultima y mas dolorosa injusticia, sin pedir alivio sino como hombres reconociendo en nosotros mismo la capacidad de sobrellevar la mas pesada de las cargas, nuestra vida.”
Ahora la otra clase de filosofía, la filosofía que inquieta, como todas las cosas en nuestra vida son las que nos perturban las que nos mueven a actuar, a cambiar, a reflexionar para hacer y ser, no solo reflexionar como ejercicio mental, la que en vez de darnos respuesta nos deja el sentimiento de no tener la verdad completa y nos punza en los costados incrementando nuestras inquietudes, como la lanza clavada que incrementa nuestro dolor y nos da el golpe de gracia. En esta cruz que es el existir no hay que rogar por el vinagre sino sentir a fondo los clavos que penetren mas adentro en el alma.
*reflexion sobre la bondad
*(Muchos rechazan la noción de alma como tal, pero no estoy aquí para discutir sobre la inmortalidad o no del alma sino sobre la vida terrenal, la vida donde se bebe, donde se come, donde se llora y se ríe, donde morimos, a veces los buenos mucho antes que los malos, pero nunca en peores condiciones y es un requisito del fuerte ser bueno, y del bueno ser fuerte, y no solo fuerza física sino fuerza de animo, de corazón y de mente. Solo el que puede reconocer en si la fuerza para hacer daño encuentra la honestidad y claridad para no usar sus circunstancias en contra de lo que es justo, porque la debilidad se cultiva, al igual que la fuerza y “la fuerza no es mas que una casualidad nacida de la debilidad de los otros” como dijera Joseph Conrad, por lo tanto ser bueno es una decisión de ser justo, porque el que es pacifico a causa de su propia debilidad y en contra de sus propios deseos es mas indigno que el que es malo por decisión, pero el que es bueno sabiendo que podría ser malo si así lo deseara pero reconoce en si su inclinación a la bondad decide concientemente cultivar u fuerza con justicia ese es el verdadero bueno.)
