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Contra Intrusos de la Farándula
Por Yuri Jiménez
Diez motivos para odiar a Intrusos de la Farándula.
1) Porque de entrada lograron bajarle el piso a la ya vilipendiada calidad de la televisión espectaculera nacional de los últimos lustros. Es que debemos decirlo, fue la globalización la que metió a las salas de nuestras casas a una buena parte de advenedizos, mozotes, bombetas y hasta terroristas del micrófono que hoy nos harían la vida de cuadritos si no fuera por el bendito cable. ¿Acaso alguien se quejaba en los 70’s y 80’s de los programas conducidos por figuras de verdad, como Carlos Alberto Patiño, Santiago Ferrando, Rodrigo Sánchez, Luis Fernando Crespi y los mismos Nelson Hoffman y Leonardo Perucci?
2) Porque en el arranque logró que hasta los más escépticos, esos que nos preparamos para asistir a una versión barata de la fenecida Oreja mexicana (que es mucho decir), tuviéramos que superar nuestras peores expectativas. ¿Cómo olvidar los pleitos arrabaleros de pseudomodelos que presenciamos durante minutos de nuestra vida que jamás recuperaremos?
3) Porque poco a poco nos ha ido desdibujado del imaginario erótico a aquel enigmático adonis de miel que fuera Bismark Méndez, para convertirlo en un animador de populacho con gestos y hablado de sorompón (al carajo el sex-appeal, y tan poquitos ejemplares de esos que hay ahora, ¡acharita!).
4) Porque lograron algo parecido con la que hasta hace poco era una de las modelos más nice del país, Kathryn Arbenz. Ya hasta stripper resultó. Lo peor es que ya nos acostumbramos a la nueva Kathryn. ¡Acharita 2!
5) Porque cuando han podido, se han hecho los compungidos con el mal ajeno al tiempo que meten el taladro en la herida. Entre los casos más tenebrosos está la entrevista que le hicieron a la mamá de una muchacha de zona rural que alguna vez había modelado y que se quitó la vida. Cándida y sufrida, la señora les abrió las puertas de la humilde casa e inocentemente los dejó escarbar en su dolor. Una nota sin sentido, basada en el morbo más enfermizo.
6) Porque el material para el chismerío se les acabó en semanas (ya aquello parecía un reality con las intrascendencias de las mismas viejas de siempre) y se montaron un concurso de tal calidad, que el fenecido A Todo Dar vendría a ser una suerte de exitoso ‘Mira quien baila’ de España, comparado con el esperpento del reggaeton que se armaron.
7) Porque con todo y todo, a principios de agosto, no en pocas oficinas y despachos de alta alcurnia (ya no hablemos de paradas de buses o graderías de futbol) más de uno comentaba lo conmovedora que había estado la final del mentado concurso y hasta hablaban de la ganadora con gran familiaridad: Jheomayra para aquí, Jheomayra para acá.
8) Porque de nuevo un genio ecuatoriano llamado Gastón Carreras demostró que nos sabe leer mejor de lo que nos leemos nosotros mismos y corroboró lo que tanto nos cuesta reconocer: que aunque nos queremos codear con las grandes ligas seguimos siendo un país de polos, mozotes y corrientes, que finalmente hemos terminado por darle popularidad, rating y permanencia al vulgar espacio.
9) Porque, igual que ocurrió hace años con A Todo Dar, Gastón Carreras ha logrado convertir un adefesio de programa en algo así como lo que se dice del reality de la Mansión Playboy en Estados Unidos: se ha convertido en el show que muchos aman ver… a escondidas.
10) Porque perdí los mil pesillos que aposté tras asegurar que los tales Intrusos no llegaban ni a tres meses: la criatura ya tiene seis y está tan pochotona que asusta. ¡Qué horror!
:idea:
Y como motivo 11: les daria un abaco para que sumen los puntos de la final de ayer, porque seguro era solar la calculadora que usaron y no sirvio :-o :-o :-o .
Y eso ke solo vi cuando estaban dando los resultados, y rescato nada mas las nalguitas de Kimberly ,
solo bueno y ke dividieron el premio.