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Wilas
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Jose.

Quería dejar este relato de último porque la verdad es de las cosas más locas que me han pasado y dicen que lo mejor se deja para el final, pero la verdad es que ya me quedan muy pocas historias pertinentes para este foro y como que ya va llegando el momento de aceptar que mi vida útil acá está por terminar.

Conocer gente por internet no me hace mucha gracia, por mucho que uno vea a la otra persona por multimedia (videos, fotos... etc) nunca llega a conocerla de verdad. Uno en su viaje tiende a poner atributos de más y a restar pequeños detalles que al final se hacen medio pesados cuando uno se conoce en persona. Pero de vez en cuando aparece alguien que me intriga lo suficiente como para querer salir de mi burbuja virtual y trascender en un encuentro en la vida real.

Así me pasó con Jose. Estabamos en un grupo de facebook y en una de tantas surgió una conversación, que nos llevó a hacernos "compas" cibernéticos. El muchacho no es particularmente guapo, pero sí tiene lo suyo. Pelillo colocho, labios gruesos, una vibra medio de skato pero... refinado... si se puede decir de algún modo. Teníamos aparte nuestros gustos afines, así que quedamos de vernos en San Pedro, cerca de mi aparta. Fuimos a comer, todo fluyó sin problemas, por el contrario entre más le hablaba más se me antojaba manosearlo. Pero como la niña bien que soy, decidí comportarme por lo menos por ese encuentro. Ya que tenía intenciones más inocentillas con el susodicho, lo invité al aparta. No podíamos hacer mucho feo porque estaban mis roomates ahí, ya teníamos cerca de un año de ser compañeras de la U, pero yo estaba recién llegada. Tenía una reputación que mantener. jaja.

Nos dispusimos a ver tele en el sillón, yo me acosté en el sillón y puse mi cabeza en sus regazos, con algo de malicia de vez en cuando me daba vuelta. Andaba un vestido voladito, de esa tela que no deja mucho a la imaginación. Claramente el supo cuales eran mis intenciones ocultas, me preguntó que si estaba sola, y le dije que no. Me hizo un gesto como de sonrisa que no quería ser sonrisa. Le ofrecí algo de tomar, "¿vino, birra, agua?". "Lo que vayás a tomar vos" me dijo. Así que me levanté del sillón y caminé a la cocina. Detrás venía el, me abrazó desde atrás y me restregó todo en las nalgas. Yo me di media vuelta y apretamos un buen rato. Nos serví una copa de vino barato (Diría la marca, pero no me están pagando ja ja) y nos devolvimos al sillón, nos dábamos un par de besillos, pero ninguno quería hacer una escena y que nos sorprendieran. No había ese tipo de confianza.

Como por obra del Espíritu Santo que siempre propicia mis maldades, mis compañeras super arregladas bajaron las escaleras, me dijeron que iban a salir y me preguntaron que si queríamos ir con ellas. Yo les dije que no andaba muy de humor como para hacer loco. Las acompañé al portón para dejarlo cerrado, me dijeron "No se porte mal en el sillón, vea que ahí nos sentamos todas" y se fueron muertas de risa. Entré al aparta algo mortificada por que no sabía si Jose había escuchado, pero traté de poner cara de que nada había pasado y cerré la puerta. Me acerqué a Jose que estaba en el sillón, me paré en medio de sus piernas y le dije "Ahora sí estamos solos". Eso fue como darle luz verde para todo lo que había estado reprimiendo. Me puso las manos en las caderas y suavemente las deslizó hacia mis nalgas, me las agarró fuertemente mientras me besaba el abdomen. Alzó la mirada y me preguntó "¿Qué anda puesto por debajo" ... "Averigüelo" le dije. Bajó acariciandome las piernas con las yemas de los dedos y subió poco a poco esta vez por debajo del vestido hasta llegar a mis nalgas, tanteó un poco y al final en una voz de excitación me dijo "qué bárbara" Me dió vuelta y me levantó el vestido para descubrir un hilo de encaje, turquesa. Comenzó a pasar sus manos por mis nalgas como si fueran lo más lindo que hubiera visto en años y empezó a besarme... Poco a poco comenzó a darme mordiscos juguetones, yo decidí sentarme sobre él. Sentía como poco a poco su pene se iba poniendo duro, comencé a mover mis caderas para que sintiera el roce de mis nalgas. El agarró mi cabello y lo corrió para descubrirme el cuello y así poder besarlo. Sus manos me recorrían desde los muslos hasta mis pechos y guiadas por mis manos acariciaban levemente mi vagina.
Yo estaba que no podía más con el placer, me di media vuelta para sentarme otra vez sobre él, esta vez de cara a cara, sentía como su pene se ponía cada vez más duro, me acerqué a su oído y le pregunté si andaba condón. El con voz entrecortada por los nervios y la excitación me dijo que no. Yo en una combinación de sorpresa, decepción y tristeza tuve una especie de epifanía, un recuerdo repentino de que Angie, mi roomate, dejaba los condones en el baño para evitar algún conflicto con las visitas a veces repentinas de su mamá. Así que sin decir nada, me levanté, subí las escaleras y corrí al baño. Nuevamente el Espíritu Santo me bendecía con el profiláctico para continuar con la maldad.
Volví a bajar y estaba Jose con una cara de confundido pero aún excitado. Sin decirle nada aun, me arrodillé frente a él, abrí el zipper de su pantalón y metí mi mano para sacar su pene. Lo masajee un poco para estar segura de que estuviese lo suficientemente duro, de paso lo chupé un par de veces y cuando lo vi lo suficientemente erecto, me puse de pie, y me quité el hilo. Él sin pedir explicaciones ni más nada, se bajó los pantalones y el boxer que yo dejé a medio quitar. Me agaché nuevamente para agarrar el condón, lo abrí y comencé a ponérselo, era quizás la segunda vez que lo hacía, así que entre bromas y risas logré ponerselo. Me levanté, recogí mi vestido y comencé a sentarme sobre él. Yo estaba demasiado excitada, sentir como poco a poco ese pene duro me abría era como la gloria, había pasado un periodo bastante largo sin tener sexo, así que sentía todo como a la doble intensidad, tanto que no aguanté mucho montándolo. Estaba un poco cansada así que Jose tomó la iniciativa esta vez, me pidió que me arrodillara en el sillón, de frente al respaldar. Yo como siempre obediente, lo hice... El aprovechó para quitarme el vestido y el sostén. Yo me incliné hacia adelante y levanté un poco el trasero como anticipando que volviera a penetrarme, y así lo hizo, no sin antes darme unos golpecitos en las nalgas. Me tomó del pelo y me comenzó a penetrar duro, no precisamente de cuatro pero casi como de cucharita, yo no podía con tanto placer, no aguantaba las ganas de gritar.

Él se quitó lo poco que le quedaba de ropa, estábamos empapádos, nos movimos a la cama, nos llevamos las copas al cuarto. El recuerdo más vívido que tengo de esa noche aun me eriza la piel cuando lo recuerdo. Estando en la cama acostada Jose se arrodilló entre mis piernas, y me tomó de los muslos por la parte trasera, me levantó las piernas hasta que las rodillas llegaron a los lados de mi cara. Estando así me escupió un poco y comenzó a penetrarme lentamente y luego sacaba su pene para nuevamente meterlo poco después, de pronto como poseído por un instinto animal se puso de cuclillas y comenzó a penetrarme con todo su peso. Eso me produjo un orgasmo casi instantáneo y supongo que ver mi cara de éxtasis hizo que pudiera venirse el también. Estuvimos un rato en la cama escuchando música, desnudos y luego la segunda ronda a falta de más condones, tocó mucho oral.

Jose a veces se manifiesta, casi siempre aporta una nueva posición.
 
Ojalá no sea el último

Quería dejar este relato de último porque la verdad es de las cosas más locas que me han pasado y dicen que lo mejor se deja para el final, pero la verdad es que ya me quedan muy pocas historias pertinentes para este foro y como que ya va llegando el momento de aceptar que mi vida útil acá está por terminar.

Ojalá no sea el último, aun te quedan muchas experiencias por vivir y tienes una gran habilidad para escribir.

En todo caso, muy bueno el relato.
 
Excelente relato, de solo imaginarte me dejaste descontrolado con todo respeto sin duda el de hoy tiene tu nombre...... :punk:
 
... no es particularmente guapo, pero sí tiene lo suyo.

Lo tengo, sí. Soy como la birra, un gusto adquirido.

Jose a veces se manifiesta...

Así es mi estilo, me desaparezco por un tiempo, y luego vuelvo.

Excelente condenado Josefo 🙊



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Saludos, Jane. Espero que aunque se le acaben sus relatos sexuales, continue por aquí más tiempo. Eso si, nada de ventilar nuestras intimidades, en el fondo soy tímido.
 
Ojalá no sea el último, aun te quedan muchas experiencias por vivir y tienes una gran habilidad para escribir.

En todo caso, muy bueno el relato.
Muchas gracias :)

jajaj que buenas esas aventuras que siempre traerán recuerdos que te ponen la piel de gallina http://forodecostarica.com/images/smilies/caritas/diavolo1.gif
Si no deja un recuerdo así, no vale la pena ser contada.

Excelente condenado Josefo 🙊
Jose jala demasiada buena suerte.

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Saludos, Jane. Espero que aunque se le acaben sus relatos sexuales, continue por aquí más tiempo. Eso si, nada de ventilar nuestras intimidades, en el fondo soy tímido.
Josefo, yo insisto en cambiar el nombre en mis relatos, pero usted sigue revelando su identidad. La próxima la cuento con sus nombres y apellidos.
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
Josefo, yo insisto en cambiar el nombre en mis relatos, pero usted sigue revelando su identidad. La próxima la cuento con sus nombres y apellidos.

No, no, todavía tengo que mantener mi aura de misticismo.

¿Sabe cuál puede ser su próximo relato? El de aquella vez que fuimos a la playa, ¿recuerda?, me picó un bicho en el mar, a usted se le perdió las llaves de la cabina, nos topamos a aquél mae canadiense todo loco que nos quería vender unas alhajas que supuestamente daban poderes sexuales, ¿se acuerda?, esa vez estuvo buuuuuueno, digno de un relato.
 

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