En el consultorio de un célebre psiquiatra se presentó una vez un hombre aparentemente equilibrado, serio y elegante. Después de algunas respuestas, sin embargo, el psiquiatra descubrió que aquel hombre estaba profundamente deprimido. Una gran melancolía y una tristeza angustiosa lo invadía hasta el fondo del corazón. El psiquiatra comenzó entonces, con mucha habilidad, su trabajo terapéutico. Al final del coloquio dijo a su paciente:
“¿Por qué esta noche se va al circo que recién ha llegado a nuestra ciudad? Hay un famoso payaso que le divertirá mucho, es un clown excepcional. Le hará bien, le aseguro” Y aquel hombre se deshizo en lágrimas y dijo:
“Aquel payaso soy yo”¡Cómo es difícil juzgar a las personas por lo que aparecen en el exterior! Unos famosos versos de un poeta italiano del 700, Metastasio, dicen: “Si a cada uno se viera escrito en la frente su interior angustia, muchos que nosotros envidiamos nos moverían a la compasión”