Un señor que sufría de impotencia consultó a un médico que le recomendó unas pastillitas muy efectivas, mejores q la Viagra, para originar una erección, con la única condición de que solo tomara una por cada acto debido a su gran efectividad y que para anular el efecto introdujera el miembro en leche. El señor muy desesperado llegó a su casa, preparó a su mujer para una gran noche, ante la duda del funcionamiento de las pastillas y el pensamiento del gran desespero de su mujer se tomó casi todo el frasco... El resultado, una máquina imparable que casi acaba con su esposa, el mayordomo, la sirvienta, y hasta el perro, cuando recordó las claras indicaciones del doctor: "métalo en leche para anular el efecto..." Fue corriendo a la cocina, agarró un balde y echó en el toda la leche que encontró en la heladera, luego lo metió..., en ese momento, la sirvienta que estaba escondida detrás de una puerta vio tan extraño acto y gritó desesperada:
-¡A correr que está recargando!
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-¡A correr que está recargando!
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