La dura historia de Rob y Gilda
Rob y Gilda se casaron en el 2012, el 28 ella 27, se conocieron en el trabajo de oficina que siempre tuvieron, Gilda nunca fue delgada, tenía algunas curvas, pero nunca fue flaca, con el tiempo ambos subieron de peso, un día Rob se cansó de su sobrepeso y decidió cambiar su vida, empezó a ir al gimnasio y a mantener su consumo diario de calorías en 1600, Rob va a la universidad por un título de código y diseño, Gilda ama salir a comer y gastar dinero en comida asquerosa de restaurantes chinos (holiday hot pot
) y cafés fríos de 500 calorías, Rob ve chicas delgadas de abdomen medianamente esculpido en la playa y sueña con coger con una así, Rob se está cansando de decirle a Gilda que modere su dieta "por salud", aunque realmente quiere decirle que ya no la desea, pero en cada intento ella solo llora y secretamente trata de sabotear a Rob.
La extraña obsesión con la comida que tiene Gilda y muchísimas otras mujeres es un misterio para Rob y sus amigos, Rob quiere un pescado, arroz integral y brócoli con espárragos, Gilda se enoja con el por eso, ella quiere tortilla aliñada con natilla.
Gilda no le puede mantener el paso si salen a correr, Gilda padece males por su mala alimentación, deben parar a orinar cada hora en carretera, parece una danta corriendo.
Rob pide una cerveza y un ceviche, Gilda quiere chifrijo y Caipirinha o Mai Thai, o algo más dulce, Rob toma un café con una galleta de arroz y mantequilla de maní, Gilda quiere un prusiano o una dona.
Un día Rob tenía ganas de tener sexo y al ver las pocas ganas de Glenda con su ombligo deforme, muffin top, vagina adiposa, ojeras y espalda encorvada se dio cuenta de que era mejor terminar eso.
Vendieron su casa, Gilda se fue a llorar con su mamá y Rob a vivir solo, a vivir el sueño de ahorrar dinero, de andar con una mujer que no parezca Cuasimodo, una mujer que no quiera ir a pagar 30 mil colones por un plato de sushi, una limonada hiper azucarada y un flan con grasa de leche cortada que contribuye a hacerla ver cómo un chófer de bus.
Rob espera una mujer con quién se siente a beber té y a hacer ejercicio, con quién pueda disfrutar la playa jugando freesbe sin beber Mokai, Smirnoff Ice o Le Croix.
Alguien que comprenda que el dinero es valioso, y que una vagina floja y entrepierna que cuelga es una enfermedad y no una simple condición.
Una mujer que no se harta de queque en cada fiesta y que no falta de excitación cuando anuncian que ya salió a la venta un nuevo sabor de helado, en fin, alguien con quien pueda disfrutar en la cama.
Rob tiene ahora 36 y se siente de 26, Gilda tiene 35 y se ve de 45.
No vivas lo que vivió Rob, el amor no es tan fuerte para ver linda a esa mujer.
Se como Rob post experiencia.