Resulta muy cuestionable hacer correlaciones entre una variable que se calcual a nivel nacional (ingreso promedio), con una que corresponde a un comportamiento a nivel familiar (asistencia a oficios religiosos, orientación religios).
Pero ciertamente es claro que hay una relación directa entre nivel de bienestar, medido por ingreso, y observancia religiosa cada vez menor. Pero la causalidad puede ir en la otra dirección: es decir, en la medida que una persona adquiere mayor ingreso y su vida resulta más segura, la necesidad de aferrarse a una creencia religiosa decrece. Simplemente, la Religión deja de ser un componente importante de su vida o algo que lo ayude en situaciones angustiantes o ante adversiades uqe ahora resultan ser menos frecuentes.
De hecho cuando Marx dijo que la Religión era "El Opio del Pueblo" no estaba del todo denigrándola. Lo que dijo era que la Religión era un consuelo, una forma del Pueblo de sobrellevar su penosa y oprimida existencia. Pero la crítica de la Religión era un paso fundamental no para humillar al creyente, sino para hacerle ver que era una mera ilusión, y que el verdadero camino de redención era liberarse de las cadenas y esclavitud del sistema imperante (destacado es mío):
... La religión es el sollozo de lacriatura oprimida, es el significado real del mundo sin corazón, asícomo es el espíritu de una época privada de espíritu. Es el opio delpueblo.
La eliminación de la religión como ilusoria felicidad del pueblo, es la condición para su felicidad real. El estímulo para disiparlas ilusiones de la propia condición, es el impulso que ha de eliminarun estado que tiene necesidad de las ilusiones. La crítica de lareligión, por lo tanto, significa en germen, la crítica del valle delágrimas del cual la religión es el halo.
La crítica ha deshojado las flores imaginarias de la cadena, nopara que el hombre arrastre la cadena que no consuela más, que noestá embellecida por la fantasía, sino para que arroje de sí esaesclavitud y recoja la flor viviente.
Pra Marx, el advenimiento del sistema comunista donde el Proletariado disfruta las comodidades y los beneficios que provee el capitalismo, pero ahora bajo su control, eliminaría la necesidad de estas creencias religiosas cuando la sociedad estuviera enfocada en dar el mayor bienestar y potenciar las capacidades de todos.
Pero la realidad fue por supuesto completamente distinta: resulta que el Capitalismo logró conseguir lo que Marx predecía, y el proletariado logró obtener grandes beneficios y prosperidad, sin necesidad de destruir el sistema. Por otro lado, dado que la lógica Marxista se transformó en un progrma para forzar sus objetivos, terminó en la práctica convirtiéndose en un sistema opresor y dictatorial, altamente burocratizado y dependiente del terror y la intimidación para cubrur su fracaso.
Y en ese ambiente, irónicamente la Religión, perseguida implacablemente, dio aliento y esperanza a los pueblos subyugados bajo los dictados de Marx.
Polonia es un caso interesante. Un país de tradición católica, la Iglesia fue un pilar fundamental de la resistencia en contra de la dictadura Comunista durante la Guerra Fría. La elección de Karol Wojtila como Papa Juan Pablo II, aparte de ser el primer papa no italiano en 400 años, representó un tremendo golpe a la estructura monolítica del estado Polaco. Junto con el líder sindical Lech Walesa, Polonia fue el primer país de la órbita soviética en rebelarse en la última década antes de la implosión del comunismo. A pesar del intento del Gobierno Polaco de reprimir el movimiento, no pudo hacerlo o no tenía el estómago de hacer lo mismo que había hecho antes en 1956. Esto llevó a su constatne deterioro, y al final su caída en 1989.
Pero resulta que después de 1989, la prosperidad del país gracias a la liberalización de su economía hizo que la gente abandonara su apego a la Religión. Incluso hoy día tiene una ley de aborto menos estricta que nuestro país.
Uno puede ver muchos casos similares, como en España también.
Asi que la causalidad entre ingreso y religión no es tan clara y puede ir en la dirección contraria de la que se cree.