De ninho viajé desde el centro del país a Guanacaste para quedarme ahí por 20 anhos. De verdad fué una experiencia maravillosa, porque descubrí la mejor gente de este país... Gente noble, honesta, trabajadora, sencilla y por sobre todo, orgullosa de su tierra.
En Guanacaste tuve que "reinventarme", ya que tuve que reaprender el espanhol. Yo no sabía que era "pizque", "alaste", "lempo", "chimpapo", "zanate", "güiscoyol", "chanfaina", "nizquezar", etc. Reaprendí a comer, ya que no sabía lo que era un "Arroz de Maíz", un "Yoltamal" o un "Pinhonate". Incluso la horchata que yo conocía no era la de allá, ni el atol de mi mamá se parecía en nada a un atol guanacasteco.
De esos anhos maravillosos guardo el recuerdo de ese pueblo, y yo que he andado por todo el país, les digo que si alguien es un amigo a muerte, un amigo leal, ese es un guanacasteco...
Uyuyuy bajura!