El conocimiento hoy en día ha superado todas las expectativas imaginables y sigue avanzando, pues cada día se presentan nuevos descubrimientos científicos que dejan atrás creencias, mitos y leyendas del pasado, remitiéndonos a hechos concretos comprobables científicamente, que involucran todo el ámbito del saber humano y que a su vez constituye la realidad en que nos desenvolvemos diariamente.
Sean ciencias exactas como las matemáticas, la física, la química, etc.., así como también las ciencias sociales, como la psicología, la sociología, la antropología, los recursos humanos, etc.., lo cierto del caso es que casi no existe actualmente un tema sobre el cual no se haya investigado y se haya aportado una cuota de conocimiento al ser humano, sea en forma directa o indirecta e indistintamente del nivel de educación, clase social o ubicación geográfica donde se encuentre, ya que la calidad y cantidad de medios de comunicación con que contamos, dígase radio, televisión, teléfono, prensa, etc.., y el más relevante de todos, Internet, nos permite acceder a dicho conocimiento casi en forma inmediata, todo en buena teoría, para mejorar la calidad de vida del ser humano.
Dentro de ese marco referencial y centrándonos específicamente en un tema de relevancia como es el trabajo, vemos como cada día surgen nuevos aportes de las ciencias sobre cómo mejorar las condiciones laborales de las personas, ya que éste constituye un común denominador en casi la totalidad de los seres humanos, por cuanto por su medio es que las grandes mayorías podemos obtener los ingresos económicos para la manutención nuestra y de nuestras familias y así aportar una cuota a la sociedad, a fin de mantener un adecuado equilibrio macroeconómico, por lo cual a su vez, nos vemos obligados a pasar más de la mitad de nuestra vida útil laborando.
Sin embargo y pese a que es una cuestión que nos atañe a todos y todas en forma directa, cotidiana e inmediata, las nuevas modalidades, los avances y propuestas de mejora en materia laboral, generalmente es lo último que se aplica en las organizaciones, si se le compara con otras ramas de la ciencia que si bien es cierto no dejan de tener mucha importancia (como la computación, sistemas automatizados de producción, etc.), no se les puede ni siquiera comparar con aspectos que se relacionan directamente con la calidad de vida del ser humano, lo cual sí constituye un fin en sí mismo y no medios como en todos los demás casos. Con esto no me refiero a aspectos materiales sino más bien a formas de manejar las relaciones interpersonales y conductuales dentro de las empresas, generalmente puntualizados en estilos de dirección, relaciones humanas y manejo de conflictos, lo cual incide directamente en el estado anímico de los colaboradores y que a su vez, se ve reflejado en aspectos tales como sentido de identidad y pertenencia, clima organizacional, índices de rotación y ausentismo, accidentabilidad, etc., lo que a su vez se manifiesta en los niveles de desperdicio, eficiencia y productividad, entre otros, cuestiones que al fin y al cabo son las que hacen que las empresas crezcan y subsistan en un medio competitivo.
Dicho sea de paso, llama la atención que en esta materia las empresas más grandes y consolidadas y generalmente líderes en el mercado, son las que adoptan más rápidamente los buenos manejos y aportes científicos en boga en materia conductual. Pese a la complejidad de sus estructuras, emiten políticas y capacitan a su gente en las nuevas tendencias en forma permanente.
Caso contrario ocurre con las PYME, ya que salvo algunas excepciones, en cuyos casos sus líderes son personas visionarias y preocupados por su gente y con rápidos niveles de crecimiento, producto del mismo fenómeno, la gran mayoría de estas empresas aducen falta de recursos para asumir las nuevas posturas, en el sentido de que sólo las grandes pueden cubrir los costos que conlleva el capacitar y medir los aspectos ambientales internos; sin embargo, cabe resaltar que ésto es una cuestión de actitud y sentido empresarial, ya que no necesariamente deben contar con un Jefe o Gerente Profesional en Recursos Humanos a tiempo completo que ejecute la función, por cuanto en el mercado existen profesionales calificados asequibles, que asesoran en dicha gestión sin necesidad de hacer grandes erogaciones, con lo cual podrían en el corto plazo, obtener mejoras sustantivas en su ambiente de trabajo, por ende, una notoria mejoría que se reflejará en los niveles de productividad y eficiencia de la empresa, lo que a la postre, acelerará su crecimiento y desarrollo…
Sean ciencias exactas como las matemáticas, la física, la química, etc.., así como también las ciencias sociales, como la psicología, la sociología, la antropología, los recursos humanos, etc.., lo cierto del caso es que casi no existe actualmente un tema sobre el cual no se haya investigado y se haya aportado una cuota de conocimiento al ser humano, sea en forma directa o indirecta e indistintamente del nivel de educación, clase social o ubicación geográfica donde se encuentre, ya que la calidad y cantidad de medios de comunicación con que contamos, dígase radio, televisión, teléfono, prensa, etc.., y el más relevante de todos, Internet, nos permite acceder a dicho conocimiento casi en forma inmediata, todo en buena teoría, para mejorar la calidad de vida del ser humano.
Dentro de ese marco referencial y centrándonos específicamente en un tema de relevancia como es el trabajo, vemos como cada día surgen nuevos aportes de las ciencias sobre cómo mejorar las condiciones laborales de las personas, ya que éste constituye un común denominador en casi la totalidad de los seres humanos, por cuanto por su medio es que las grandes mayorías podemos obtener los ingresos económicos para la manutención nuestra y de nuestras familias y así aportar una cuota a la sociedad, a fin de mantener un adecuado equilibrio macroeconómico, por lo cual a su vez, nos vemos obligados a pasar más de la mitad de nuestra vida útil laborando.
Sin embargo y pese a que es una cuestión que nos atañe a todos y todas en forma directa, cotidiana e inmediata, las nuevas modalidades, los avances y propuestas de mejora en materia laboral, generalmente es lo último que se aplica en las organizaciones, si se le compara con otras ramas de la ciencia que si bien es cierto no dejan de tener mucha importancia (como la computación, sistemas automatizados de producción, etc.), no se les puede ni siquiera comparar con aspectos que se relacionan directamente con la calidad de vida del ser humano, lo cual sí constituye un fin en sí mismo y no medios como en todos los demás casos. Con esto no me refiero a aspectos materiales sino más bien a formas de manejar las relaciones interpersonales y conductuales dentro de las empresas, generalmente puntualizados en estilos de dirección, relaciones humanas y manejo de conflictos, lo cual incide directamente en el estado anímico de los colaboradores y que a su vez, se ve reflejado en aspectos tales como sentido de identidad y pertenencia, clima organizacional, índices de rotación y ausentismo, accidentabilidad, etc., lo que a su vez se manifiesta en los niveles de desperdicio, eficiencia y productividad, entre otros, cuestiones que al fin y al cabo son las que hacen que las empresas crezcan y subsistan en un medio competitivo.
Dicho sea de paso, llama la atención que en esta materia las empresas más grandes y consolidadas y generalmente líderes en el mercado, son las que adoptan más rápidamente los buenos manejos y aportes científicos en boga en materia conductual. Pese a la complejidad de sus estructuras, emiten políticas y capacitan a su gente en las nuevas tendencias en forma permanente.
Caso contrario ocurre con las PYME, ya que salvo algunas excepciones, en cuyos casos sus líderes son personas visionarias y preocupados por su gente y con rápidos niveles de crecimiento, producto del mismo fenómeno, la gran mayoría de estas empresas aducen falta de recursos para asumir las nuevas posturas, en el sentido de que sólo las grandes pueden cubrir los costos que conlleva el capacitar y medir los aspectos ambientales internos; sin embargo, cabe resaltar que ésto es una cuestión de actitud y sentido empresarial, ya que no necesariamente deben contar con un Jefe o Gerente Profesional en Recursos Humanos a tiempo completo que ejecute la función, por cuanto en el mercado existen profesionales calificados asequibles, que asesoran en dicha gestión sin necesidad de hacer grandes erogaciones, con lo cual podrían en el corto plazo, obtener mejoras sustantivas en su ambiente de trabajo, por ende, una notoria mejoría que se reflejará en los niveles de productividad y eficiencia de la empresa, lo que a la postre, acelerará su crecimiento y desarrollo…
