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Richard Rorty y su influencia directa en lógica de los progres/posmos.

yercomrade7

ANÓNIMO
Rorty comienza argumentando que las distinciones heredadas de los antiguos filósofos griegos con respecto a la esencia y a lo accidental, a la sustancia, y a la propiedad, junto con las apariencias y la realidad deberían ser remplazadas por el panrelacionismo. Según este enfoque, los objetos que constituyen la imagen del mundo, o la manera por la cual vemos o entendemos al mundo, son dinámicos, y se encuentran en un estado de relaciones constantemente cambiantes. De acuerdo a Rorty, todas las cosas están en constante flujo, y solo podemos entenderlas mediante un lenguaje sumamente subjetivo, que se encuentra a su vez mediado por prácticas lingüísticas ligadas a necesidades humanas y prácticas sociales. Alternativamente, no deberíamos considerar al lenguaje como un juez de la verdad, ya que lo usamos de acuerdo con nuestras prácticas lingüísticas que están al servicio de nuestras necesidades particulares y costumbres.

Nunca vamos a ser capaces de prescindir del lenguaje, nunca vamos a ser capaces de comprender la realidad que no se encuentre mediada por una descripción lingüística… Nuestras prácticas lingüísticas están tan ligadas a las demás prácticas sociales que las descripciones que hacemos de la naturaleza y de nosotros mismos serán siempre una función de nuestras necesidades sociales.

Entonces, si todas las cosas se encuentran en un estado de flujo debido a que las prácticas lingüísticas y sociales se basan en las necesidades humanas, la “naturaleza” y la “realidad” están enterradas tan profundamente que no pueden ser expuestas. En este caso, la “naturaleza” y la “realidad” se convierten meramente en “nombres para algo desconocido”. Por lo tanto, vemos que el lenguaje “no es un medio de representación” del mundo, ya que es inútil al representar con precisión la realidad.

Una vez que despojamos al lenguaje de su rol de mediador de la representación, la dicotomía entre conocer las cosas y usarlas, se disuelve. No podemos conocer las cosas porque el lenguaje no posee la capacidad de representarlas con precisión. Entonces, la función del lenguaje se reduce a describir las cosas de manera utilitaria. En este contexto, conocer algo significa que nuestra descripción de tal objeto es útil para nosotros en alguna manera. Esto implica, que no podemos decir fundamentadamente que las cosas posean relaciones intrínsecas y extrínsecas. Por ejemplo, las esencias, que son consideradas entre otras cosas como constituidas por un grupo de relaciones intrínsecamente coordinadas, tales como la relación entre los sentimientos, los deseos, los estados mentales, y el cuerpo, en el caso de la naturaleza humana, no pueden ser diferenciadas de las relaciones externas, como las que existen entre los seres humanos y otros objetos. Aquí, Rorty señala que todas las relaciones se encuentran en pares una con otra ya que están en gran manera mediadas por prácticas lingüísticas y sociales y necesidades humanas, dado que las relaciones tienen que ver más con las exigencias humanas que con cualquier otra cosa.

Rorty emplea los números como ejemplos paradigmáticos de su panrelacionismo. Los números no sólo que no tienen una naturaleza intrínseca sino que además son descritos en términos puramente relacionales. Por ejemplo, el número 17 no es nada más que un grupo de relaciones con otros números. El número 17 es “menos que 22, más que 8, la suma de 6 y 11, la raíz cuadrada de 289, el cuadrado de 4,123105, la diferencia entre 1.678.922 y 1.678.905”. De acuerdo a Rorty, no hay nada más sobre el número 17 que estos tipos de relaciones. “Hay, por así decirlo, tantas relaciones para abajo, para arriba, y en todas las direcciones”. Entonces, vemos que la descripción del número 17 es íntegramente reducible a su relación con otros números; notamos además que la manera “correcta” de describir el número 17 depende de los propósitos que uno tenga en mente. Es en este sentido que el número 17 es panrelacional y se encuentra en un estado de flujo.

En otro ejemplo, Rorty emplea la noción de una mesa. Podemos decir, con respecto a la mesa, que “es rectangular, es café, es fea, hecha de un árbol, más pequeña que una casa, más grande que un ratón, menos luminosa que una estrella, y así.” Como en el ejemplo del número 17, la mesa está totalmente definida por sus relaciones con otras cosas y la descripción “correcta” se encuentra solamente en el propósito para el cual fue descrita. Igualmente, las mesas carecen de esencias.

Para el objetivo de este capítulo, el caso más apropiado que Rorty nos da tiene que ver con la naturaleza humana. Rorty, encuentra problemas para aceptar la idea de que los seres humanos poseen razonamiento, por ejemplo, como parte de su naturaleza. Afirmar que los seres humanos poseen razonamiento implica que ellos son conocedores y no simplemente usuarios, lo cual significa que poseen una facultad. Pero Rorty no admite nada de esto. Rorty afirma que los humanos no tienen una naturaleza intrínseca y por lo tanto no pueden poseer la facultad de la razón. Sin embargo, Rorty admite que los seres humanos son seres únicos. “Los seres humanos normales, adultos, socialmente aptos y entrenados, se encuentran en un grupo único de relaciones. Estos seres humanos son capaces de utilizar el lenguaje, y por lo tanto son capaces de describir objetos. Hasta donde conocemos, nada más es capaz de describir objetos.” Entonces, parece ser que podríamos atribuir a los humanos un grupo único de relaciones que les permite realizar ciertas acciones, tales como usar el lenguaje. De todas maneras, no podemos inferir que este comportamiento sea deba a que la naturaleza humana posea la capacidad del razonamiento, ya que el lenguaje no puede ir tan lejos.

En Resumen: Rorty nos dice que no hay manera de escudarse tras el lenguaje, por así decirlo, para descubrir cosas como la “verdad” y la “realidad”. Lo único que tenemos a nuestra disposición es un lenguaje que se encuentra fuertemente conectado, y por lo tanto significativamente modificado por las prácticas lingüísticas y sociales y las necesidades humanas. Dadas estas propuestas, la dicotomía entre los aspectos accidentales y esenciales de los objetos, incluyendo a los seres humanos, se desvanece. Todo lo que los seres humanos podrían hacer es describir de manera no objetiva las multitudinarias relaciones que existen entre los objetos, para referirse a relaciones contingentes. En otras palabras, las descripciones de las relaciones entre los objetos están únicamente basadas en el “valor efectivo” o la utilidad que éstas poseen en ese momento. Por lo tanto, no podemos hablar significativamente del esencialismo.

Explicando el Posmodernismo: Richard Rorty – Papel Pixel (R)
 
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