Es aquí donde cada quien debe preguntarse y reflexionar:
Soy descendiente de la simiente de la serpiente (Caín) o la simiente de hombre (Set)?
Si llevo la marca de la bestia en mi código genético... seré capaz de no ceder al instinto vinculado con la misma?
Soy descendiente de la simiente de la serpiente (Caín) o la simiente de hombre (Set)?
Si llevo la marca de la bestia en mi código genético... seré capaz de no ceder al instinto vinculado con la misma?
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;
pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.