Respeto a la pregunta que lanzé y que respondieron a medias, aquí está la respuesta final:
El Domingo 24 de marzo de 1991 a las 11 de la mañana en el Estadio Lito Pérez se disputaba el juego de la jornada 24 entre el, en ese entonces, intratable equipo del Municipal Puntarenas, líder absoluto y practicamente invencible conjunto chuchequero, dirigido por Jorge Medina y su escolta en la tabla Liga Deportiva Alajuelense. La diferencia entre ambos en la tabla era de solo 1 punto, por lo que ese juego estaba que ardía desde dias antes. El asunto es que la Liga se puso al frente 1 a 0 en el primer tiempo con gol de Oscar “Machillo” Ramirez. Eso empezó a calentar al euforico aficionado porteño, que para ese entonces y con el equipazo que se tenían, se sentian los amos del Universo. El primer tiempo finalizó con la ventaja manuda pero se sentía que lo Olla Magica ya estaba en ebullición.
La cuestion es que en el segundo tiempo, al mintuo 66, cuando el porteño Luis Fernández Texeira derribó a Oscar Ramírez que se enfilaba al marco para anotar el que parecía el lapidario segundo gol manudo, el central Berny Ulloa expulsó al chuchequero y ...ardió Troya. Ingresaron al terreno de juego varios aficionados porteños quienes arremetieron contra el arbitro central y lo derribaron al cesped para propinarle una paliza. La fuerza publica trató de detener a los energúmenos mientras que un guardalinea le pegaba con la banderola a uno de los endemoniados que se metió a la cancha.
Después de unos segundo de caos, el trío arbitral se logró refugiar en los camerinos mientras que afuera nadie sabía si el partido iba a continuar o quedaba suspendido definitivamente, con el marcador 0 a 1 a favor de la Liga.
Pasaron 15 minutos con el juego suspendido hasta que el árbitro Ulloa decidió regresar a la cancha, bajo su propio riesgo, para continuar el partido. Y resulta que en el tiempo que faltaba el Municipal Puntarenas logró darle vuelta al marcador con goles de Klever Ponce al 71 y de Leoni Flores al 74 quien anotó por medio de un riguroso penal.
Llegado el minuto 90, Berny Ulloa pitó su silbato para dar por terminado el juego y al mismo tiempo alzó sus brazos en señal de triunfo, gesto que fue aplaudido y celebrado por el publico porteño. Días después Berny Ulloa reconoció que el alzó los brazos para darle a entender al pueblo puntarenense que no había resentimientos y que después de que el juego se reanudó sintió el apoyo del público chuchequero quienes no eran representados por los revoltosos que trataron de agredirlo.
Desafortunadamente para el Municpal Puntarenas, la cancha del Lito Pérez fue sancionada con varios partidos y eso dio al traste con el buen juego de los puntarenenses ya que empezaron a perder puntos como local jugando en el viejo Estadio Nacional y finalmente la Liga lo superó en la tabla.