El tema de moda con respecto al torneo es la cuestión de los jugadores jóvenes. Para nadie es un secreto que el recambio de la selección ya no es un "capricho" sino una necesidad clara.
Ojalá este torneo fuera el inicio de algo distinto, no sólo de colaborar con las necesidades de la selección, sino de marcar un nuevo rumbo. Quiero decir, si ya hace más de una década los equipos costarricenses no tienen la fortaleza para hacer frente a los equipos mexicanos (y "pronto", aunque no sé cuándo, los de la MLS) para llenar la bendita obsesión con el mundial de clubes, toca convertirse, pues, en una liga semillero para dichas ligas. En Europa lo entendieron la Primeira Liga y la Eredivisie. Estas ligas destacan como formadoras tanto de talentos nacionales como extranjeros.
Acá el Alajuelense tiene una práctica interesante: Son en el único equipo costarricense que aporta jugadores de otras selecciones a la Copa del Mundo. En 2014 aportaron a Jerry Palacios (de edad ya avanzada) y en 2018 mejoraron la apuesta: Sabiendo que Panamá iba a jugar en Rusia 2018, ficharon a Roberto Chen (aunque creo que es un préstamo). Se les lesionó, y para no desistir en sus intenciones, ficharon a Abdiel Arroyo. No sólo jugó el mundial, sino que ahora se irá a Portugal para hacer pruebas con un equipo de allá. En un momento en el que se critica tanto que los equipos fichen paquetazos extranjeros la Liga hace una administración magnífica con lo que acabo de explicar.
Con el asunto de los jóvenes nacionales, el que lleva la delantera en este momento es Carmelita. Ya tienen a Andy Reyes jugando en Europa y lideran la tabla de minutos de juveniles. Cartago también está haciendo lo suyo: Wanchope podrá no ser bien visto desde sus problemas en la Sele, pero él intentó hacer un recambio y ahora lo hace con Cartaginés. Uno esperaría que Saprissa, equipo mucho más pudiente y el vanguardista en la formación de jugadores con proyección para el fútbol europeo se meta más en esto.