No me gustan niñas, pero si mis ojos no me engañan se puede ver en la mirada de una chiquilla el corazón roto de muchos muchachones, aunque arriba de su labio aun se ve esa pelucilla que seguro luego desaparece, aún así, tiene esa mirada pícara y la actitud correcta para saber que alguien morirá por ella.