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Exilio al vertice nublado
donde se opacan los muelles de whisky arido
donde sangra la latitud del pasto anclado, Eva.
En el castillo de carbon y yaga liquida del eco
eco de nubes de carne
Inyectamos noche con fogata de telaraña
descalso en el campo por ladrillos de vino.
Nuestra mesa es de trapos secos y hambre humeante.
los suspiros son negros y dibujados en cocaina, Eva.
Se desafina el pulso de los rios y mis sesos herrumbrados
dormimos en sollozos de lluvia.
Solo piedra son mis ojos , helechos azules en mis huesos
Sembraremos vertigo de luna muda
escribiremos vacio asimetrico
!Pegasos sin piel enseguida brotan lirios amargos en el aguijon!
Tenemos palidas lagrimas de tierra y cabellos domados por violines de leña.
Rasgamos la sed de los pendulos; son concentricos vientres de ceniza.
los segundos caen en la marea del fuego carroñero.
Eva es la indiferencia de la luz.
Exilio al vertice nublado
donde se opacan los muelles de whisky arido
donde sangra la latitud del pasto anclado, Eva.
En el castillo de carbon y yaga liquida del eco
eco de nubes de carne
Inyectamos noche con fogata de telaraña
descalso en el campo por ladrillos de vino.
Nuestra mesa es de trapos secos y hambre humeante.
los suspiros son negros y dibujados en cocaina, Eva.
Se desafina el pulso de los rios y mis sesos herrumbrados
dormimos en sollozos de lluvia.
Solo piedra son mis ojos , helechos azules en mis huesos
Sembraremos vertigo de luna muda
escribiremos vacio asimetrico
!Pegasos sin piel enseguida brotan lirios amargos en el aguijon!
Tenemos palidas lagrimas de tierra y cabellos domados por violines de leña.
Rasgamos la sed de los pendulos; son concentricos vientres de ceniza.
los segundos caen en la marea del fuego carroñero.
Eva es la indiferencia de la luz.