Cuando yo estaba en la universidad, alquilábamos un aparta. Sucede que había unas vecinas que eran lesbianas, y una de ellas de muy buen ver (como suele suceder) y uno para sus adentros dice “qué desperdicio una mujer tan bella y tortillera. No paso a más de una introspección con mi yo interno deseando a la vecina.
Luego ya de muchos años, husmeando por internet y me encuentro un anuncio en una de las páginas de citas, sin foto, de una chica que ofrece los servicios y con una descripción llamativa, sobre que buscaba alguien fijo para citas ocasionales porque no se dedicaba a eso.
Hay muchos anuncios que dicen lo mismo, pero, por alguna razón me pareció que era cierto, procedo a guardar el número y me animo a probar a ver si en efecto es una chica, y no otro de los tantos timos de ahora. Le escribo y le pregunto si hace todo lo que quiero, y me responde que sí, no hay problema, le pido una foto, y me manda una foto de civil, nada de ropa interior ni poses sexuales, sino, de ella de cara y cuerpo, es una chica de veinte quizá, super bella, blanca, labios rosados, esbelta, con una cinturita de avispa, ojos claros, pelo largo castaño, toda una belleza. Luego borró la foto, pero, ya la tenía guardada, con un pantallazo del celular. No le pedí más fotos y entonces acordamos vernos.
El día de la cita, me manda un mensaje que ya está ahí, y yo venia de hacer diligencias, por lo que iba tarde, le digo que me espere. Al llegar al lugar en efecto es la chica de la foto. Le digo que me acompañe a comprar algo y le pregunto si ella quiere algo y me dice que no. Compramos y nos vamos al hotel que ya tenía reservado.
Al entrar a la habitación le pregunto si nos podemos bañar primero, y ella dice que sí, se desviste sin más y se mete al baño.
Yo me quedo afuera y luego entro al rato después de cepillarme los dientes. Entro al baño y ella está enjabonándose. Me desvisto y le ayudo a enjabonarse. Tiene un cuerpo de infarto, tetitas medianas con un pezoncito rosadito pequeño y tetas paraditas, que casi alcanzan en mis manos. La bese en el cuello, en la boca, le quite el jabón con el agua tibia y luego de bañarnos salimos a la cama.
La beso y ella no responde, pero, tampoco me dice nada. Le digo que se acueste y le abro las piernas. La empiezo a mamar, y cambio entre chuparle esa vagina rosadita, y mamarle las ricas tetitas, despacito, muy despacito. Ella parece como intentar no excitarse, me da la impresión. Me pongo el condón. Cambiamos y le digo que se ponga de pie. Ella no es muy alta, calculo como 1,68 y al ponerse de pie, la beso. Luego empiezo, así como está a penetrarla suavemente de pie, la jalo de la cintura, luego la alejo, y siento como la respiración la delata, la penetro más profundamente y se le ve en la cara lo excitada que está. Esos ojos claros expresando deseo son lo mejor. Al mucho rato de estar así se la saco, y me siento en el respaldar de la cama. Ya para ese momento ella tenía cara de “si me la saca lo mato”, así que cuando me senté en el respaldar de la cama ella se apoyo de la pared que estaba a la par de la cama y me montó como pudo, estando todavía de pie. Me monto mucho rato y ya estaba que me venía, así que le dije que se subiera a la cama y se pusiera de cuatro. La imagen de ese rico culito, y ese panochito rosadito precioso, era increíble. Se la metí de cuatro mientras ella se agarraba del barandal del cabecero de la cama, todo vaginal, se nota ese culito no se lo han tocado. La agarré de la cintura y la penetré. Ella no hablaba mucho solo se agarraba fuerte del barandal y levantaba sus nalgas, para que la pudiera penetrar más profundo. Después de un rato ya no pude más y me vine. Seguí todo lo que pude mientras todavía la tenía dura. Me levante para quitarme el condón y ella me preguntó si se había roto, le dije que no, entonces me pregunta ¿y porque estoy tan mojada?, entonces le enseño el condón y le digo “no mi amor todo eso es suyo, el condón no se ha roto”.
Como estamos cerca de dónde ella agarra bus, nos ponemos la ropa y nos vamos de la mano a su parada, ella llama a una amiga y le dice que ya va de camino. Nos despedimos con un beso. Ella se va, yo me devuelvo al hotel.
Después de un tiempo volvimos a conversar, pero, no pudimos concretar nada. Hace poco la busqué, pero, encuentro está casada,
… con una mujer.
La imagino como aquellas vecinas de mis tiempos universitarios. Al fin; sin darme cuenta, me cogí una lesbiana. Imagino la amiga que llamó es su esposa, y dudo mucho le haya contado todo lo que hicimos y que ese día que quedo tan mojada que creyó se había roto el condón.
Seguramente acordaron prestaría esos servicios por un tiempo con el permiso de su pareja, ya no se anuncia. Fue una experiencia inolvidable y probablemente la única vez en mi vida con una lesbiana.
Luego ya de muchos años, husmeando por internet y me encuentro un anuncio en una de las páginas de citas, sin foto, de una chica que ofrece los servicios y con una descripción llamativa, sobre que buscaba alguien fijo para citas ocasionales porque no se dedicaba a eso.
Hay muchos anuncios que dicen lo mismo, pero, por alguna razón me pareció que era cierto, procedo a guardar el número y me animo a probar a ver si en efecto es una chica, y no otro de los tantos timos de ahora. Le escribo y le pregunto si hace todo lo que quiero, y me responde que sí, no hay problema, le pido una foto, y me manda una foto de civil, nada de ropa interior ni poses sexuales, sino, de ella de cara y cuerpo, es una chica de veinte quizá, super bella, blanca, labios rosados, esbelta, con una cinturita de avispa, ojos claros, pelo largo castaño, toda una belleza. Luego borró la foto, pero, ya la tenía guardada, con un pantallazo del celular. No le pedí más fotos y entonces acordamos vernos.
El día de la cita, me manda un mensaje que ya está ahí, y yo venia de hacer diligencias, por lo que iba tarde, le digo que me espere. Al llegar al lugar en efecto es la chica de la foto. Le digo que me acompañe a comprar algo y le pregunto si ella quiere algo y me dice que no. Compramos y nos vamos al hotel que ya tenía reservado.
Al entrar a la habitación le pregunto si nos podemos bañar primero, y ella dice que sí, se desviste sin más y se mete al baño.
Yo me quedo afuera y luego entro al rato después de cepillarme los dientes. Entro al baño y ella está enjabonándose. Me desvisto y le ayudo a enjabonarse. Tiene un cuerpo de infarto, tetitas medianas con un pezoncito rosadito pequeño y tetas paraditas, que casi alcanzan en mis manos. La bese en el cuello, en la boca, le quite el jabón con el agua tibia y luego de bañarnos salimos a la cama.
La beso y ella no responde, pero, tampoco me dice nada. Le digo que se acueste y le abro las piernas. La empiezo a mamar, y cambio entre chuparle esa vagina rosadita, y mamarle las ricas tetitas, despacito, muy despacito. Ella parece como intentar no excitarse, me da la impresión. Me pongo el condón. Cambiamos y le digo que se ponga de pie. Ella no es muy alta, calculo como 1,68 y al ponerse de pie, la beso. Luego empiezo, así como está a penetrarla suavemente de pie, la jalo de la cintura, luego la alejo, y siento como la respiración la delata, la penetro más profundamente y se le ve en la cara lo excitada que está. Esos ojos claros expresando deseo son lo mejor. Al mucho rato de estar así se la saco, y me siento en el respaldar de la cama. Ya para ese momento ella tenía cara de “si me la saca lo mato”, así que cuando me senté en el respaldar de la cama ella se apoyo de la pared que estaba a la par de la cama y me montó como pudo, estando todavía de pie. Me monto mucho rato y ya estaba que me venía, así que le dije que se subiera a la cama y se pusiera de cuatro. La imagen de ese rico culito, y ese panochito rosadito precioso, era increíble. Se la metí de cuatro mientras ella se agarraba del barandal del cabecero de la cama, todo vaginal, se nota ese culito no se lo han tocado. La agarré de la cintura y la penetré. Ella no hablaba mucho solo se agarraba fuerte del barandal y levantaba sus nalgas, para que la pudiera penetrar más profundo. Después de un rato ya no pude más y me vine. Seguí todo lo que pude mientras todavía la tenía dura. Me levante para quitarme el condón y ella me preguntó si se había roto, le dije que no, entonces me pregunta ¿y porque estoy tan mojada?, entonces le enseño el condón y le digo “no mi amor todo eso es suyo, el condón no se ha roto”.
Como estamos cerca de dónde ella agarra bus, nos ponemos la ropa y nos vamos de la mano a su parada, ella llama a una amiga y le dice que ya va de camino. Nos despedimos con un beso. Ella se va, yo me devuelvo al hotel.
Después de un tiempo volvimos a conversar, pero, no pudimos concretar nada. Hace poco la busqué, pero, encuentro está casada,
… con una mujer.
La imagino como aquellas vecinas de mis tiempos universitarios. Al fin; sin darme cuenta, me cogí una lesbiana. Imagino la amiga que llamó es su esposa, y dudo mucho le haya contado todo lo que hicimos y que ese día que quedo tan mojada que creyó se había roto el condón.
Seguramente acordaron prestaría esos servicios por un tiempo con el permiso de su pareja, ya no se anuncia. Fue una experiencia inolvidable y probablemente la única vez en mi vida con una lesbiana.