ambarindigo
ANÓNIMO
El año era dos mil algo, el mes alguno entre Mayo y Noviembre, ella era mi prima...mi amor sabrosa, la única, la bella, con la que pase todo lo que tenía que pasar, con ella pasar el tiempo era como caminar sobre fuego, nadar con tiburones o saltar en paracaidas.
Un miercoles me propuso acompañarla a visitar a su abuela, bueno....a abuela Gema, doña Gema no tenía ningún grado de consanguinidad conmigo, ella era la abuela por parte de su papá, pero en la familia todos le llamabamos Gemita o abuela Gema, o mamá, a todos nos consideraba sus nietos, entonces era como si yo visitara a mi propia familia.
Un sabado temprano nos encaminamos a la casa de su abuela, Indira le había comprado un horno y un juego de ollas que ella quería, ademas medias medicadas para las piernas y otras cosas mas, y todo esto no se podía llevar en bus, yo le pedí el carro a mi papá para llevar todo en el cajón, la casa de abuela Gema, está mas hacia allá del Cerro de la muerte, a solo unos 400 metros de la carretera, llueve, hace frio, el cielo está gris gran parte del año, pero aún así es un lugar hermoso...
-Deberíamos buscar apretarnos en el bosque de los coyos
-Jajaja..en el que?
-El bosque de los coyotes...que está mas hacia arriba, por donde hay una cruz
-Ah si..ahí...y porque?
-No recuerdas ese lugar?
-Si claro
Indira y yo coincidimos muchas veces en la casa de abuelita Gema, junto con otros primos, su tio es padrino de mi hermano y los visitaba regularmente, pero Indira es menor que yo, y la pobre pasaba moquienta y ensuetada en esas visitas, yo ni siquiera le prestaba atención...pero...pero...ahora que lo pienso mientras escribo estas lineas y al ir manejando meditabundo por la solitaria e inhospita carretera interamericana puedo evocar recuerdos minimos de mi mismo llevando a Indira de la mano a los 10 años para que no tropezara en el barro, cediendole mi popi de una piñata, la recuerdo llorando porque yo la dejaba atras caminado hacia el bosque y ella con su voz de niña gritando: Dadioooooo Dadioooooooo, y yo apenas unos pocos años mayor era el único que le tocaba el corazon de esa pequeña indefensa mocosa moquienta de 5 años que regresaba para ayudarle a avanzar entre la neblina, que a duras penas podía caminar por las botas enlodadas, el abrigo esponjoso e incomodo, y apenas podía ver porque el gorro le tapaba los ojos. Siendo que ella tenía algunos primos mucho mayores que yo a ellos no les importaba, cuando tenía 3 años mi mamá la tenía en su regazo, mi papá entró del trabajo y prendio la televisión de la cocina, y me dijo algo apurado en italiano, mi hermano respondió desde afuera (yo no lo entiendo tan bien), pero a Indira le causo una risa tremenda oir esos sonidos ininteligibles para ella, mi papa le pellizcó la nariz:
-Io voi revare questa bella naso de la tua facia...
Las carcajadas de Indira llegaban al punto de hacerla toser...
Yo sabía que Indira en su asiento tambien recordaba eso, porque se sonrío y no dijo mas sobre el asunto. Solte mi mano del volante y le tome la suya, ella sonrió y recostó la cabeza al vidrio...
Tan solo girar a la izquierda me trajo los mas hermosos recuerdos de ese lugar, una finca que no cambiaría por ninguna propiedad en la playa, parqueamos en la explanada de tierra dura y blanca en el centro de las casas, caminar hacia esa casa siempre con la puerta abierta y oir el chisporroteo de la cocina de leña casi me saca las lagrimas, hacia tanto que no estaba ahi.
Varios diciembres y no diciembres nuestras familias coincidieron ahí, era una imagen renacentista llena de color en medio de la espesa niebla, afuera en la entrada de la casa había un techo que cubria un ollón enorme montado sobre un fogon rodeado por una tarima cortada en 4, los niños corrían de un lado a otro organizando un partido, todos aturugados de pan con jalea de mora y natilla, las niñas jugaban cromos y vestían muñecas, o jugaban eso que juegan con un elástico.
Adentro desde la puerta hasta la cocina una linea de emsamblaje que Henry Ford hubiese querido patentar; Grecia ponía masa en la hoja suazada que tio Lino sacaba del fuego vivo, mi mamá ponía chile, huevo y zanahoria, Victoria la tia de Indira ponía carne, vainica y petit pois, mi tia suegra ponia pellejo de chancho con una mano y con la otra una cucharada de frijoles, abuela Gema los amarraba y los ponia perfectos como ladrillos en un tablón de dulce, mi otro tío los levantaba para llevarlos al ollón y mi papá y mi tio ahora suegro....?
Atizando el fuego y preparando un traguito, no faltaban las 2 cajas de cerveza y unas 2 botellas de Matusalem (puaj!!) y Cacique....
La alegría de la casa en ese momento era Ericka, la bebé de 5 meses de mi tio Lino, una belleza que todos alrededor parabamos para hacerle monadas, yo era un puberto para entonces, entonces era inutil en los tamales e inutil para armar el fuego, don Abel el abuelo de Indira y esposo de abuela Gema (a el jamas me hubiera atrevido a llamarlo abuelo..simplemente..Bel) no tenía reparo en involucrar a los hombres en las mas arduas tareas del campo, me llamo a mi y a otro primo a ayudarle a arreglar el camión.
Bajó el carburado y me lo dio junto con un carton delgado y una lima y un maso: -Hacele un empaque...
Yo mire por todos lados confundido, el se rió y me explicó como se hacía...sorprendentemente pude hacerlo, era un hombre dulce y respetuoso. Murio mucho antes de abuela Gema.
Los tamales que eran montones cogieron fuego y quedaron ricos ya al filo de las 9, Lino era encargado de la pequeña lechería de mas arriba, había recibido un curso en el INA de como proteger los productos lacteos, ahora la natilla se vendía en la zona, pero el mejor producto era la leche misma, la leche de altura siempre fuerte, ese día recuerdo a Lino bajar temprano y a todos los miembros de la familia haciendole el bullicio caracteristico de las familias costarricences:
-Eh eh diay...porque bajó temprano?
-Nada nada...me dio hambre
-Y sed. Dijo mi mamá
-Diay si
Lino traía su guitarra debajo del brazo, guitarra que Bel le compró como regalo de graduación de la escuela, y aunque Lino terminó el colegio e incluso asistió a la universidad para ser profesor de primaria y de música su pasión por el campo nunca lo alejó de su casa, su esposa hizo un buen negocio vendiendo ropa interior y cremas traídas del exterior, allí en esos tiempos una crema o un jabon hipoalergenico podía ser muy valioso.
Lino se sento con un café...oh si ..el café....religiosamente se hacía café y si no fuera porque no lo pedía hasta a Ericka le hubieran dado, todo los chiquillos de cualquier edad, vecinos de la zona, y cualquiera que pasaba por ahí asi fuera un desconocido podía caminar desde la entrada para seguir el camino viejo al llano y saldría convidado con café, pozol, tortillas palmeadas con mantequilla y pan de elote.
Bel había hecho un cuarto extra y una letrina cercana para los caminantes perdidos, idea que se le ocurrio cuando Melo (Carmelo) un señor de 75 años quedó extraviado cuando llevaba a su nieto hacia Cartago, su caballo se le nego a seguir seguro de viejo, Melo cortó la mochila e hizo un improvisado portabebes para llevar al pequeñito, camino 6 kilometros y vio a Bel entrando con su Datsun pickup modelo 63 y le pidio agua, Bel lo llevo a la casa, le dieron puré al chiquito, a Melo café y comida, le secaron la ropa y pudo seguir el otro día, la esperanza de Bel no era por la romería, era que su nieto nació en la casa, enfermo y su esperanza era que en Cartago lo curaran, lo llevaron a Dota y ahi le dieron la vacuna, el pobre tenía una infección bronquial, la mamá fallecio poco despues del parto, Bel hizo una letrina que duro hasta 1980 en caso de que alguien se perdiera.
Bien,...pues Lino se sentó en la cocina calientita se tomó un sorbo mas, y empezó a cantar:
Dedicada de tal para tal, y mencionaba los correspondientes nombres de algun matrimonio presente
-La guitarra es como la mujer si no la tocas no suena....a la guitarra tocale tocale las cuerdas a la mujer tocale tocale las piernas....
Las manos toscas y dura de Lino eran habiles con los instrumentos, el decía que siempre le hubiera gustado hablar Inglés para cantarlo bien, aunque si se sabía una canción en frances que usaba para galantear. Lino tomaba Cacique con soda y le encanta, un avez ennotado por el traguillo se vuelve una maquina de cocinar chicharrones.
Alguna vez la tos de la pobre se oía en media canción, Bel la alzaba, le secaba la cara, le tomaba la temperatura y le cambiaba el abrigo. La cocina chisporroteaba, Gema casi lloraba de ver a la familia unida, como se conocieron mis tios? Mi tía se fue a estudiar a San Jose y mi tio era profesor recien graduado, se tomaron un café en la soda Palace, una pelicula en el Rex, una bailadita en El Tobogan, se tiraron confeti en el avenidazo y unos meses despues del matrimonio en el Sagrado Corazon ya tenían a Grecia pataleando.
Los recuerdos aumentaban a medida que nos acercabamos, doña Gema salió y nos esperaba:
-Chiquitos...mis amores, creí que ya no venían
Estiró los brazos y apretujó a Indira, me abrazó a mi y nos llevo adentro
Indira le llevaba algunos cuantos regalos y medicamentos, todo estaba como lo recordaba: los cuadros, la niguenta, la cocina inmovible.
-Usted nunca pero nunca volvió aqui chiquito....
Era cierto, no iba desde loos 15 o 16. La familia se reunió por el cumpleaños de Bel, pero tambien había trabajo que hacer, las mujeres prepararon almuerzo y los hombres todos nos fuimos detras por donde pasa la quebrada a ver un arbol que amenazaba con caerse y llevarse el tendido electrico, la mejor solución era que mi otro tío subiera amarrado con una motosierra y cortara todas las ramas que pudiera, mientras abajo apurados antes de la lluvia los varones que quedabamos cada uno con un hacha golpearamos para derribar el tronco, mi tío arriba cortaba el copete, y nosotros nos turnabamos para dar el golpe de hacha, el rio sonaba fuerte, la mejor banda sonora hubiese sido Il Trovatore de Guiseppe Verdi....
Al lotra al lotra...
dagli!!! Martella!!!!
Chi del gitano il giorni abella chi chi
Giorni abe -e la....
chi del gitano il giorni abella...
la cingare-e-lla!!!
Ya empezaba a llover, mi papa no quería que estuviera ahi por los dificultoso de levantar el hacha con mi cuerpo flaco, pero yo quería ser util y Bel insistio..
-Dejálo dejálo que ayude, peor que se quede viendo
Ya llovia y yo mismo me autoricé a quitarme la jacket y cubrir a Paola a pesar del frio y la lluvia, la vecina que miraba todo para avisarnos, pues todos teniamos casco amarillo de trabajador y no podíamos levantar la vista a cada rato, o perderíamos el ritmo del golpeteo de hacha.
200 golpes de hacha ya lo tenía listo, mi tio bajó y 50 golpes mas lo tumbaron, cayo a la quebrada sin tocar nada, todos corrimos adentro, y dejamos la tarea de trozarlo para despues.
La letrina de afuera ya no existía, era noventa y algo, ahora ahi había un jardín. Al tercer día de eso falté al colegio por el dolor de hombros y brazos, supongo que los tios de Indira y su abuelo pues no...cosa comun en ellos....
Rezamos el rosario, comimos, Gema vio fotos de Indira graduandose del cole, yendo a la u, en el trabajo, etc, rezamos el rosario con 1 vecina que era quien le ayudaba y con Victoria que estaba ahí. Abuela Gema nos contó sobre las travesías de su otro hijo que se fue a vivir a Alajuela, agobiado por el calor, a arreglar telares y maquinas de coser.
Nos despedimos de ella y nos pidio que por favor regresaramos pronto.
-Abuela Gema, vamos a ir un toque ahi al bosque de los coyotes, despues nos vamos...necesita algo?
-No Indirita...vayan, cuidense mucho....
Se llama Bosque de los coyotes porque pues por ahi antes había muchos coyotes, se oyen en la noche, temen a los humanos mas que nosotros a ellos, cazan en la noche, en el día se esconden con una facilidad casi mágica, odía el bullicio y aman la oscuridad, son como un perro pero flaco y bajo, aunque tienes unos muslos briosos y gruesos, hacen un aullido ahogado que se los juro que si los oigo solos en la noche ahi mismo caigo de rodillas, nunca olvidaré esos aullidos.
Indira y yo caminamos de la mano entre las hojas secas, entre los arboles que silban y traquean con el viento, a veces parece que estuvieran vivos, en cada esquina hay una sobre enorme que parece esconderse, la empuje contra un arbol y empecé a besarla como nunca antes, ya no era lujuria pura sino cariño autentico...los labios humedos de Indira siempre arreglaban mi día, le mordí las mejillas y le metí mi mano debajo de su ropa para acariciar su espalda, ella me sostuvo de la oreja y me mordió el labio, se hacía tarde y el cielo retumbaba y se ponía gris, Indira se abrazó de mi cuello y me dijo palabras que nunca voy a poder olvidar.
-Gracias por traerme, nadie había hecho eso por mi, por cosas asi te amo...
Ya sigo escribiendo, necesito hacer cosas...
Un miercoles me propuso acompañarla a visitar a su abuela, bueno....a abuela Gema, doña Gema no tenía ningún grado de consanguinidad conmigo, ella era la abuela por parte de su papá, pero en la familia todos le llamabamos Gemita o abuela Gema, o mamá, a todos nos consideraba sus nietos, entonces era como si yo visitara a mi propia familia.
Un sabado temprano nos encaminamos a la casa de su abuela, Indira le había comprado un horno y un juego de ollas que ella quería, ademas medias medicadas para las piernas y otras cosas mas, y todo esto no se podía llevar en bus, yo le pedí el carro a mi papá para llevar todo en el cajón, la casa de abuela Gema, está mas hacia allá del Cerro de la muerte, a solo unos 400 metros de la carretera, llueve, hace frio, el cielo está gris gran parte del año, pero aún así es un lugar hermoso...
-Deberíamos buscar apretarnos en el bosque de los coyos
-Jajaja..en el que?
-El bosque de los coyotes...que está mas hacia arriba, por donde hay una cruz
-Ah si..ahí...y porque?
-No recuerdas ese lugar?
-Si claro
Indira y yo coincidimos muchas veces en la casa de abuelita Gema, junto con otros primos, su tio es padrino de mi hermano y los visitaba regularmente, pero Indira es menor que yo, y la pobre pasaba moquienta y ensuetada en esas visitas, yo ni siquiera le prestaba atención...pero...pero...ahora que lo pienso mientras escribo estas lineas y al ir manejando meditabundo por la solitaria e inhospita carretera interamericana puedo evocar recuerdos minimos de mi mismo llevando a Indira de la mano a los 10 años para que no tropezara en el barro, cediendole mi popi de una piñata, la recuerdo llorando porque yo la dejaba atras caminado hacia el bosque y ella con su voz de niña gritando: Dadioooooo Dadioooooooo, y yo apenas unos pocos años mayor era el único que le tocaba el corazon de esa pequeña indefensa mocosa moquienta de 5 años que regresaba para ayudarle a avanzar entre la neblina, que a duras penas podía caminar por las botas enlodadas, el abrigo esponjoso e incomodo, y apenas podía ver porque el gorro le tapaba los ojos. Siendo que ella tenía algunos primos mucho mayores que yo a ellos no les importaba, cuando tenía 3 años mi mamá la tenía en su regazo, mi papá entró del trabajo y prendio la televisión de la cocina, y me dijo algo apurado en italiano, mi hermano respondió desde afuera (yo no lo entiendo tan bien), pero a Indira le causo una risa tremenda oir esos sonidos ininteligibles para ella, mi papa le pellizcó la nariz:
-Io voi revare questa bella naso de la tua facia...
Las carcajadas de Indira llegaban al punto de hacerla toser...
Yo sabía que Indira en su asiento tambien recordaba eso, porque se sonrío y no dijo mas sobre el asunto. Solte mi mano del volante y le tome la suya, ella sonrió y recostó la cabeza al vidrio...
Tan solo girar a la izquierda me trajo los mas hermosos recuerdos de ese lugar, una finca que no cambiaría por ninguna propiedad en la playa, parqueamos en la explanada de tierra dura y blanca en el centro de las casas, caminar hacia esa casa siempre con la puerta abierta y oir el chisporroteo de la cocina de leña casi me saca las lagrimas, hacia tanto que no estaba ahi.
Varios diciembres y no diciembres nuestras familias coincidieron ahí, era una imagen renacentista llena de color en medio de la espesa niebla, afuera en la entrada de la casa había un techo que cubria un ollón enorme montado sobre un fogon rodeado por una tarima cortada en 4, los niños corrían de un lado a otro organizando un partido, todos aturugados de pan con jalea de mora y natilla, las niñas jugaban cromos y vestían muñecas, o jugaban eso que juegan con un elástico.
Adentro desde la puerta hasta la cocina una linea de emsamblaje que Henry Ford hubiese querido patentar; Grecia ponía masa en la hoja suazada que tio Lino sacaba del fuego vivo, mi mamá ponía chile, huevo y zanahoria, Victoria la tia de Indira ponía carne, vainica y petit pois, mi tia suegra ponia pellejo de chancho con una mano y con la otra una cucharada de frijoles, abuela Gema los amarraba y los ponia perfectos como ladrillos en un tablón de dulce, mi otro tío los levantaba para llevarlos al ollón y mi papá y mi tio ahora suegro....?
Atizando el fuego y preparando un traguito, no faltaban las 2 cajas de cerveza y unas 2 botellas de Matusalem (puaj!!) y Cacique....
La alegría de la casa en ese momento era Ericka, la bebé de 5 meses de mi tio Lino, una belleza que todos alrededor parabamos para hacerle monadas, yo era un puberto para entonces, entonces era inutil en los tamales e inutil para armar el fuego, don Abel el abuelo de Indira y esposo de abuela Gema (a el jamas me hubiera atrevido a llamarlo abuelo..simplemente..Bel) no tenía reparo en involucrar a los hombres en las mas arduas tareas del campo, me llamo a mi y a otro primo a ayudarle a arreglar el camión.
Bajó el carburado y me lo dio junto con un carton delgado y una lima y un maso: -Hacele un empaque...
Yo mire por todos lados confundido, el se rió y me explicó como se hacía...sorprendentemente pude hacerlo, era un hombre dulce y respetuoso. Murio mucho antes de abuela Gema.
Los tamales que eran montones cogieron fuego y quedaron ricos ya al filo de las 9, Lino era encargado de la pequeña lechería de mas arriba, había recibido un curso en el INA de como proteger los productos lacteos, ahora la natilla se vendía en la zona, pero el mejor producto era la leche misma, la leche de altura siempre fuerte, ese día recuerdo a Lino bajar temprano y a todos los miembros de la familia haciendole el bullicio caracteristico de las familias costarricences:
-Eh eh diay...porque bajó temprano?
-Nada nada...me dio hambre
-Y sed. Dijo mi mamá
-Diay si
Lino traía su guitarra debajo del brazo, guitarra que Bel le compró como regalo de graduación de la escuela, y aunque Lino terminó el colegio e incluso asistió a la universidad para ser profesor de primaria y de música su pasión por el campo nunca lo alejó de su casa, su esposa hizo un buen negocio vendiendo ropa interior y cremas traídas del exterior, allí en esos tiempos una crema o un jabon hipoalergenico podía ser muy valioso.
Lino se sento con un café...oh si ..el café....religiosamente se hacía café y si no fuera porque no lo pedía hasta a Ericka le hubieran dado, todo los chiquillos de cualquier edad, vecinos de la zona, y cualquiera que pasaba por ahí asi fuera un desconocido podía caminar desde la entrada para seguir el camino viejo al llano y saldría convidado con café, pozol, tortillas palmeadas con mantequilla y pan de elote.
Bel había hecho un cuarto extra y una letrina cercana para los caminantes perdidos, idea que se le ocurrio cuando Melo (Carmelo) un señor de 75 años quedó extraviado cuando llevaba a su nieto hacia Cartago, su caballo se le nego a seguir seguro de viejo, Melo cortó la mochila e hizo un improvisado portabebes para llevar al pequeñito, camino 6 kilometros y vio a Bel entrando con su Datsun pickup modelo 63 y le pidio agua, Bel lo llevo a la casa, le dieron puré al chiquito, a Melo café y comida, le secaron la ropa y pudo seguir el otro día, la esperanza de Bel no era por la romería, era que su nieto nació en la casa, enfermo y su esperanza era que en Cartago lo curaran, lo llevaron a Dota y ahi le dieron la vacuna, el pobre tenía una infección bronquial, la mamá fallecio poco despues del parto, Bel hizo una letrina que duro hasta 1980 en caso de que alguien se perdiera.
Bien,...pues Lino se sentó en la cocina calientita se tomó un sorbo mas, y empezó a cantar:
Dedicada de tal para tal, y mencionaba los correspondientes nombres de algun matrimonio presente
-La guitarra es como la mujer si no la tocas no suena....a la guitarra tocale tocale las cuerdas a la mujer tocale tocale las piernas....
Las manos toscas y dura de Lino eran habiles con los instrumentos, el decía que siempre le hubiera gustado hablar Inglés para cantarlo bien, aunque si se sabía una canción en frances que usaba para galantear. Lino tomaba Cacique con soda y le encanta, un avez ennotado por el traguillo se vuelve una maquina de cocinar chicharrones.
Alguna vez la tos de la pobre se oía en media canción, Bel la alzaba, le secaba la cara, le tomaba la temperatura y le cambiaba el abrigo. La cocina chisporroteaba, Gema casi lloraba de ver a la familia unida, como se conocieron mis tios? Mi tía se fue a estudiar a San Jose y mi tio era profesor recien graduado, se tomaron un café en la soda Palace, una pelicula en el Rex, una bailadita en El Tobogan, se tiraron confeti en el avenidazo y unos meses despues del matrimonio en el Sagrado Corazon ya tenían a Grecia pataleando.
Los recuerdos aumentaban a medida que nos acercabamos, doña Gema salió y nos esperaba:
-Chiquitos...mis amores, creí que ya no venían
Estiró los brazos y apretujó a Indira, me abrazó a mi y nos llevo adentro
Indira le llevaba algunos cuantos regalos y medicamentos, todo estaba como lo recordaba: los cuadros, la niguenta, la cocina inmovible.
-Usted nunca pero nunca volvió aqui chiquito....
Era cierto, no iba desde loos 15 o 16. La familia se reunió por el cumpleaños de Bel, pero tambien había trabajo que hacer, las mujeres prepararon almuerzo y los hombres todos nos fuimos detras por donde pasa la quebrada a ver un arbol que amenazaba con caerse y llevarse el tendido electrico, la mejor solución era que mi otro tío subiera amarrado con una motosierra y cortara todas las ramas que pudiera, mientras abajo apurados antes de la lluvia los varones que quedabamos cada uno con un hacha golpearamos para derribar el tronco, mi tío arriba cortaba el copete, y nosotros nos turnabamos para dar el golpe de hacha, el rio sonaba fuerte, la mejor banda sonora hubiese sido Il Trovatore de Guiseppe Verdi....
Al lotra al lotra...
dagli!!! Martella!!!!
Chi del gitano il giorni abella chi chi
Giorni abe -e la....
chi del gitano il giorni abella...
la cingare-e-lla!!!
Ya empezaba a llover, mi papa no quería que estuviera ahi por los dificultoso de levantar el hacha con mi cuerpo flaco, pero yo quería ser util y Bel insistio..
-Dejálo dejálo que ayude, peor que se quede viendo
Ya llovia y yo mismo me autoricé a quitarme la jacket y cubrir a Paola a pesar del frio y la lluvia, la vecina que miraba todo para avisarnos, pues todos teniamos casco amarillo de trabajador y no podíamos levantar la vista a cada rato, o perderíamos el ritmo del golpeteo de hacha.
200 golpes de hacha ya lo tenía listo, mi tio bajó y 50 golpes mas lo tumbaron, cayo a la quebrada sin tocar nada, todos corrimos adentro, y dejamos la tarea de trozarlo para despues.
La letrina de afuera ya no existía, era noventa y algo, ahora ahi había un jardín. Al tercer día de eso falté al colegio por el dolor de hombros y brazos, supongo que los tios de Indira y su abuelo pues no...cosa comun en ellos....
Rezamos el rosario, comimos, Gema vio fotos de Indira graduandose del cole, yendo a la u, en el trabajo, etc, rezamos el rosario con 1 vecina que era quien le ayudaba y con Victoria que estaba ahí. Abuela Gema nos contó sobre las travesías de su otro hijo que se fue a vivir a Alajuela, agobiado por el calor, a arreglar telares y maquinas de coser.
Nos despedimos de ella y nos pidio que por favor regresaramos pronto.
-Abuela Gema, vamos a ir un toque ahi al bosque de los coyotes, despues nos vamos...necesita algo?
-No Indirita...vayan, cuidense mucho....
Se llama Bosque de los coyotes porque pues por ahi antes había muchos coyotes, se oyen en la noche, temen a los humanos mas que nosotros a ellos, cazan en la noche, en el día se esconden con una facilidad casi mágica, odía el bullicio y aman la oscuridad, son como un perro pero flaco y bajo, aunque tienes unos muslos briosos y gruesos, hacen un aullido ahogado que se los juro que si los oigo solos en la noche ahi mismo caigo de rodillas, nunca olvidaré esos aullidos.
Indira y yo caminamos de la mano entre las hojas secas, entre los arboles que silban y traquean con el viento, a veces parece que estuvieran vivos, en cada esquina hay una sobre enorme que parece esconderse, la empuje contra un arbol y empecé a besarla como nunca antes, ya no era lujuria pura sino cariño autentico...los labios humedos de Indira siempre arreglaban mi día, le mordí las mejillas y le metí mi mano debajo de su ropa para acariciar su espalda, ella me sostuvo de la oreja y me mordió el labio, se hacía tarde y el cielo retumbaba y se ponía gris, Indira se abrazó de mi cuello y me dijo palabras que nunca voy a poder olvidar.
-Gracias por traerme, nadie había hecho eso por mi, por cosas asi te amo...
Ya sigo escribiendo, necesito hacer cosas...