Hace unos pocos años visité una sala de masajes en Paseo Colon a ver qué había bueno.
Decidí pasar con una wila que me recordaba mucho a una compañera de trabajo que estaba bien buena. El caso es que no sólo era compañera sino que yo era su jefe, entonces tirarle la hablada era imposible, pero siempre se me antojaba. Ella se llamaba Kim.
Entonces, estando en la habitación con esta otra wila, le conté que se parecía mucho a mi compañera Kim, y que por eso la había escogido. Resulta que la wila hacía el anal y me lo ofreció, así que por supuesto acepté. Y ya estando en lo mejor de la faena, entre gemidos me dice: "Así se siente tener la picha en el culo de Kim!". Yo casi me riego ahí mismo con sólo ese comentario.
Hasta la fecha me acuerdo y se me pone dura de acordarme de las dos wilas. Para mí fue prácticamente como haberme culeado a Kim por el culo, sin que ella nunca se enterara.
Decidí pasar con una wila que me recordaba mucho a una compañera de trabajo que estaba bien buena. El caso es que no sólo era compañera sino que yo era su jefe, entonces tirarle la hablada era imposible, pero siempre se me antojaba. Ella se llamaba Kim.
Entonces, estando en la habitación con esta otra wila, le conté que se parecía mucho a mi compañera Kim, y que por eso la había escogido. Resulta que la wila hacía el anal y me lo ofreció, así que por supuesto acepté. Y ya estando en lo mejor de la faena, entre gemidos me dice: "Así se siente tener la picha en el culo de Kim!". Yo casi me riego ahí mismo con sólo ese comentario.
Hasta la fecha me acuerdo y se me pone dura de acordarme de las dos wilas. Para mí fue prácticamente como haberme culeado a Kim por el culo, sin que ella nunca se enterara.