mau.castillo84
ANÓNIMO
Esta es la primera vez que escribo en años de ver de vez en cuando el foro, uno siempre dice "tengo que contar esta historia es toda loca, pero hoy no tengo tiempo luego" y así pasan años....
Esto lo empezaré con el relato de una amiga, bueno unos amigos... son un matrimonio swinger con un par de años en el ambiente, han ido poquito a poco, ya había probado trio MHM e intercambio soft... resulta que yo si tengo 8 años en este ambiente (poquito a poco), tanto como single, corneador y una época que tuve pareja.
A ellos los conocí a través de mi perfíl del ambiente en facebook, conversamos por unas semanas, y un día nos conocimos en San José. Yo disfruté mucho del encuentro, la mujer es candela pura! y el honor que le permitan a uno cumplir su fantasía y saber que lo disfrutaron, es algo invaluable... A ellos les gusta mucho escribir, lo hacen realmente como vocación...
Acá dejo el relato escrito por "Paula" (nombres fueron cambiados) -luego me tocará escribir por mi cuanta unas historias locas que son interesantes de leer jeje-
y dice así:
"Y al fin ocurrió, conseguimos al candidato ideal para cumplir mi fantasía de un trío hmh. No fue nada fácil, pero después de mucho buscar, al fin hallamos al hombre que cumplía con nuestras expectativas. La conversación con él se dio de forma muy natural y nos brindó la confianza que tanto buscábamos. Me encantó que tuviese tanta experiencia pues sentí que estaría en buenas manos.
Concretamos la cita para conocernos y Carlos me preguntó: "Te atreverías a hacerlo hoy mismo?". Wow, me puso a pensar, pero la verdad es que sí estaba dispuesta. Me arreglé con tantos nervios como para una cita romántica, pero segura de que todo estaría bien, porque Carlos estaba conmigo; él jamás permitiría que yo me sintiera incómoda o comprometida a hacer algo que no quiero.
Llegamos al lugar y ahí estaba él, las fotos no me engañaron, realmente es muy guapo y tiene una sonrisa encantadora, sexy y pícara. Mis nervios disminuyeron un poco y fui sintiéndome más cómoda. La conversación fue súper amena y relajada, conversamos sobre nuestras experiencias y expectativas hasta que Mauro nos dijo: Bueno chicos, por aquí cerca hay un hotel ¿se animan? Yo estaba segura de lo que quería y sabía que Carlos estaba dispuesto, así que sin pensarlo mucho dijimos que si. Quedamos en vernos en el lugar y yo sentía que el corazón se me saldría por la boca, estaba muy nerviosa y emocionada al mismo tiempo. Mi amor se aseguró que estuviese de acuerdo y segura de dar el paso, eso me dio aún más confianza y valor para hacerlo.
Llegamos al hotel convenido y subimos los tres a la habitación; yo no tenía ni idea de qué hacer o cómo actuar, solo quería dejarme llevar y ser poseída por ese par de galanes, que tenía a mi entera disposición. Mauro, con su gran experiencia puso el ambiente a tono y ofreció iniciar con un masaje. Él tenía pensado hacerlo con mi ropa puesta, yo opté por algo más atrevido, desnuda. La pedí a Carlos que me quitara la camisa, luego el brasier y allí empezó la acción. Recibí un delicioso masaje, entre los dos me estrujaban, me acariciaban y besaban toda mi piel. No podía pedirle nada más a la vida, pero ella se encargó de hacerme cambiar de opinión. No hay palabras suficientes para describir lo que vino a continuación, mi boca les brindó placer a ambos, sus bocas hicieron lo mismo conmigo. Mientras le hacía una rica felación a Mauro, Carlos me penetraba desde atrás para luego intercambiarse los papeles. Cabalgué sobre Mauro, pero yo era el potro indomable, sentirlo tan dentro de mi me hizo mover incontrolablemente las caderas hasta alcanzar un exquisito orgasmo.
Y seguimos, y seguimos, y seguimos... Los minutos se convirtieron en horas que no vimos pasar. Les pedí que llegaran en mi cara, para esto me senté en el piso y los masturbé y chupe hasta que Carlos se vino sobre mí, llenándome por completo la cara y el pecho con su rico semen. Seguí en mi faena hasta lograr lo mismo con Mauro.
Exhausta y complacida no vino otra cosa a mi mente más que decirles: todas las mujeres deberían vivir esto al menos una vez en su vida. Y es que la sensación de plenitud que viví fue increíble, fui una diosa adorada por aquellos dos hombres que siempre estuvieron dispuestos a darlo todo por mi en esa habitación de hotel.
No puedo querer otra cosa, más que se repita"
Esto lo empezaré con el relato de una amiga, bueno unos amigos... son un matrimonio swinger con un par de años en el ambiente, han ido poquito a poco, ya había probado trio MHM e intercambio soft... resulta que yo si tengo 8 años en este ambiente (poquito a poco), tanto como single, corneador y una época que tuve pareja.
A ellos los conocí a través de mi perfíl del ambiente en facebook, conversamos por unas semanas, y un día nos conocimos en San José. Yo disfruté mucho del encuentro, la mujer es candela pura! y el honor que le permitan a uno cumplir su fantasía y saber que lo disfrutaron, es algo invaluable... A ellos les gusta mucho escribir, lo hacen realmente como vocación...
Acá dejo el relato escrito por "Paula" (nombres fueron cambiados) -luego me tocará escribir por mi cuanta unas historias locas que son interesantes de leer jeje-
y dice así:
"Y al fin ocurrió, conseguimos al candidato ideal para cumplir mi fantasía de un trío hmh. No fue nada fácil, pero después de mucho buscar, al fin hallamos al hombre que cumplía con nuestras expectativas. La conversación con él se dio de forma muy natural y nos brindó la confianza que tanto buscábamos. Me encantó que tuviese tanta experiencia pues sentí que estaría en buenas manos.
Concretamos la cita para conocernos y Carlos me preguntó: "Te atreverías a hacerlo hoy mismo?". Wow, me puso a pensar, pero la verdad es que sí estaba dispuesta. Me arreglé con tantos nervios como para una cita romántica, pero segura de que todo estaría bien, porque Carlos estaba conmigo; él jamás permitiría que yo me sintiera incómoda o comprometida a hacer algo que no quiero.
Llegamos al lugar y ahí estaba él, las fotos no me engañaron, realmente es muy guapo y tiene una sonrisa encantadora, sexy y pícara. Mis nervios disminuyeron un poco y fui sintiéndome más cómoda. La conversación fue súper amena y relajada, conversamos sobre nuestras experiencias y expectativas hasta que Mauro nos dijo: Bueno chicos, por aquí cerca hay un hotel ¿se animan? Yo estaba segura de lo que quería y sabía que Carlos estaba dispuesto, así que sin pensarlo mucho dijimos que si. Quedamos en vernos en el lugar y yo sentía que el corazón se me saldría por la boca, estaba muy nerviosa y emocionada al mismo tiempo. Mi amor se aseguró que estuviese de acuerdo y segura de dar el paso, eso me dio aún más confianza y valor para hacerlo.
Llegamos al hotel convenido y subimos los tres a la habitación; yo no tenía ni idea de qué hacer o cómo actuar, solo quería dejarme llevar y ser poseída por ese par de galanes, que tenía a mi entera disposición. Mauro, con su gran experiencia puso el ambiente a tono y ofreció iniciar con un masaje. Él tenía pensado hacerlo con mi ropa puesta, yo opté por algo más atrevido, desnuda. La pedí a Carlos que me quitara la camisa, luego el brasier y allí empezó la acción. Recibí un delicioso masaje, entre los dos me estrujaban, me acariciaban y besaban toda mi piel. No podía pedirle nada más a la vida, pero ella se encargó de hacerme cambiar de opinión. No hay palabras suficientes para describir lo que vino a continuación, mi boca les brindó placer a ambos, sus bocas hicieron lo mismo conmigo. Mientras le hacía una rica felación a Mauro, Carlos me penetraba desde atrás para luego intercambiarse los papeles. Cabalgué sobre Mauro, pero yo era el potro indomable, sentirlo tan dentro de mi me hizo mover incontrolablemente las caderas hasta alcanzar un exquisito orgasmo.
Y seguimos, y seguimos, y seguimos... Los minutos se convirtieron en horas que no vimos pasar. Les pedí que llegaran en mi cara, para esto me senté en el piso y los masturbé y chupe hasta que Carlos se vino sobre mí, llenándome por completo la cara y el pecho con su rico semen. Seguí en mi faena hasta lograr lo mismo con Mauro.
Exhausta y complacida no vino otra cosa a mi mente más que decirles: todas las mujeres deberían vivir esto al menos una vez en su vida. Y es que la sensación de plenitud que viví fue increíble, fui una diosa adorada por aquellos dos hombres que siempre estuvieron dispuestos a darlo todo por mi en esa habitación de hotel.
No puedo querer otra cosa, más que se repita"
