Casado-caliente
ANÓNIMO
Hola amigos del foro esta es mi historia
Según cuenta la leyenda un dÃ*a de tantos mi esposa y yo estabamos en el carro prestos a ir a casa, estabamos como a 25 metros de una delegación de policÃ*a en el centro de San José, allá como por San Petersburgo, yo estaba con la carne mala de ver unas sabrosas en insta, mi esposa por su parte no tiene nada que envidiar 165, 60 kilos, blanca de pechos pequeños pero paraditos, buena pierna, cinturita pequeña y con buen culo de esos que no te alcanza la mano y te dan ganas de morderlo y nalguearlo todo el dÃ*a, por poco podrÃ*a ser modelo, al verla se me puso la pinga a millón, debido a que eran como las 7 de la noche y el carro es polarizado y estabamos parqueados debajo de un palo, sin que nos diera la luz del poste, pues me la saque, mi verga tenÃ*a un brillo de campeonato, de esos cuando la tenés tan hinchada que estira toda la piel, no era para menos al estar tan cerca de la delegación con la verga afuera nos exponiamos a un delito, que no era cosa poca.
Con la pinga afuera y palpitando le dije a la doña "uy mami vea como me tiene, saqueme la lechita", lo medito un par de minutos, mientras me masturbaba, me miró directo a los ojos y me dijo esta bien, se quitó el cinturón y se lanzó decidida a chuparme hasta el último milÃ*metro de mi pene, empezo a darme besos suavecitos entre el glande y el gorro, uff hasta me estremeció otra vez el recordarlo, sentÃ* un hormigueo en toda la uretra, electricidad pura, luego empezo a darle bocanadas pequeñas como apretando con los labios, avanzando un centÃ*metro a la vez, a mi me tenÃ*a loco, yo querÃ*a que llegara hasta la raÃ*z con toda la boca llena de pene, pero no ella hiba lento, como la experta que es....
Luego se devolvió, yo aun tenÃ*a el glande cubierto por mi prepucio, aun con la verga adentro, metió su lengua suavemente entre mi glande y mi prepucio, deslizando suavemente su lengua, sintiendo su textura saborando el sabor de mi picha luego de todo un dÃ*a de brete, luego de esto se la saco y me empezo a morder el tronco de esos mordiscos que pican, pero que te ponen como animal salvaje en celo, luego me empezo a dar esos lenguetazos largos recorriendo todo mi troco, dejando un ligero chorro de baba en mi pene, eeeeeh rrrico! Yo no pude más, me la agarré con una mano y con otra lleve su cabeza a mi entrepierna, y le meti la pinga en la jeta, y empeze a bajarle y subirle la cabeza, me emocioné vy casi se vomita cuando se le fue muy profundo pero siguio,bal ver quebme empezaba a poner violento ella me agarro la verga y me la empezó a frotar duro y con buen apriete justo como me gusta, aumentando gradualmente la velocidad, durante todo este rato varias patrullas llegaron y salieron, seguro era el relevo o una vara asÃ*, pero ninguno paro bola a lo que estabamos haciendo.
Para entonces ya mi pene estaba rosado (y la piel de mi verga es como morena) y el glande lo tenÃ*a morado de tanta succión, fue entonces cuando lo sentÃ*, esa sensación de que sabés que ya no hay retorno y que vas a soltar litros de semen (o al menos asÃ* se siente) y rápidamente le dije "ay sabrosa ya me voy a regar", a ella no le cuadra comer semen, a lo mucho me deja correrme en su boca pero lo escupe, ella con la boca llena de mi necar me ve directo a los ojos y medio atragantada suena algo como mmmhhhmmmm , se la saca y me la agita con vigorosidad solo para decirme "y que, rieguese si es lo que quiere", para que lo dijo! Me breteo un par de minutos más y grite del éxtasis, salió un pichazo de leche, yo me alarme al sentir ese poco de leche y recordar que a ella no le cuadraba la vara, pero para mi sorpresa parecÃ*a que se estaba comiendo un manjar, hacia de esos sonidos como cuando te estás comiendo un tiramisú o que se yo, pero mis fluidos estaban ya bajando a su estomago para entonces, casi me vuelvo loco, me salio una gota final de semen, le pedÃ* que me lo limpiara pero no, ella no quiso, pero que carajo era mucho pedir no, se acercó a mi y me dijo que le gusto pero que nos fueramos, su aliento olia a pene y semen, eso me dejo picado su saben a que me refiero, arranque el carro y vi que se empañó un toque, daba para manejar la visibilidad,e puse en marcha, habÃ*a unos policÃ*as hablando, se hecharon una risilla, tal vez uno de ellos dijo una chotada o a lo mejor sabian que habÃ*a ocurrido, nunca lo sabré....
Según cuenta la leyenda un dÃ*a de tantos mi esposa y yo estabamos en el carro prestos a ir a casa, estabamos como a 25 metros de una delegación de policÃ*a en el centro de San José, allá como por San Petersburgo, yo estaba con la carne mala de ver unas sabrosas en insta, mi esposa por su parte no tiene nada que envidiar 165, 60 kilos, blanca de pechos pequeños pero paraditos, buena pierna, cinturita pequeña y con buen culo de esos que no te alcanza la mano y te dan ganas de morderlo y nalguearlo todo el dÃ*a, por poco podrÃ*a ser modelo, al verla se me puso la pinga a millón, debido a que eran como las 7 de la noche y el carro es polarizado y estabamos parqueados debajo de un palo, sin que nos diera la luz del poste, pues me la saque, mi verga tenÃ*a un brillo de campeonato, de esos cuando la tenés tan hinchada que estira toda la piel, no era para menos al estar tan cerca de la delegación con la verga afuera nos exponiamos a un delito, que no era cosa poca.
Con la pinga afuera y palpitando le dije a la doña "uy mami vea como me tiene, saqueme la lechita", lo medito un par de minutos, mientras me masturbaba, me miró directo a los ojos y me dijo esta bien, se quitó el cinturón y se lanzó decidida a chuparme hasta el último milÃ*metro de mi pene, empezo a darme besos suavecitos entre el glande y el gorro, uff hasta me estremeció otra vez el recordarlo, sentÃ* un hormigueo en toda la uretra, electricidad pura, luego empezo a darle bocanadas pequeñas como apretando con los labios, avanzando un centÃ*metro a la vez, a mi me tenÃ*a loco, yo querÃ*a que llegara hasta la raÃ*z con toda la boca llena de pene, pero no ella hiba lento, como la experta que es....
Luego se devolvió, yo aun tenÃ*a el glande cubierto por mi prepucio, aun con la verga adentro, metió su lengua suavemente entre mi glande y mi prepucio, deslizando suavemente su lengua, sintiendo su textura saborando el sabor de mi picha luego de todo un dÃ*a de brete, luego de esto se la saco y me empezo a morder el tronco de esos mordiscos que pican, pero que te ponen como animal salvaje en celo, luego me empezo a dar esos lenguetazos largos recorriendo todo mi troco, dejando un ligero chorro de baba en mi pene, eeeeeh rrrico! Yo no pude más, me la agarré con una mano y con otra lleve su cabeza a mi entrepierna, y le meti la pinga en la jeta, y empeze a bajarle y subirle la cabeza, me emocioné vy casi se vomita cuando se le fue muy profundo pero siguio,bal ver quebme empezaba a poner violento ella me agarro la verga y me la empezó a frotar duro y con buen apriete justo como me gusta, aumentando gradualmente la velocidad, durante todo este rato varias patrullas llegaron y salieron, seguro era el relevo o una vara asÃ*, pero ninguno paro bola a lo que estabamos haciendo.
Para entonces ya mi pene estaba rosado (y la piel de mi verga es como morena) y el glande lo tenÃ*a morado de tanta succión, fue entonces cuando lo sentÃ*, esa sensación de que sabés que ya no hay retorno y que vas a soltar litros de semen (o al menos asÃ* se siente) y rápidamente le dije "ay sabrosa ya me voy a regar", a ella no le cuadra comer semen, a lo mucho me deja correrme en su boca pero lo escupe, ella con la boca llena de mi necar me ve directo a los ojos y medio atragantada suena algo como mmmhhhmmmm , se la saca y me la agita con vigorosidad solo para decirme "y que, rieguese si es lo que quiere", para que lo dijo! Me breteo un par de minutos más y grite del éxtasis, salió un pichazo de leche, yo me alarme al sentir ese poco de leche y recordar que a ella no le cuadraba la vara, pero para mi sorpresa parecÃ*a que se estaba comiendo un manjar, hacia de esos sonidos como cuando te estás comiendo un tiramisú o que se yo, pero mis fluidos estaban ya bajando a su estomago para entonces, casi me vuelvo loco, me salio una gota final de semen, le pedÃ* que me lo limpiara pero no, ella no quiso, pero que carajo era mucho pedir no, se acercó a mi y me dijo que le gusto pero que nos fueramos, su aliento olia a pene y semen, eso me dejo picado su saben a que me refiero, arranque el carro y vi que se empañó un toque, daba para manejar la visibilidad,e puse en marcha, habÃ*a unos policÃ*as hablando, se hecharon una risilla, tal vez uno de ellos dijo una chotada o a lo mejor sabian que habÃ*a ocurrido, nunca lo sabré....
