El tema dando vueltas es el temor al rechazo por la mujer, seamos sinceros.
Así, que por un lado se quiere coger a la primera, pero como no se anima, se ve "obligado" a "invertir" con varias salidas y los gastos correspondientes.
Y luego hay queja. Paradójico si uno fue el pendejo.
Y si obtenido el sí, si luego se queda insatisfecho con la cogida, la culpa siempre será de la dama.
Por cuestiones generacionales, no voy a opinar del comportamiento de las guilas que actualmente recién sacaron cédula y apenas pasan de los veinte, si no les importará que desde la primera cita, al final se les pueda decir vamos a coger como lo más normal y sin ofenderse.
Si dice que sí genial y si no, pues no ha pasado nada. Parece que el tema es así.
Y si se encuentran luego, de lo más normal. Él quería algo mío dirá la dama y yo le dije que no. Pero mañana voy a tener ganas y si me lo pide se lo suelto.
Funciona así en ese grupo de edad? Me dirán los de esa generación.
Pero si sumamos años, la cosa tiene que ser diferente, pues no es lo mismo decírselo a una compañera de trabajo o amiga de un grupo en una primera salida.
La reacción es distinta y si viene el "no", luego será el colorazo en el trabajo o con las amistades: aquel maje qué creyó que uno porque le sonrió es una puta y ni que fuera Brad Pitt, no se ve en un espejo. Qué bañazo!
Ese temor y por el otro el no querer "invertir" es lo que lleva a muchos al puteo. Es la realidad.
Con las damas pagadas, todo eso está superado, aunque cuidado, también algunas escogen.
Si el maje está feíto y ya han hecho algún dinero, no se van de primeras, algo inventan.
O por ejemplo algunos tontas del Hotel del Rey , que solo extranjeros o en un night club, si ven que no promete, también espantan.
En todo los niveles hay el rechazo.
El tema es complejo.