¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? Acá en Costa Rica siempre nos llevamos sorpresas. Resulta que agarraron a un señor de 65 años, don Méndez, acá mismo en Orotina, dedicado, al parecer, a sacar parejo vendiendo crack. La verdad, te deja pensando cómo alguien así, ya entrándole a los achaques, se mete en un brete tan complicado. Parece sacado de novela, ¿no?
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ya estaban siguiéndole hace casi un mes. Imagínate la paciencia que tuvieron esos agentes. Dicen que tenían información bastante sólida sobre sus actividades y finalmente, decidieron hacerle el mandado. Al parecer, el negocio iba bien porque andaba reventando en efectivo, ¡más de medio millón de colones! Un buen changuito, diay.
Cuando llegaron a su casa, en pleno centro de Orotina, encontraron toda la evidencia: droga tipo crack, el dinero y hasta un teléfono celular que usaba para organizar sus tratos. Puro chunche para meterse en problemas. No sé yo si a estas alturas de la vida, todavía le vale la pena andar haciendo esas cosas. Ya debería estar disfrutando la jubilación o comprándose un café calentito, en lugar de meterse en líos con la ley.
Ahora, claro, el pobre señor está a disposición del Ministerio Público, esperando que le digan qué va a pasar. Le van a evaluar toda la maraña, si queda libre o si tendrá que cumplir una condena. Espero que le tengan compasión, aunque cometió un error muy gordo, eso sí. Con 65 años encima, ya no es cuestión de jugar con fuego.
Lo que me preocupa de todo esto es el impacto que tiene en la comunidad. Orotina es un pueblo tranquilo, conoce a todos. Ahora, la gente anda hablando, comentando, preguntándose cómo no se dieron cuenta. Que vaya a parar, esto pone el dedo en la llaga de cómo las drogas siguen afectando a nuestras comunidades, sin importar la edad ni el estrato social. Es una realidad dura, mae, y hay que enfrentarla.
Y no hablemos de los niños. ¿Cómo crecen en un entorno donde ven estas cosas? Eso da pena, te digo. Se les rompe la inocencia, aprenden cosas que no deberían aprender. Necesitamos trabajar más en prevención, en ofrecer alternativas a los jóvenes para que no caigan en estos malos pasos. Una cosita es vivirla y otra es verla de cerca, te digo.
Este caso, además, me recuerda otros operativos similares que hemos visto por todo el país. Siempre aparecen personas inesperadas metidas en estos negocios turbios. Parece que el problema de las drogas es como una planta maleza, que nunca termina de arrancar. Hay que seguir echándole ganas, con leyes más duras, con programas de rehabilitación y, sobre todo, con conciencia social. Porque al final, todos salimos perdiendo.
En fin, una situación lamentable que nos obliga a reflexionar sobre muchos temas. ¿Ustedes creen que deberíamos enfocarnos más en la rehabilitación de los consumidores de drogas o endurecer las penas para los vendedores, incluso aquellos de edad avanzada como Don Méndez? Dejen sus opiniones abajo, quiero saber qué piensan mis compas del Foro sobre este tema que nos afecta a todos.
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ya estaban siguiéndole hace casi un mes. Imagínate la paciencia que tuvieron esos agentes. Dicen que tenían información bastante sólida sobre sus actividades y finalmente, decidieron hacerle el mandado. Al parecer, el negocio iba bien porque andaba reventando en efectivo, ¡más de medio millón de colones! Un buen changuito, diay.
Cuando llegaron a su casa, en pleno centro de Orotina, encontraron toda la evidencia: droga tipo crack, el dinero y hasta un teléfono celular que usaba para organizar sus tratos. Puro chunche para meterse en problemas. No sé yo si a estas alturas de la vida, todavía le vale la pena andar haciendo esas cosas. Ya debería estar disfrutando la jubilación o comprándose un café calentito, en lugar de meterse en líos con la ley.
Ahora, claro, el pobre señor está a disposición del Ministerio Público, esperando que le digan qué va a pasar. Le van a evaluar toda la maraña, si queda libre o si tendrá que cumplir una condena. Espero que le tengan compasión, aunque cometió un error muy gordo, eso sí. Con 65 años encima, ya no es cuestión de jugar con fuego.
Lo que me preocupa de todo esto es el impacto que tiene en la comunidad. Orotina es un pueblo tranquilo, conoce a todos. Ahora, la gente anda hablando, comentando, preguntándose cómo no se dieron cuenta. Que vaya a parar, esto pone el dedo en la llaga de cómo las drogas siguen afectando a nuestras comunidades, sin importar la edad ni el estrato social. Es una realidad dura, mae, y hay que enfrentarla.
Y no hablemos de los niños. ¿Cómo crecen en un entorno donde ven estas cosas? Eso da pena, te digo. Se les rompe la inocencia, aprenden cosas que no deberían aprender. Necesitamos trabajar más en prevención, en ofrecer alternativas a los jóvenes para que no caigan en estos malos pasos. Una cosita es vivirla y otra es verla de cerca, te digo.
Este caso, además, me recuerda otros operativos similares que hemos visto por todo el país. Siempre aparecen personas inesperadas metidas en estos negocios turbios. Parece que el problema de las drogas es como una planta maleza, que nunca termina de arrancar. Hay que seguir echándole ganas, con leyes más duras, con programas de rehabilitación y, sobre todo, con conciencia social. Porque al final, todos salimos perdiendo.
En fin, una situación lamentable que nos obliga a reflexionar sobre muchos temas. ¿Ustedes creen que deberíamos enfocarnos más en la rehabilitación de los consumidores de drogas o endurecer las penas para los vendedores, incluso aquellos de edad avanzada como Don Méndez? Dejen sus opiniones abajo, quiero saber qué piensan mis compas del Foro sobre este tema que nos afecta a todos.