¡Ay, Dios mío! Parece que el clima nos quiere poner a prueba otra vez. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) soltó la bomba hoy: aguaceros fuertes y tormentas eléctricas a todo dar en el Pacífico, especialmente en el Sur. No es broma, ¡puede caerse el cielo!
Según el IMN, la tarde de este martes va a estar movida. Se esperan lluvias intensas, con montos que pueden llegar entre 20 y 40 milímetros, ¡pero ojo!, en algunos lugares podría llover hasta 70 milímetros. Que le entiendan, eso es un buen chaparrón capaz de inundar la calle si no tienes cuidado.
Y no es solo el Pacífico Sur, el Central también tendrá sus momentos de susto. En el Valle Central, nos tocará aguantar lluvias dispersas, aunque no se descarta que algún rayo quiera visitarnos cerca de donde pega el Pacífico Central. La Península de Nicoya tampoco escapa: chubascos aislados podrían mojarnos un poquito. Hasta el Caribe y la Zona Norte tienen posibilidades de unos aguaceritos rápidos, pero nada tan intenso como en el Pacífico.
Pero, ¿por qué tanta agua? Pues resulta que tenemos un alto contenido de humedad, como si el aire estuviera empapado, combinado con vientos alisios que andan flojos y esas brisas marinas que siempre dan para hacer lío. Todo esto junto hace que se formen unas nubes de tormenta listas para descargar toda su furia.
Lo más preocupante es la zona del Pacífico Sur. El IMN ha puesto la alerta máxima porque los niveles de saturación del aire están altísimos, entre 85% y 95%, especialmente en pueblos como Pérez Zeledón, Golfito, Puerto Jiménez, Osa, Corredores y Coto Brus. Eso significa que la capacidad del aire para retener agua está casi al límite, así que cualquier pequeño impulso puede desencadenar una tormenta potente.
"Imagínate", comentaba don Rafael, vecino de Pérez Zeledón, "hace años que no veo el cielo tan cargado. Espero que no toque mucho porque ya estamos cansados de limpiar barro". Efectivamente, las comunidades costeras saben muy bien lo que significa tener una tormenta repentina; calles convertidas en ríos, deslizamientos y complicaciones para los servicios básicos. Es importante estar preparados, revisar techos, asegurar objetos sueltos y tener a mano un kit de emergencia por si acaso.
Las autoridades recomiendan extremar precauciones, evitar zonas de riesgo, no cruzar ríos crecidos y mantenerse informados a través de las redes sociales y canales oficiales del IMN. Recordemos que estos fenómenos climáticos son cada vez más frecuentes, producto del cambio climático, y debemos aprender a convivir con ellos de la mejor forma posible, cuidándonos mutuamente y respetando la naturaleza. Por cierto, ¿recuerdan aquel año que se inundó todo en Ciudad Neily? ¡Qué vara la que tuvimos entonces!
Con este panorama, ¿ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje e infraestructura resiliente en las zonas más vulnerables del país, o piensan que la prevención individual es suficiente ante este tipo de emergencias? ¡Déjenme sus opiniones aquí abajo!
Según el IMN, la tarde de este martes va a estar movida. Se esperan lluvias intensas, con montos que pueden llegar entre 20 y 40 milímetros, ¡pero ojo!, en algunos lugares podría llover hasta 70 milímetros. Que le entiendan, eso es un buen chaparrón capaz de inundar la calle si no tienes cuidado.
Y no es solo el Pacífico Sur, el Central también tendrá sus momentos de susto. En el Valle Central, nos tocará aguantar lluvias dispersas, aunque no se descarta que algún rayo quiera visitarnos cerca de donde pega el Pacífico Central. La Península de Nicoya tampoco escapa: chubascos aislados podrían mojarnos un poquito. Hasta el Caribe y la Zona Norte tienen posibilidades de unos aguaceritos rápidos, pero nada tan intenso como en el Pacífico.
Pero, ¿por qué tanta agua? Pues resulta que tenemos un alto contenido de humedad, como si el aire estuviera empapado, combinado con vientos alisios que andan flojos y esas brisas marinas que siempre dan para hacer lío. Todo esto junto hace que se formen unas nubes de tormenta listas para descargar toda su furia.
Lo más preocupante es la zona del Pacífico Sur. El IMN ha puesto la alerta máxima porque los niveles de saturación del aire están altísimos, entre 85% y 95%, especialmente en pueblos como Pérez Zeledón, Golfito, Puerto Jiménez, Osa, Corredores y Coto Brus. Eso significa que la capacidad del aire para retener agua está casi al límite, así que cualquier pequeño impulso puede desencadenar una tormenta potente.
"Imagínate", comentaba don Rafael, vecino de Pérez Zeledón, "hace años que no veo el cielo tan cargado. Espero que no toque mucho porque ya estamos cansados de limpiar barro". Efectivamente, las comunidades costeras saben muy bien lo que significa tener una tormenta repentina; calles convertidas en ríos, deslizamientos y complicaciones para los servicios básicos. Es importante estar preparados, revisar techos, asegurar objetos sueltos y tener a mano un kit de emergencia por si acaso.
Las autoridades recomiendan extremar precauciones, evitar zonas de riesgo, no cruzar ríos crecidos y mantenerse informados a través de las redes sociales y canales oficiales del IMN. Recordemos que estos fenómenos climáticos son cada vez más frecuentes, producto del cambio climático, y debemos aprender a convivir con ellos de la mejor forma posible, cuidándonos mutuamente y respetando la naturaleza. Por cierto, ¿recuerdan aquel año que se inundó todo en Ciudad Neily? ¡Qué vara la que tuvimos entonces!
Con este panorama, ¿ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje e infraestructura resiliente en las zonas más vulnerables del país, o piensan que la prevención individual es suficiente ante este tipo de emergencias? ¡Déjenme sus opiniones aquí abajo!
