¡Imagínate la bronca! Dos muchachos nuestros, casi terminan siendo comida de peces en medio del mar. Pero gracias a Dios y a la rápida reacción de los compañeros del Senafront de Panamá, lograron regresar a casa sanos y salvos. La movida pasó a unas 25 leguas náuticas de Punta Burica, en plena frontera con Panamá, así que digamos que se toparon con un brete bastante serio.
Según cuentan los hechos, estos dos ticos, de 28 y 29 años, zarparon desde Bahía Drake el 30 de noviembre pasado, buscando quizás un poco de aventura en sus chinchorros. Pero la suerte les jugó una mala pasada cuando su embarcación decidió irse al traste en pleno océano Pacífico. ¡Menos mal que estaban preparados para agarrarle con fuerza a la vida!
Las autoridades panameñas, siempre pilas, fueron quienes los rescataron. Unidades de Botes Especiales del Senafront localizaron a los tripulantes y los sacaron a flote rápidamente. Después de eso, los llevaron a la base de Senafront en Limones, donde les dieron las primeras asistencias médicas y unos buenos bocados para recuperar energías. ¡Se nota que allá saben cómo tratar bien a los visitantes!
Estos valientes llegaron a decirnos que estaban superagradecidos a los panameños. «Aquí agradeciéndole al Ministerio Nacional de Fronteras de Panamá por la ayuda brindada a la comunidad también, nos dieron atención médica, nos atendieron y nos llevaron comidita y agradeciéndoles de corazón…», manifestaron, visiblemente emocionados. ¡Una muestra clara de que la solidaridad sigue viva, aunque sea entre países!
Después de recibir la atención inicial en Limones, los ticos fueron trasladados al Hospital Dionisio Arrocha en Puerto Armuelles, para una revisión médica más exhaustiva. Al parecer, solo sufrieron algunos sustos y cansancio producto de la experiencia. Afortunadamente, no hay reportes de lesiones graves, así que podemos decir que escaparon ilesos de este terrible percance. ¡Un milagro, diay!
Este incidente nos recuerda lo peligroso que puede ser navegar en altamar, especialmente si no se toman las precauciones necesarias. Aunque Costa Rica cuenta con hermosas costas y un turismo marítimo vibrante, es fundamental recordar que el mar siempre es impredecible. Se necesita tener toda la seguridad y estar preparado para cualquier eventualidad, porque como dicen por ahí, nunca se sabe cuándo te va a tocar bailar con el lobo.
La rápida respuesta del Senafront demuestra la importancia de la cooperación regional en materia de seguridad marítima. Estos héroes panameños hicieron un trabajo espectacular, mostrando que cuando hay voluntad, incluso las situaciones más difíciles pueden resolverse con éxito. Además, refuerza la idea de que somos parte de una comunidad latinoamericana interconectada, dispuesta a ayudarnos mutuamente en momentos de necesidad. ¡Un aplauso para ellos!
Ahora, me pregunto... ¿Cuántos de ustedes han tenido alguna experiencia similar en el mar, ya sea navegando o enfrentando algún imprevisto? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para prevenir este tipo de incidentes y garantizar la seguridad de todos los navegantes?
Según cuentan los hechos, estos dos ticos, de 28 y 29 años, zarparon desde Bahía Drake el 30 de noviembre pasado, buscando quizás un poco de aventura en sus chinchorros. Pero la suerte les jugó una mala pasada cuando su embarcación decidió irse al traste en pleno océano Pacífico. ¡Menos mal que estaban preparados para agarrarle con fuerza a la vida!
Las autoridades panameñas, siempre pilas, fueron quienes los rescataron. Unidades de Botes Especiales del Senafront localizaron a los tripulantes y los sacaron a flote rápidamente. Después de eso, los llevaron a la base de Senafront en Limones, donde les dieron las primeras asistencias médicas y unos buenos bocados para recuperar energías. ¡Se nota que allá saben cómo tratar bien a los visitantes!
Estos valientes llegaron a decirnos que estaban superagradecidos a los panameños. «Aquí agradeciéndole al Ministerio Nacional de Fronteras de Panamá por la ayuda brindada a la comunidad también, nos dieron atención médica, nos atendieron y nos llevaron comidita y agradeciéndoles de corazón…», manifestaron, visiblemente emocionados. ¡Una muestra clara de que la solidaridad sigue viva, aunque sea entre países!
Después de recibir la atención inicial en Limones, los ticos fueron trasladados al Hospital Dionisio Arrocha en Puerto Armuelles, para una revisión médica más exhaustiva. Al parecer, solo sufrieron algunos sustos y cansancio producto de la experiencia. Afortunadamente, no hay reportes de lesiones graves, así que podemos decir que escaparon ilesos de este terrible percance. ¡Un milagro, diay!
Este incidente nos recuerda lo peligroso que puede ser navegar en altamar, especialmente si no se toman las precauciones necesarias. Aunque Costa Rica cuenta con hermosas costas y un turismo marítimo vibrante, es fundamental recordar que el mar siempre es impredecible. Se necesita tener toda la seguridad y estar preparado para cualquier eventualidad, porque como dicen por ahí, nunca se sabe cuándo te va a tocar bailar con el lobo.
La rápida respuesta del Senafront demuestra la importancia de la cooperación regional en materia de seguridad marítima. Estos héroes panameños hicieron un trabajo espectacular, mostrando que cuando hay voluntad, incluso las situaciones más difíciles pueden resolverse con éxito. Además, refuerza la idea de que somos parte de una comunidad latinoamericana interconectada, dispuesta a ayudarnos mutuamente en momentos de necesidad. ¡Un aplauso para ellos!
Ahora, me pregunto... ¿Cuántos de ustedes han tenido alguna experiencia similar en el mar, ya sea navegando o enfrentando algún imprevisto? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para prevenir este tipo de incidentes y garantizar la seguridad de todos los navegantes?
