¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con el puente del Río Tárcoles. Parece que nunca terminan los bretes en esa estructura. El MOPT anunció una serie de cierres que nos van a hacer la vida imposible a quienes transitamos por la Costanera Sur, especialmente si tenemos que irnos pa’ Puntarenas o para el Pacífico.
Como bien saben, el puente del Tárcoles es una vara crucial en nuestro sistema vial. No solo conecta San José con las provincias del sur, sino que también es vital para el turismo y el transporte de mercancías. Pero, díganme, ¿cuántas veces hemos tenido que lidiar con estos cierres intermitentes? Ya perdí la cuenta, honestamente. Uno empieza a pensar que ahí hay algún problema estructural serio que nunca le ponen parche de verdad.
Esta vez, los cierres estarán repartidos a lo largo de casi todo el mes de noviembre. Primero, tendremos pequeños cortes de tráfico entre el 14 y el 16 de noviembre, y luego nuevamente el 21, de 6:00 a.m. a 6:30 a.m. y de 11:00 a.m. a 11:30 a.m., supuestamente para facilitar el abastecimiento de agua para algunas perforaciones. ¡Un poquito de agua y nos tienen que parar la carretera media hora! A ver, pues, huele a que quieren aprovechar para hacer otras cosas.
Luego, viene la parte más dura: cierres de hasta 10 horas entre el 17 y el 20 de noviembre, y otros de 7 horas entre el 24 y el 27, para instalar unas platinas de anclaje. Platinas de anclaje... Suena técnico, pero en la práctica significa que nos vamos a estar haciendo bolas en el camino, buscando rodeos, perdiendo tiempo y gasolina. ¡Qué lata!
Según el MOPT, descartan cierres totales, lo cual es bueno, pero sinceramente, estas jornadas extendidas ya son prácticamente equivalentes a un cierre completo. Además, aunque el paso peatonal esté abierto, el aviso de no acercarse a los cocodrilos sigue vigente. Imaginen el estrés: atasco, calor, mosquitos y encima preocupándose de que te agarre un caimán. ¡Esto sí que es vacaciones!
Y hablando de avances, dicen que el proyecto de rehabilitación lleva un 35%. Treinta y cinco por ciento… Eso significa que todavía nos queda bastante tiempo de sufrimiento. Conozco proyectos que llevan así por años, ¡ya deberían considerar declarar el puente Monumento Nacional por la cantidad de historias que ha visto!
Lo que me preocupa es la planificación. ¿Por qué siempre tenemos que pasar por esto justo en temporada alta, cuando todos queremos ir a disfrutar de las playas? ¿No podían haber escogido otro momento, uno más tranquilo, para realizar estas labores? Se siente que nadie piensa en nosotros, los conductores, que somos los que realmente sufrimos las consecuencias de tanta demora.
En fin, parece que este noviembre va a ser de pura paciencia y café bien cargado. Nos toca aguantarnos y esperar que este proyecto finalmente termine y podamos cruzar el puente del Tárcoles sin tener que programar una escapada entera para llegar a nuestro destino. Ahora dime, ¿cree usted que el MOPT debería implementar rutas alternativas temporales para mitigar el impacto de estos cierres prolongados, o simplemente nos toca tragarnos la píldora?
Como bien saben, el puente del Tárcoles es una vara crucial en nuestro sistema vial. No solo conecta San José con las provincias del sur, sino que también es vital para el turismo y el transporte de mercancías. Pero, díganme, ¿cuántas veces hemos tenido que lidiar con estos cierres intermitentes? Ya perdí la cuenta, honestamente. Uno empieza a pensar que ahí hay algún problema estructural serio que nunca le ponen parche de verdad.
Esta vez, los cierres estarán repartidos a lo largo de casi todo el mes de noviembre. Primero, tendremos pequeños cortes de tráfico entre el 14 y el 16 de noviembre, y luego nuevamente el 21, de 6:00 a.m. a 6:30 a.m. y de 11:00 a.m. a 11:30 a.m., supuestamente para facilitar el abastecimiento de agua para algunas perforaciones. ¡Un poquito de agua y nos tienen que parar la carretera media hora! A ver, pues, huele a que quieren aprovechar para hacer otras cosas.
Luego, viene la parte más dura: cierres de hasta 10 horas entre el 17 y el 20 de noviembre, y otros de 7 horas entre el 24 y el 27, para instalar unas platinas de anclaje. Platinas de anclaje... Suena técnico, pero en la práctica significa que nos vamos a estar haciendo bolas en el camino, buscando rodeos, perdiendo tiempo y gasolina. ¡Qué lata!
Según el MOPT, descartan cierres totales, lo cual es bueno, pero sinceramente, estas jornadas extendidas ya son prácticamente equivalentes a un cierre completo. Además, aunque el paso peatonal esté abierto, el aviso de no acercarse a los cocodrilos sigue vigente. Imaginen el estrés: atasco, calor, mosquitos y encima preocupándose de que te agarre un caimán. ¡Esto sí que es vacaciones!
Y hablando de avances, dicen que el proyecto de rehabilitación lleva un 35%. Treinta y cinco por ciento… Eso significa que todavía nos queda bastante tiempo de sufrimiento. Conozco proyectos que llevan así por años, ¡ya deberían considerar declarar el puente Monumento Nacional por la cantidad de historias que ha visto!
Lo que me preocupa es la planificación. ¿Por qué siempre tenemos que pasar por esto justo en temporada alta, cuando todos queremos ir a disfrutar de las playas? ¿No podían haber escogido otro momento, uno más tranquilo, para realizar estas labores? Se siente que nadie piensa en nosotros, los conductores, que somos los que realmente sufrimos las consecuencias de tanta demora.
En fin, parece que este noviembre va a ser de pura paciencia y café bien cargado. Nos toca aguantarnos y esperar que este proyecto finalmente termine y podamos cruzar el puente del Tárcoles sin tener que programar una escapada entera para llegar a nuestro destino. Ahora dime, ¿cree usted que el MOPT debería implementar rutas alternativas temporales para mitigar el impacto de estos cierres prolongados, o simplemente nos toca tragarnos la píldora?