¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que Airbus, la gente que hace los aviónazos, anda en un brete gordo con un problema de software. Imagínate, tuvieron que decirle a miles de pilotos alrededor del mundo que paren los vuelos, ¡directamente! Esto por un programita que, según parece, se pone chiflado con el sol. Sí, así como lo escuchaste, el rayito quiere jugar con los controles de vuelo. ¿Quién lo diría?
La movida es que este software controla cosas esenciales, como la forma en que el avión se mantiene estable. Y cuando las radiaciones solares le pegan, puede hacer piruetas raras. Airbus, en un comunicado que parecía sacado directo de una novela de terror, pidió a las aerolíneas que detengan los vuelos de unos 6 mil aviones A320 para actualizarlo urgente. Algunas aerolíneas van a tardar semanas en arreglarlo, otras unas horitas. Un verdadero diarrea, vamos.
Aquí en Costa Rica, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) salió a tranquilizar a la gente, diciendo que no habría cancelaciones ni afectaciones mayores. Según ellos, Avianca y Volaris, las dos principales aerolíneas que vuelan con estos modelos de Airbus, estaban al tanto y trabajando para solucionar el problema. Dijeron que esperaban tener todo listo para ayer mismo, sábado. Pero ahí es donde empieza la parte interesante… porque no todo es miel sobre hojuelas, chunches.
Porque resulta que el aeropuerto de Guanacaste, Daniel Oduber Quirós –el famoso DOQ–, contó otra historia. Coriport, la empresa que administra el aeropuerto, dijo que sí, que podrían haber hasta seis vuelos cancelados o retrasados. Cuatro de JetBlue y uno de Air Transat para este sábado, y otro más de JetBlue pa’ mañana. Eso sí que es un rollo, maé. ¡Imagínate llegar al aeropuerto y que te digan que tu vuelo se fue al traste!
CRHoy intentó contactar al Aeropuerto Juan Santamaría, allá en Alajuela, pero no dieron señales de vida. Qué pena, no quieren comentar la vara. Algunos dicen que quizás estén esperando ver cómo se desarrolla la situación en Guanacaste, otros que simplemente no tienen nada que decir al respecto. En fin, un misterio más en esta telenovela aérea. Lo que sí queda claro es que la información no está fluyendo como debería, y eso siempre es una mala señal.
Lo que preocupa a muchos es que esto pueda afectar seriamente el turismo, especialmente en Guanacaste, que depende mucho de los vuelos internacionales. Ya estamos viendo cómo sube la tensión, y no es precisamente por el calor. Las aerolíneas están tratando de poner cara de póker, pero los viajeros ya están nerviosos. Y con razón, diay. No cualquiera se siente cómodo sabiendo que su avión podría estar volando con un software medio chucao.
Ahora bien, ¿qué recomienda la DGAC? Pues que todos los pasajeros verifiquen el estado de sus vuelos directamente con las aerolíneas. Obvio, ¿qué más iban a decir? Ese es el consejo clásico, pero a veces no sirve de mucho. Mejor, a estar pendientes, a revisar correos electrónicos, a llamar por teléfono… a prepararse mentalmente para lo peor, para que no nos llevemos una sorpresa desagradable en el aeropuerto. Después, reclamarle a quien corresponda, porque esto huele a despiste y a falta de coordinación.
Y ahora dime tú, ¿crees que la DGAC está siendo sincera con nosotros o están tratando de tapar el sol con la mano? ¿Deberían exigir más transparencia a las aerolíneas y a Airbus ante esta situación tan delicada? ¿Y cuál crees que será el impacto final de este problema en la industria turística nacional?
La movida es que este software controla cosas esenciales, como la forma en que el avión se mantiene estable. Y cuando las radiaciones solares le pegan, puede hacer piruetas raras. Airbus, en un comunicado que parecía sacado directo de una novela de terror, pidió a las aerolíneas que detengan los vuelos de unos 6 mil aviones A320 para actualizarlo urgente. Algunas aerolíneas van a tardar semanas en arreglarlo, otras unas horitas. Un verdadero diarrea, vamos.
Aquí en Costa Rica, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) salió a tranquilizar a la gente, diciendo que no habría cancelaciones ni afectaciones mayores. Según ellos, Avianca y Volaris, las dos principales aerolíneas que vuelan con estos modelos de Airbus, estaban al tanto y trabajando para solucionar el problema. Dijeron que esperaban tener todo listo para ayer mismo, sábado. Pero ahí es donde empieza la parte interesante… porque no todo es miel sobre hojuelas, chunches.
Porque resulta que el aeropuerto de Guanacaste, Daniel Oduber Quirós –el famoso DOQ–, contó otra historia. Coriport, la empresa que administra el aeropuerto, dijo que sí, que podrían haber hasta seis vuelos cancelados o retrasados. Cuatro de JetBlue y uno de Air Transat para este sábado, y otro más de JetBlue pa’ mañana. Eso sí que es un rollo, maé. ¡Imagínate llegar al aeropuerto y que te digan que tu vuelo se fue al traste!
CRHoy intentó contactar al Aeropuerto Juan Santamaría, allá en Alajuela, pero no dieron señales de vida. Qué pena, no quieren comentar la vara. Algunos dicen que quizás estén esperando ver cómo se desarrolla la situación en Guanacaste, otros que simplemente no tienen nada que decir al respecto. En fin, un misterio más en esta telenovela aérea. Lo que sí queda claro es que la información no está fluyendo como debería, y eso siempre es una mala señal.
Lo que preocupa a muchos es que esto pueda afectar seriamente el turismo, especialmente en Guanacaste, que depende mucho de los vuelos internacionales. Ya estamos viendo cómo sube la tensión, y no es precisamente por el calor. Las aerolíneas están tratando de poner cara de póker, pero los viajeros ya están nerviosos. Y con razón, diay. No cualquiera se siente cómodo sabiendo que su avión podría estar volando con un software medio chucao.
Ahora bien, ¿qué recomienda la DGAC? Pues que todos los pasajeros verifiquen el estado de sus vuelos directamente con las aerolíneas. Obvio, ¿qué más iban a decir? Ese es el consejo clásico, pero a veces no sirve de mucho. Mejor, a estar pendientes, a revisar correos electrónicos, a llamar por teléfono… a prepararse mentalmente para lo peor, para que no nos llevemos una sorpresa desagradable en el aeropuerto. Después, reclamarle a quien corresponda, porque esto huele a despiste y a falta de coordinación.
Y ahora dime tú, ¿crees que la DGAC está siendo sincera con nosotros o están tratando de tapar el sol con la mano? ¿Deberían exigir más transparencia a las aerolíneas y a Airbus ante esta situación tan delicada? ¿Y cuál crees que será el impacto final de este problema en la industria turística nacional?
