Bueno, mi gente, parece que el ambiente en Casa Presidencial andaba más candente que gallina asada el otro martes. El Presidente Chaves, en su conferencia semanal, decidió ponerle el foco a una cosita que no le sentó nada bien: la marcha por la democracia y, específicamente, la presencia de unos tractores que, según él, decidieron ignorar las reglas del juego. Desde luego, la cosa se puso color de hormiga, pura picardía y algunos improperios que, pa’lante, quedaron registrados.
La bronca empezó porque un grupo de agricultores, hartos de algunas políticas gubernamentales, organizaron una marcha pacífica hasta el Palacio de Bellavista. Entre los manifestantes, había varios tipos con sus tractores, máquinas que, aparentemente, no tenían permiso para moverse por ciertas vías. Ahí fue donde el Presidente encendió las alarmas y comenzó a preguntarle al ministro de Seguridad, Mario Zamora, por qué no se habían decomisado estos supuestos “lujosísimos” tractores y unas cuantas camionetas tipo Hilux que adornaban la marcha. ¡Imagínense la escena!
Pero eso no era todo, mi pana. En medio de la conversación, y con evidente frustración, el Presidente soltó un “puta… perdón”, pidiendo disculpas inmediatamente. Luego, añadió con un tono casi desesperado: “Pobrecitos esos agricultores”. Un comentario que, bueno, generó más polémica que el precio del frijol.
Chaves insistió en que esos tractores ni estaban autorizados para andar por las autopistas, argumentando que la Policía de Tránsito ya les había advertido. Según el ministro Zamora, la intención era simplemente pedirles que tomaran otra ruta, pero los agricultores, dice, pusieron resistencia. “Una resistencia violenta”, recalcó Zamora, explicando que dos personas se lanzaron contra un agente de la Fuerza Pública, lo que llevó a la detención de Roy Fallas, uno de los líderes campesinos. ¡Uy, qué brete!
La Fiscalía General ya recibió la denuncia por resistencia agravada contra Fallas, y Chaves no tardó en celebrar esta decisión: “Me alegra que hayan puesto una denuncia penal contra este Roy, de un delito que creo que tiene hasta cinco años de pena”. No sé ustedes, pero a mí esto me huele a chamaco quemao’. Pero bueno, allá va la cosa...
Pero lo más llamativo fue la reacción del Presidente contra los diputados que defendieron a Fallas. Los calificó de “alcahuetas” y los acusó de querer sembrar el caos en el país. También, y aquí llegó el colmo, llamó “patanes” a los agricultores que, según él, empujaron al policía. ¡Patanes!, diay, qué lenguaje el del Presidente. Remarcó que quiere orden, libertad de expresión, pero sobre todo orden, dejando claro que no permitirá que Costa Rica caiga en el caos que, según él, anhelan algunos políticos.
Por supuesto, en redes sociales explotó la bronca. Videos muestran que Roy Fallas no es precisamente el que empuja al policía; al parecer, hay otro tipo de sombrero beige que sí se fajó con el agente. Chaves, sin embargo, sigue manteniendo su versión y califica a ambos hombres de “patanes”. Dicen que el caso ahora está en manos de los Tribunales de Flagrancia, y Fallas tendrá que presentarse el 21 de noviembre. Además, el Ministerio de Seguridad anda buscando al otro agricultor que presuntamente agredió al oficial. ¡Se armó la gorda!
Después de escuchar todas estas versiones, me pregunto: ¿Estamos viendo un exceso de poder por parte del Gobierno o simplemente una defensa legítima de la autoridad? ¿Debería el Presidente modular su lenguaje en situaciones delicadas como ésta, o es su estilo directo lo que conecta con ciertos sectores de la población?
La bronca empezó porque un grupo de agricultores, hartos de algunas políticas gubernamentales, organizaron una marcha pacífica hasta el Palacio de Bellavista. Entre los manifestantes, había varios tipos con sus tractores, máquinas que, aparentemente, no tenían permiso para moverse por ciertas vías. Ahí fue donde el Presidente encendió las alarmas y comenzó a preguntarle al ministro de Seguridad, Mario Zamora, por qué no se habían decomisado estos supuestos “lujosísimos” tractores y unas cuantas camionetas tipo Hilux que adornaban la marcha. ¡Imagínense la escena!
Pero eso no era todo, mi pana. En medio de la conversación, y con evidente frustración, el Presidente soltó un “puta… perdón”, pidiendo disculpas inmediatamente. Luego, añadió con un tono casi desesperado: “Pobrecitos esos agricultores”. Un comentario que, bueno, generó más polémica que el precio del frijol.
Chaves insistió en que esos tractores ni estaban autorizados para andar por las autopistas, argumentando que la Policía de Tránsito ya les había advertido. Según el ministro Zamora, la intención era simplemente pedirles que tomaran otra ruta, pero los agricultores, dice, pusieron resistencia. “Una resistencia violenta”, recalcó Zamora, explicando que dos personas se lanzaron contra un agente de la Fuerza Pública, lo que llevó a la detención de Roy Fallas, uno de los líderes campesinos. ¡Uy, qué brete!
La Fiscalía General ya recibió la denuncia por resistencia agravada contra Fallas, y Chaves no tardó en celebrar esta decisión: “Me alegra que hayan puesto una denuncia penal contra este Roy, de un delito que creo que tiene hasta cinco años de pena”. No sé ustedes, pero a mí esto me huele a chamaco quemao’. Pero bueno, allá va la cosa...
Pero lo más llamativo fue la reacción del Presidente contra los diputados que defendieron a Fallas. Los calificó de “alcahuetas” y los acusó de querer sembrar el caos en el país. También, y aquí llegó el colmo, llamó “patanes” a los agricultores que, según él, empujaron al policía. ¡Patanes!, diay, qué lenguaje el del Presidente. Remarcó que quiere orden, libertad de expresión, pero sobre todo orden, dejando claro que no permitirá que Costa Rica caiga en el caos que, según él, anhelan algunos políticos.
Por supuesto, en redes sociales explotó la bronca. Videos muestran que Roy Fallas no es precisamente el que empuja al policía; al parecer, hay otro tipo de sombrero beige que sí se fajó con el agente. Chaves, sin embargo, sigue manteniendo su versión y califica a ambos hombres de “patanes”. Dicen que el caso ahora está en manos de los Tribunales de Flagrancia, y Fallas tendrá que presentarse el 21 de noviembre. Además, el Ministerio de Seguridad anda buscando al otro agricultor que presuntamente agredió al oficial. ¡Se armó la gorda!
Después de escuchar todas estas versiones, me pregunto: ¿Estamos viendo un exceso de poder por parte del Gobierno o simplemente una defensa legítima de la autoridad? ¿Debería el Presidente modular su lenguaje en situaciones delicadas como ésta, o es su estilo directo lo que conecta con ciertos sectores de la población?
