Miren, fíjense ustedes, que el ICT se ha puesto creativo – o desesperado, quién sabe – tratando de traer moras al país. Ahora, en lugar de invertirle duro a mejorar nuestras carreteras (que pa’ llorar), prefieren mandar buses convertidos en selvas y tranvías estampados con monos y loros a recorrer París y Ámsterdam. ¡Una cosa loca!
La idea es, supuestamente, mostrarle al mundo la 'esencia' de Costa Rica. Dicen que quieren tocar el corazón de los europeos, hacerles sentir la pura vida… como si eso se lograra en un tour express de media hora en un bus con aire acondicionado y olor a plástico. Un brete tratar de venderle paja a la gente así, díganme.
Pero bueno, hay que darle crédito, el concepto no está tan mal. Imaginen estar caminando por París, buscando un croissant, y de repente aparece un Jungle Bus lleno de plantas y macaws. Seguro llama la atención, aunque sea un momentito. Y lo mismo en Ámsterdam, viendo un tranvía que parece sacado de un folleto turístico. Al final, es marketing, pura y dura, y el ICT necesita que funcione para justificar esos dineros.
Y no es la primera vez que hacen cosas así, eh. Ya vimos los taxis eléctricos en Madrid, todos pintados con paisajes y animales. Una maravilla, sí, pero me pregunto si realmente eso se traduce en más turista. Porque al final, uno puede ver una foto bonita de un quetzal en un taxi, pero si llega acá y se encuentra con un servicio de transporte público caótico y caro, se va decepcionado. Eso sí que es una vara seria.
Melissa Tencio, la encargada de marca y estrategia del ICT, dice que quieren crear una 'conexión emocional' con el destino. Jajaja, qué carga, señora. La conexión emocional la crea la experiencia real, el trato amable, la comida rica y a buen precio, y la seguridad. No unos stickers bonitos en un tranvía. Pero bueno, cada quien defiende su brete.
Según los datos del ICT, entre enero y octubre del año pasado vinieron unos cuantos holandeses y franceses. No es una avalancha, pero tampoco está tan mal. Y claro, ahí está la campaña digital en CheapTickets.nl, ofreciendo paquetazos. Esperemos que todo esto sume, porque necesitamos que el turismo siga dando oxígeno a nuestra economía. Que no se vaya todo al traste, imagínense.
La verdad es que me da risa cómo intentamos venderle la imagen de Costa Rica al mundo, mientras que aquí seguimos batallando con problemas básicos. ¿No sería mejor invertir ese dinero en arreglar las calles, mejorar los servicios públicos y capacitar a nuestros trabajadores del sector turístico? Pura vara, yo digo. Pero hey, al menos estamos innovando, ¿verdad?
Al final del día, toda esta movida me deja pensando: ¿cree usted que estas campañas creativas realmente funcionan para atraer turistas de calidad, o solo estamos haciendo ruido por hacer ruido? ¿Es más importante la imagen que vendemos al exterior o la realidad que ofrecemos a quienes nos visitan?
La idea es, supuestamente, mostrarle al mundo la 'esencia' de Costa Rica. Dicen que quieren tocar el corazón de los europeos, hacerles sentir la pura vida… como si eso se lograra en un tour express de media hora en un bus con aire acondicionado y olor a plástico. Un brete tratar de venderle paja a la gente así, díganme.
Pero bueno, hay que darle crédito, el concepto no está tan mal. Imaginen estar caminando por París, buscando un croissant, y de repente aparece un Jungle Bus lleno de plantas y macaws. Seguro llama la atención, aunque sea un momentito. Y lo mismo en Ámsterdam, viendo un tranvía que parece sacado de un folleto turístico. Al final, es marketing, pura y dura, y el ICT necesita que funcione para justificar esos dineros.
Y no es la primera vez que hacen cosas así, eh. Ya vimos los taxis eléctricos en Madrid, todos pintados con paisajes y animales. Una maravilla, sí, pero me pregunto si realmente eso se traduce en más turista. Porque al final, uno puede ver una foto bonita de un quetzal en un taxi, pero si llega acá y se encuentra con un servicio de transporte público caótico y caro, se va decepcionado. Eso sí que es una vara seria.
Melissa Tencio, la encargada de marca y estrategia del ICT, dice que quieren crear una 'conexión emocional' con el destino. Jajaja, qué carga, señora. La conexión emocional la crea la experiencia real, el trato amable, la comida rica y a buen precio, y la seguridad. No unos stickers bonitos en un tranvía. Pero bueno, cada quien defiende su brete.
Según los datos del ICT, entre enero y octubre del año pasado vinieron unos cuantos holandeses y franceses. No es una avalancha, pero tampoco está tan mal. Y claro, ahí está la campaña digital en CheapTickets.nl, ofreciendo paquetazos. Esperemos que todo esto sume, porque necesitamos que el turismo siga dando oxígeno a nuestra economía. Que no se vaya todo al traste, imagínense.
La verdad es que me da risa cómo intentamos venderle la imagen de Costa Rica al mundo, mientras que aquí seguimos batallando con problemas básicos. ¿No sería mejor invertir ese dinero en arreglar las calles, mejorar los servicios públicos y capacitar a nuestros trabajadores del sector turístico? Pura vara, yo digo. Pero hey, al menos estamos innovando, ¿verdad?
Al final del día, toda esta movida me deja pensando: ¿cree usted que estas campañas creativas realmente funcionan para atraer turistas de calidad, o solo estamos haciendo ruido por hacer ruido? ¿Es más importante la imagen que vendemos al exterior o la realidad que ofrecemos a quienes nos visitan?
