¡Aguante! Resulta que el Ministerio de Educación Pública (MEP) anda con más torpes que un elefante en una cristalería, según una auditoría interna recién salida del horno. Parece que las pruebas nacionales, esas que le ponen presión a nuestros niños, tienen más fallas que un clavel en diciembre. ¡Una pena!
La Auditoría Interna, documento número 17-2025, básicamente destapó que el proceso de la Prueba Nacional Estandarizada (PNE) está hecho un desmadre administrativo. Lo que quieren decir es que no hay reglas claras, papeles por todos lados y nadie sabe bien quién hace qué. ¡Un brete pa’ cualquiera que intente entenderlo!
Lo peor de todo es que los lineamientos, manuales y procedimientos de la PNE, esos documentos que deberían guiar todo el proceso, todavía no están listos. ¡Y eso que estamos hablando de un examen nacional, crucial para el futuro de nuestros jóvenes! Uno pensaría que eso estaría resuelto desde hacía tiempo, diay.
Además, parece que el MEP depende mucho de personal externo, contratado a través del convenio con ICER, para echar andar los sistemas de información de la prueba. Aplicar las pruebas en digital, procesar los datos, sacar los resultados… ¡todo en manos de afuera! Esto, según la auditoría, pone en riesgo la continuidad de los sistemas porque si algo les pasa a ellos, nos vamos al traste.
Y ni hablar del manejo de la información. Según la auditoría, en la página web del MEP andan publicando datos incorrectos, ¡y algunos ni siquiera los han corregido después de que se los señalaron! Qué sal, señores, qué sal. Imaginen a los padres buscando información confiable para ayudar a sus hijos y topándose con datos erróneos. ¡Un fiasco total!
Claro, la auditoría también dice que las evaluaciones evalúan bastante bien lo que dicen que evalúan, midiendo la validez, confiabilidad y demás. Pero bueno, ahí viene el bombazo: otros expertos dicen que Costa Rica carece de un sistema nacional de evaluación educativa completo. Es decir, apenas estamos rascando la superficie y las pruebas actuales solo evalúan un cuarto de las habilidades necesarias. ¡Qué carga!
Para remate de gallina, el ministro de Educación, José Leonardo Sánchez, anunció que las pruebas van a cambiar el año que viene. Van a ser individuales, para que los alumnos aprueben cada materia aparte. También van a poner más preguntas, hasta 50 en algunas materias. Esperemos que estos cambios sirvan para arreglar todo este batiburrillo, aunque con el historial del MEP... uno no se anima a esperar milagros.
En resumen, tenemos un proceso de evaluación nacional lleno de fallas administrativas, dependiente de terceros y con información poco confiable. ¡Parece que el MEP necesita urgentemente una inyección de organización y transparencia! Ahora, me pregunto: ¿creen ustedes que el MEP realmente va a corregir todas estas fallas y mejorar la calidad de las pruebas, o esto seguirá siendo un problema recurrente durante años?
La Auditoría Interna, documento número 17-2025, básicamente destapó que el proceso de la Prueba Nacional Estandarizada (PNE) está hecho un desmadre administrativo. Lo que quieren decir es que no hay reglas claras, papeles por todos lados y nadie sabe bien quién hace qué. ¡Un brete pa’ cualquiera que intente entenderlo!
Lo peor de todo es que los lineamientos, manuales y procedimientos de la PNE, esos documentos que deberían guiar todo el proceso, todavía no están listos. ¡Y eso que estamos hablando de un examen nacional, crucial para el futuro de nuestros jóvenes! Uno pensaría que eso estaría resuelto desde hacía tiempo, diay.
Además, parece que el MEP depende mucho de personal externo, contratado a través del convenio con ICER, para echar andar los sistemas de información de la prueba. Aplicar las pruebas en digital, procesar los datos, sacar los resultados… ¡todo en manos de afuera! Esto, según la auditoría, pone en riesgo la continuidad de los sistemas porque si algo les pasa a ellos, nos vamos al traste.
Y ni hablar del manejo de la información. Según la auditoría, en la página web del MEP andan publicando datos incorrectos, ¡y algunos ni siquiera los han corregido después de que se los señalaron! Qué sal, señores, qué sal. Imaginen a los padres buscando información confiable para ayudar a sus hijos y topándose con datos erróneos. ¡Un fiasco total!
Claro, la auditoría también dice que las evaluaciones evalúan bastante bien lo que dicen que evalúan, midiendo la validez, confiabilidad y demás. Pero bueno, ahí viene el bombazo: otros expertos dicen que Costa Rica carece de un sistema nacional de evaluación educativa completo. Es decir, apenas estamos rascando la superficie y las pruebas actuales solo evalúan un cuarto de las habilidades necesarias. ¡Qué carga!
Para remate de gallina, el ministro de Educación, José Leonardo Sánchez, anunció que las pruebas van a cambiar el año que viene. Van a ser individuales, para que los alumnos aprueben cada materia aparte. También van a poner más preguntas, hasta 50 en algunas materias. Esperemos que estos cambios sirvan para arreglar todo este batiburrillo, aunque con el historial del MEP... uno no se anima a esperar milagros.
En resumen, tenemos un proceso de evaluación nacional lleno de fallas administrativas, dependiente de terceros y con información poco confiable. ¡Parece que el MEP necesita urgentemente una inyección de organización y transparencia! Ahora, me pregunto: ¿creen ustedes que el MEP realmente va a corregir todas estas fallas y mejorar la calidad de las pruebas, o esto seguirá siendo un problema recurrente durante años?
