Bueno, mi gente, parece que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), esos señores gringos que siempre andan analizando cómo le vamos, nos dicen que estamos bien, más o menos. Nos pintan un panorama de crecimiento “sólido” pa’ 2025, eso suena lindo, ¿verdad?, pero ojo porque viene la pega. Dicen que después, pa’ 2026 y 2027, la cosa se pone más tranqui y podríamos tener algunos sobresaltos, diay.
Según el informe de los de la OCDE, nuestro Producto Interno Bruto (PIB) va a ir creciendo, pero poquito a poco. Proyectan un 4,2% pa’ este año que casi termina, luego un 3,5% y finalmente un 3,4%. A ver si les sale la cuenta, porque ya sabemos cómo cambian las cosas rapidito. Lo que sí preocupa es que dicen que la ayuda que recibimos vendiendo cosas a Estados Unidos, nuestro socio comercial número uno, se va a ir achicando. Parece que allá andan pensando en ponerle más impuestos a nuestras exportaciones, y eso no es precisamente café con leche.
Pero no todo es tan fatal, mis panas. Resulta que nosotros seguimos gastando, consumiendo, comprando… Eso sí, parece que nos estamos endeudando un poquito más, pero bueno, ¿quién no lo hace hoy día? La inflación, que anda dando vueltas como pollo descabezado, se supone que se va a estabilizar, aunque tardaremos un buen rato en llegar al 3% que los economistas consideran ideal. A ver si dejan de subirnos los precios de todo, que ya uno no sabe ni qué comer.
Ahora, hablando de plata, Hacienda dice que las cosas han mejorado un poco, pero que hay que seguir cuidando los gastos públicos, eh. Que tenemos que ser más eficientes, buscar maneras de ganar más dinero y no despilfarrarlo. Diay, ya saben, lo típico de apretarnos el cinturón. Porque si no, la cosa se puede ir al traste, y nadie quiere eso, ¿verdad?
Lo que me preocupa de plano es lo que dice la OCDE sobre buscar nuevos mercados pa’ vender nuestras cositas. Ya basta de depender tanto de Estados Unidos, que ahí no se sabe cuándo van a cambiarles las ganas. Necesitamos abrirnos al mundo, hacer trataditos comerciales con otros países, diversificar, como dicen los técnicos. Pero eso lleva tiempo y requiere que nuestros políticos dejen de pelear entre ellos y se pongan a trabajar por el país, que eso sería una novedad.
Y hablando de trabajo, resulta que el crecimiento económico no se está traduciendo en muchos empleos nuevos, ¿me explico? La gente está trabajando, sí, pero no se crean muchos puestos pa’ los jóvenes. El desempleo sigue siendo una preocupación importante, y eso afecta directamente el bolsillo de muchas familias. Además, la inversión extranjera directa, que es importantísima pa’ que lleguen nuevas empresas y creen empleos, ha bajado un montón este año, eso sí que es motivo de alerta.
Pero ojo, que no todo está perdido. Los expertos también ven algunas señales positivas. Dicen que los negocios siguen funcionando bien, que la gente está dispuesta a gastar y que la economía, en general, se mantiene relativamente estable. Aunque también nos avisan que hay mucha incertidumbre a nivel mundial, que los precios de las cosas pueden subir y que los aranceles de Estados Unidos pueden complicarnos la vida aún más. Y encima, nos recuerdan que somos un país muy dependiente del dólar, así que cualquier problema con el tipo de cambio nos puede afectar bastante.
En fin, la OCDE nos pinta un cuadro mixto. Un poco de sol, un poco de sombra, y mucha incertidumbre. Creo que lo más importante es tomar estos pronósticos con pinzas, seguir trabajando duro y esperar lo mejor. Ahora dime tú, ¿crees que realmente podemos mantener este crecimiento sólido en medio de tanta crisis global, o nos vamos a llevar otra decepción? Deja tu opinión en los comentarios, ¡quiero saber qué piensas!
Según el informe de los de la OCDE, nuestro Producto Interno Bruto (PIB) va a ir creciendo, pero poquito a poco. Proyectan un 4,2% pa’ este año que casi termina, luego un 3,5% y finalmente un 3,4%. A ver si les sale la cuenta, porque ya sabemos cómo cambian las cosas rapidito. Lo que sí preocupa es que dicen que la ayuda que recibimos vendiendo cosas a Estados Unidos, nuestro socio comercial número uno, se va a ir achicando. Parece que allá andan pensando en ponerle más impuestos a nuestras exportaciones, y eso no es precisamente café con leche.
Pero no todo es tan fatal, mis panas. Resulta que nosotros seguimos gastando, consumiendo, comprando… Eso sí, parece que nos estamos endeudando un poquito más, pero bueno, ¿quién no lo hace hoy día? La inflación, que anda dando vueltas como pollo descabezado, se supone que se va a estabilizar, aunque tardaremos un buen rato en llegar al 3% que los economistas consideran ideal. A ver si dejan de subirnos los precios de todo, que ya uno no sabe ni qué comer.
Ahora, hablando de plata, Hacienda dice que las cosas han mejorado un poco, pero que hay que seguir cuidando los gastos públicos, eh. Que tenemos que ser más eficientes, buscar maneras de ganar más dinero y no despilfarrarlo. Diay, ya saben, lo típico de apretarnos el cinturón. Porque si no, la cosa se puede ir al traste, y nadie quiere eso, ¿verdad?
Lo que me preocupa de plano es lo que dice la OCDE sobre buscar nuevos mercados pa’ vender nuestras cositas. Ya basta de depender tanto de Estados Unidos, que ahí no se sabe cuándo van a cambiarles las ganas. Necesitamos abrirnos al mundo, hacer trataditos comerciales con otros países, diversificar, como dicen los técnicos. Pero eso lleva tiempo y requiere que nuestros políticos dejen de pelear entre ellos y se pongan a trabajar por el país, que eso sería una novedad.
Y hablando de trabajo, resulta que el crecimiento económico no se está traduciendo en muchos empleos nuevos, ¿me explico? La gente está trabajando, sí, pero no se crean muchos puestos pa’ los jóvenes. El desempleo sigue siendo una preocupación importante, y eso afecta directamente el bolsillo de muchas familias. Además, la inversión extranjera directa, que es importantísima pa’ que lleguen nuevas empresas y creen empleos, ha bajado un montón este año, eso sí que es motivo de alerta.
Pero ojo, que no todo está perdido. Los expertos también ven algunas señales positivas. Dicen que los negocios siguen funcionando bien, que la gente está dispuesta a gastar y que la economía, en general, se mantiene relativamente estable. Aunque también nos avisan que hay mucha incertidumbre a nivel mundial, que los precios de las cosas pueden subir y que los aranceles de Estados Unidos pueden complicarnos la vida aún más. Y encima, nos recuerdan que somos un país muy dependiente del dólar, así que cualquier problema con el tipo de cambio nos puede afectar bastante.
En fin, la OCDE nos pinta un cuadro mixto. Un poco de sol, un poco de sombra, y mucha incertidumbre. Creo que lo más importante es tomar estos pronósticos con pinzas, seguir trabajando duro y esperar lo mejor. Ahora dime tú, ¿crees que realmente podemos mantener este crecimiento sólido en medio de tanta crisis global, o nos vamos a llevar otra decepción? Deja tu opinión en los comentarios, ¡quiero saber qué piensas!