¡Aguante! La cosa está dura para algunos estudiantes de medicina. Resulta que casi un tercio de los futuros doctores que se presentaron al examen de conocimientos generales para el Internado Rotatorio Universitario (IRU) le dieron palazo al examen. Esto significa que muchos se van a tener que esforzar más si quieren llegar a ponerle vendas a alguien.
Pa' los que no estén enterados, el IRU es básicamente el último año de la carrera, el momento en que dejan de ser teóricos y empiezan a ensuciarse las manos (literalmente) con pacientes reales. Se supone que ahí aplican todo lo aprendido, pero parece que hay algunas brechas en el camino. La prueba, que se hizo el 29 de octubre pasado, evaluaba conocimientos básicos y se necesitaba sacar mínimo 43 puntos para aprobar. Con 463 estudiantes, 137 quedaron atrás, lo cual es una cifra considerable, ¡diay!
Y ojo que esto no es uniforme en todas las universidades. Según los datos que nos mandaron, la Universidad Internacional de las Américas (UIA) es donde más problemas se presentan, con un 60.78% de reprobación. ¡Una verdadera torta! En cambio, la Universidad de Costa Rica (UCR) está sacando pecho con un impresionante 98.81% de aprobación. Eso da mucho en qué pensar, ¿no creen?
Ahora bien, vamos a ver los números fríos. La UCR, siendo la grande del ruedo, tuvo un promedio general de 66 puntos, mientras que la UIA quedó rezagada con un promedio de apenas 41. Esa diferencia es abismal y levanta muchas preguntas sobre la calidad de la formación que se está recibiendo en distintas instituciones. Algunos dicen que puede haber diferencias en el enfoque pedagógico, otros apuntan a la falta de recursos, pero la verdad es que la cosa está complicada.
La Junta Directiva de la CCSS se puso las pilas porque necesitan asegurarse de que estos jóvenes tengan los conocimientos básicos para trabajar en sus centros. Por eso hace años que implementaron este examen, buscando evitar que los estudiantes lleguen a las salas de emergencia con la mente en blanco. Al final del día, lo que quieren es proteger a los pacientes, y eso es totalmente entendible.
Es importante recordar que estos exámenes se hacen dos veces al año, en enero y agosto, para darle otra oportunidad a los estudiantes que se fueron corto la primera vez. Así no tienen que esperar un año entero para volver a intentarlo, aunque bueno, imaginen la presión que sienten esos mae’s al saber que tienen que repitieron.
Pero volviendo al meollo del asunto, esta situación plantea interrogantes importantes sobre el sistema educativo médico en Costa Rica. ¿Están preparando adecuadamente a nuestros futuros doctores? ¿Se necesita revisar el currículo de algunas universidades? ¿Deberían implementar programas de apoyo extra para los estudiantes que están teniendo dificultades?
En fin, la cosa está servida. Esta noticia nos obliga a reflexionar sobre la calidad de la educación médica y el futuro de nuestro sistema de salud. Ahora les pregunto, ¿creen que estas tasas de reprobación son un reflejo de un problema sistémico en las facultades de medicina o simplemente una muestra de que algunos estudiantes necesitan ponerse las pilas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Pa' los que no estén enterados, el IRU es básicamente el último año de la carrera, el momento en que dejan de ser teóricos y empiezan a ensuciarse las manos (literalmente) con pacientes reales. Se supone que ahí aplican todo lo aprendido, pero parece que hay algunas brechas en el camino. La prueba, que se hizo el 29 de octubre pasado, evaluaba conocimientos básicos y se necesitaba sacar mínimo 43 puntos para aprobar. Con 463 estudiantes, 137 quedaron atrás, lo cual es una cifra considerable, ¡diay!
Y ojo que esto no es uniforme en todas las universidades. Según los datos que nos mandaron, la Universidad Internacional de las Américas (UIA) es donde más problemas se presentan, con un 60.78% de reprobación. ¡Una verdadera torta! En cambio, la Universidad de Costa Rica (UCR) está sacando pecho con un impresionante 98.81% de aprobación. Eso da mucho en qué pensar, ¿no creen?
Ahora bien, vamos a ver los números fríos. La UCR, siendo la grande del ruedo, tuvo un promedio general de 66 puntos, mientras que la UIA quedó rezagada con un promedio de apenas 41. Esa diferencia es abismal y levanta muchas preguntas sobre la calidad de la formación que se está recibiendo en distintas instituciones. Algunos dicen que puede haber diferencias en el enfoque pedagógico, otros apuntan a la falta de recursos, pero la verdad es que la cosa está complicada.
La Junta Directiva de la CCSS se puso las pilas porque necesitan asegurarse de que estos jóvenes tengan los conocimientos básicos para trabajar en sus centros. Por eso hace años que implementaron este examen, buscando evitar que los estudiantes lleguen a las salas de emergencia con la mente en blanco. Al final del día, lo que quieren es proteger a los pacientes, y eso es totalmente entendible.
Es importante recordar que estos exámenes se hacen dos veces al año, en enero y agosto, para darle otra oportunidad a los estudiantes que se fueron corto la primera vez. Así no tienen que esperar un año entero para volver a intentarlo, aunque bueno, imaginen la presión que sienten esos mae’s al saber que tienen que repitieron.
Pero volviendo al meollo del asunto, esta situación plantea interrogantes importantes sobre el sistema educativo médico en Costa Rica. ¿Están preparando adecuadamente a nuestros futuros doctores? ¿Se necesita revisar el currículo de algunas universidades? ¿Deberían implementar programas de apoyo extra para los estudiantes que están teniendo dificultades?
En fin, la cosa está servida. Esta noticia nos obliga a reflexionar sobre la calidad de la educación médica y el futuro de nuestro sistema de salud. Ahora les pregunto, ¿creen que estas tasas de reprobación son un reflejo de un problema sistémico en las facultades de medicina o simplemente una muestra de que algunos estudiantes necesitan ponerse las pilas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
