¡Ay, pata! Aquí seguimos con el mismo rollo de la CCSS y su sistema ERP-SAP. Resulta que la presidenta, Mónica Taylor, anda diciendo que todo va súper bien, como si estuvieran ordeñando vacas en la luna. Pero bueno, la Contraloría nos está poniendo los pelos de punta con sus informes sobre crisis operativa. ¡Qué cosas!
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, este sistema SAP ERP prometía modernizar todo, desde pedir insumos hasta pagar facturas. Lo lanzaron hace cinco mese con toda la pompota, pero desde el principio le llovieron palos. PwC, esa consultora gringa que sabe un huevo, ya les había avisado que no estaban listos para meterle mano a semejante aparato. Y mira dónde estamos ahora.
Y ahí estaba la presidenta, frente a los diputados en la Asamblea, defendiendo su decisión a capa y espada. Dijo que han visto “resultados beneficiosos”, aunque no especificó cuáles. Menciona que pusieron en marcha el RAP (Recepción Automatizada de Pedidos), que supuestamente agiliza las compras del ALDI y de SIFA. Claro, pero eso no soluciona que haya montañas de facturas pendientes y proveedores amenazando con cortarles el agua y la luz. ¡Un desmadre!
La diputada Rocío Alfaro, del Frente Amplio, le sacó brillo a la presidenta preguntándole cómo puede decir que es un éxito cuando tienen miles de facturas retrasadas, pagos vencidos y medicamentos que no llegan a tiempo. ¡Con razón la gente está harta! Le preguntó directamente si ninguno de esos problemas ha pasado, y la respuesta fue un evasivo “No, señora. Es que no ha habido desabasto. Problemas, sí”. ¡Claro, problemas! Como si fuera poco.
Pero el golpe final vino de la propia Contraloría, que puso la lupa sobre el asunto y declaró que estamos frente a una “crisis institucional”. Parece que la implementación del SAP ERP ha llegado a niveles críticos, impidiendo que la Caja funcione normalmente. No es broma, señores. Nos dicen que han pasado de tener una puesta en marcha floja a tener un problema grave que nadie parece querer solucionar de verdad.
La Contraloría incluso le dio órdenes directas a la Junta Directiva: elaborar un plan de recuperación de operaciones, buscar expertos independientes, contratar una auditoría externa... ¡Una lista kilométrica! Básicamente, les dijeron que agarren el toro por los pitones y arreglen este maje, porque sino la cosa se pone fea. Insisten en que necesitan recursos humanos, técnicos y financieros para sacar adelante esto. ¡Más plata pa’l gasto!
Ahora bien, analizando la cosa con calma, esto huele raro. ¿Cómo es posible que hayan invertido tantísimo dinero en un sistema que todavía está dando tantos dolores de cabeza? ¿Alguien se hizo rico con esta jugada? La verdad es que da mucho que pensar. Y mientras tanto, los pacientes sufren, los hospitales funcionan a medio gas y la confianza en las instituciones públicas sigue cayendo en picada. Una pena, diay.
En fin, compañeros lectores, la situación es compleja y preocupa a muchos. Con tanta confusión y versiones encontradas, ¿creen que la presidenta Taylor está siendo honesta al calificar el SAP ERP como un “éxito”? ¿Debería renunciar ante esta debacle o seguir defendiéndolo a capa y espada? ¡Den su opinión en el foro!
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, este sistema SAP ERP prometía modernizar todo, desde pedir insumos hasta pagar facturas. Lo lanzaron hace cinco mese con toda la pompota, pero desde el principio le llovieron palos. PwC, esa consultora gringa que sabe un huevo, ya les había avisado que no estaban listos para meterle mano a semejante aparato. Y mira dónde estamos ahora.
Y ahí estaba la presidenta, frente a los diputados en la Asamblea, defendiendo su decisión a capa y espada. Dijo que han visto “resultados beneficiosos”, aunque no especificó cuáles. Menciona que pusieron en marcha el RAP (Recepción Automatizada de Pedidos), que supuestamente agiliza las compras del ALDI y de SIFA. Claro, pero eso no soluciona que haya montañas de facturas pendientes y proveedores amenazando con cortarles el agua y la luz. ¡Un desmadre!
La diputada Rocío Alfaro, del Frente Amplio, le sacó brillo a la presidenta preguntándole cómo puede decir que es un éxito cuando tienen miles de facturas retrasadas, pagos vencidos y medicamentos que no llegan a tiempo. ¡Con razón la gente está harta! Le preguntó directamente si ninguno de esos problemas ha pasado, y la respuesta fue un evasivo “No, señora. Es que no ha habido desabasto. Problemas, sí”. ¡Claro, problemas! Como si fuera poco.
Pero el golpe final vino de la propia Contraloría, que puso la lupa sobre el asunto y declaró que estamos frente a una “crisis institucional”. Parece que la implementación del SAP ERP ha llegado a niveles críticos, impidiendo que la Caja funcione normalmente. No es broma, señores. Nos dicen que han pasado de tener una puesta en marcha floja a tener un problema grave que nadie parece querer solucionar de verdad.
La Contraloría incluso le dio órdenes directas a la Junta Directiva: elaborar un plan de recuperación de operaciones, buscar expertos independientes, contratar una auditoría externa... ¡Una lista kilométrica! Básicamente, les dijeron que agarren el toro por los pitones y arreglen este maje, porque sino la cosa se pone fea. Insisten en que necesitan recursos humanos, técnicos y financieros para sacar adelante esto. ¡Más plata pa’l gasto!
Ahora bien, analizando la cosa con calma, esto huele raro. ¿Cómo es posible que hayan invertido tantísimo dinero en un sistema que todavía está dando tantos dolores de cabeza? ¿Alguien se hizo rico con esta jugada? La verdad es que da mucho que pensar. Y mientras tanto, los pacientes sufren, los hospitales funcionan a medio gas y la confianza en las instituciones públicas sigue cayendo en picada. Una pena, diay.
En fin, compañeros lectores, la situación es compleja y preocupa a muchos. Con tanta confusión y versiones encontradas, ¿creen que la presidenta Taylor está siendo honesta al calificar el SAP ERP como un “éxito”? ¿Debería renunciar ante esta debacle o seguir defendiéndolo a capa y espada? ¡Den su opinión en el foro!
