¡Ay, dios mío! La cosa está que arde, mi gente. Resulta que Don Rodri, nuestro presidente, estaría pensando seriamente en ir al Plenario el 16 de diciembre para defenderse de toda esta movida del TSE y la acusación de beligerancia política. Pilar Cisneros, la diputada oficialista, soltó la bomba confirmándolo, así que ya saben, esto pinta para un buen brete.
Como recordaremos, todo este rollo comenzó con unas declaraciones que no sentaron nada bien al Tribunal Supremo de Elecciones. Después de un rifa de comisiones y debates larguísimos – unos cuatro votos afirmativos en la comisión especial recomendando que le quiten el fuero – llegamos a este punto crucial: la votación en el Plenario. Y ahora, parece que el presidente decide cambiar la jugada, dejando atrás esa actitud distante que tuvo en el caso BCIE-Cariñitos.
Muchos recuerdan que en aquella ocasión, cuando se discutía su inmunidad en relación con el asunto del Banco Centroamericano de Integración Económica y Cariñitos, el presidente decidió no asistir, prefiriendo quedarse al margen del debate público. Fue una decisión que generó mucha controversia y críticas por parte de la oposición, quienes lo acusaron de esconderse y evitar enfrentar las preguntas de los diputados. Ahora, la apuesta es diferente, y él parece dispuesto a meterse de lleno en el barro, aunque sea un riesgo considerable.
Las fechas estaban medio complicadas, ¿eh? Primero se pensó en el 15 de diciembre, pero resultó que Don Rodri tenía agendados unos exámenes médicos importantes. Así que tocó mover la sesión al día siguiente, lo que abre la puerta a la posibilidad de verlo presente en el Plenario. Según lo establecido, tendrá 30 minutos para exponer su defensa, después de que los miembros de la comisión presenten su informe. Después, se abre el debate, ¡y ahí la cosa se pone interesante!
Vamos por partes: primero, leerán el informe, después hablará el presidente si quiere, y luego... ¡boom!, cuatro horas de debate reglamentado. Las fracciones tienen tiempos asignados para hablar, desde los diputados independientes, pasando por PUSC, Nueva República, PLP, Frente Amplio, Liberación Nacional y PPSD. Hay una tabla con los tiempos, vaya, parece un horario de clases en el colegio. Pero el punto clave es que se necesitan 38 votos para tumbarle el fuero, lo que representa dos tercios del total de diputados. Una cifra alta, fíjense, pero no imposible.
Recordemos también la última votación sobre su inmunidad, allá por el 22 de septiembre, cuando el Plenario rechazó levantarla, con 34 votos a favor y 21 en contra. Eso demuestra que la pelea está lejos de terminar y que el resultado final dependerá de cómo se alineen las fuerzas políticas en estos días finales del año. Además, la asistencia del Presidente podría influir en el voto de algunos diputados indecisos que podrían ver en su presencia una muestra de valentía o de convicción.
Y hablando de asistencias, vale la pena recordar que Don Rodri solo ha ido al Congreso pocas veces este año, principalmente para su informe de rendición de cuentas y algunas audiencias en las comisiones de desafuero. Su ausencia constante en el escenario legislativo ha sido criticada por la oposición, quienes lo acusan de desconectarse de la realidad nacional y de ignorar las preocupaciones del país. Esta asistencia, en caso de que ocurra, sería un gesto importante para demostrar que está dispuesto a dialogar y a confrontar directamente las acusaciones en su contra.
Ahora, la gran pregunta queda en el aire: ¿Será suficiente la presencia física del presidente para convencer a los diputados de que merezca mantener su inmunidad, o se irá al traste su intento de defenderse en el Plenario? Y ustedes, ¿creen que debería asistir al Plenario para responder ante los señalamientos o es mejor que siga concentrado en gobernar? ¡Dejen sus opiniones en el foro!
Como recordaremos, todo este rollo comenzó con unas declaraciones que no sentaron nada bien al Tribunal Supremo de Elecciones. Después de un rifa de comisiones y debates larguísimos – unos cuatro votos afirmativos en la comisión especial recomendando que le quiten el fuero – llegamos a este punto crucial: la votación en el Plenario. Y ahora, parece que el presidente decide cambiar la jugada, dejando atrás esa actitud distante que tuvo en el caso BCIE-Cariñitos.
Muchos recuerdan que en aquella ocasión, cuando se discutía su inmunidad en relación con el asunto del Banco Centroamericano de Integración Económica y Cariñitos, el presidente decidió no asistir, prefiriendo quedarse al margen del debate público. Fue una decisión que generó mucha controversia y críticas por parte de la oposición, quienes lo acusaron de esconderse y evitar enfrentar las preguntas de los diputados. Ahora, la apuesta es diferente, y él parece dispuesto a meterse de lleno en el barro, aunque sea un riesgo considerable.
Las fechas estaban medio complicadas, ¿eh? Primero se pensó en el 15 de diciembre, pero resultó que Don Rodri tenía agendados unos exámenes médicos importantes. Así que tocó mover la sesión al día siguiente, lo que abre la puerta a la posibilidad de verlo presente en el Plenario. Según lo establecido, tendrá 30 minutos para exponer su defensa, después de que los miembros de la comisión presenten su informe. Después, se abre el debate, ¡y ahí la cosa se pone interesante!
Vamos por partes: primero, leerán el informe, después hablará el presidente si quiere, y luego... ¡boom!, cuatro horas de debate reglamentado. Las fracciones tienen tiempos asignados para hablar, desde los diputados independientes, pasando por PUSC, Nueva República, PLP, Frente Amplio, Liberación Nacional y PPSD. Hay una tabla con los tiempos, vaya, parece un horario de clases en el colegio. Pero el punto clave es que se necesitan 38 votos para tumbarle el fuero, lo que representa dos tercios del total de diputados. Una cifra alta, fíjense, pero no imposible.
Recordemos también la última votación sobre su inmunidad, allá por el 22 de septiembre, cuando el Plenario rechazó levantarla, con 34 votos a favor y 21 en contra. Eso demuestra que la pelea está lejos de terminar y que el resultado final dependerá de cómo se alineen las fuerzas políticas en estos días finales del año. Además, la asistencia del Presidente podría influir en el voto de algunos diputados indecisos que podrían ver en su presencia una muestra de valentía o de convicción.
Y hablando de asistencias, vale la pena recordar que Don Rodri solo ha ido al Congreso pocas veces este año, principalmente para su informe de rendición de cuentas y algunas audiencias en las comisiones de desafuero. Su ausencia constante en el escenario legislativo ha sido criticada por la oposición, quienes lo acusan de desconectarse de la realidad nacional y de ignorar las preocupaciones del país. Esta asistencia, en caso de que ocurra, sería un gesto importante para demostrar que está dispuesto a dialogar y a confrontar directamente las acusaciones en su contra.
Ahora, la gran pregunta queda en el aire: ¿Será suficiente la presencia física del presidente para convencer a los diputados de que merezca mantener su inmunidad, o se irá al traste su intento de defenderse en el Plenario? Y ustedes, ¿creen que debería asistir al Plenario para responder ante los señalamientos o es mejor que siga concentrado en gobernar? ¡Dejen sus opiniones en el foro!