¡Ay, Dios mío! Qué bronca nos cayó encima con esto del presidente Chaves. Resulta que el tipo, en medio de la comisión que estudiaba su inmunidad – la del TSE, ya saben, todo ese rollo – simplemente se levantó y se fue. Se fue, ¡directito! Como si estuviera escapando de una torta de cumpleaños, diay.
Todo empezó porque Chaves usó su tiempo para echarle bala a los del TSE y también a los Supremos Poderes, hablando con más calor que frijoles con picante. Ya estaba dando su discurso, echándole culpas a diestra y siniestra, cuando la diputada Larios, que preside la comisión, intentaba intervenir. Pero el presidente, en lugar de escuchar, hizo como que no la veía y, de repente, ¡zas!, se largó. Con su abogado, Villalobos, pegadito como sombra.
El diputado Vargas, que es oficialista, viendo la obra, tampoco se quedó atrás y se unió a la fuga presidencial. Así, dejando plantada a las diputadas, que ahí estaban esperando poder preguntarle algunas cositas. Imagínate la escena: ellas, con las preguntas preparadas, y él, agarrando la puerta y diciendo ‘adiós’. ¡Qué despiche!
Rocío Alfaro, diputada del Frente Amplio, no se anduvo con rodeos. Lo llamó “cobarde”, “irrespetuoso” y hasta tiró unas indirectas sobre misoginia. Dijo que era lamentable para la historia del país ver cómo el presidente, el primer ciudadano, llega a ese nivel de irrespeto hacia las instituciones. Y eso que la mujer tiene razón, huele a chamaco que no quiere hacerse responsable de sus actos, chunche.
Después de la fuga presidencial, las diputadas continuaron con la comisión, aunque con el sabor amargo en la boca. Larios recalcó que Chaves tenía derecho a irse, pero que eso no le daba el derecho de evadir las preguntas. Que ahí estaban, listas para darle la chincha, pero el presidente prefirió huir. Al final, pues, se armó un tremendo cahuete, porque obviamente la gente no entiende cómo puede un presidente comportarse así en un acto tan importante.
Y claro, afuera del Congreso, frente a la Plaza de la Democracia, se congregó un grupito de seguidores del presidente, gritando consignas y defendiéndolo a capa y espada. Algunos decían que era víctima de una persecución política, otros que era el salvador de la patria. En fin, la típica polarización que vemos siempre, que te quema la mosca.
Este episodio, además, revive toda la polémica alrededor de las declaraciones previas de Chaves sobre el TSE y sus integrantes. Ya había dicho cosas bastante fuertes, acusándolos de parcialidad y de estar al servicio de intereses políticos. Todo esto contribuye a crear un clima de tensión y desconfianza en el país, y a debilitar aún más nuestras instituciones democráticas. Uno se queda pensando qué estará pasando en la cabeza del presidente; parece que vive en otra vara, maquina.
Ahora bien, dime tú: ¿Crees que la actitud del presidente Chaves ante la comisión de investigación fue justificable? ¿Consideras que este incidente daña irreversiblemente la imagen de la Presidencia y la confianza de la ciudadanía en el gobierno?
Todo empezó porque Chaves usó su tiempo para echarle bala a los del TSE y también a los Supremos Poderes, hablando con más calor que frijoles con picante. Ya estaba dando su discurso, echándole culpas a diestra y siniestra, cuando la diputada Larios, que preside la comisión, intentaba intervenir. Pero el presidente, en lugar de escuchar, hizo como que no la veía y, de repente, ¡zas!, se largó. Con su abogado, Villalobos, pegadito como sombra.
El diputado Vargas, que es oficialista, viendo la obra, tampoco se quedó atrás y se unió a la fuga presidencial. Así, dejando plantada a las diputadas, que ahí estaban esperando poder preguntarle algunas cositas. Imagínate la escena: ellas, con las preguntas preparadas, y él, agarrando la puerta y diciendo ‘adiós’. ¡Qué despiche!
Rocío Alfaro, diputada del Frente Amplio, no se anduvo con rodeos. Lo llamó “cobarde”, “irrespetuoso” y hasta tiró unas indirectas sobre misoginia. Dijo que era lamentable para la historia del país ver cómo el presidente, el primer ciudadano, llega a ese nivel de irrespeto hacia las instituciones. Y eso que la mujer tiene razón, huele a chamaco que no quiere hacerse responsable de sus actos, chunche.
Después de la fuga presidencial, las diputadas continuaron con la comisión, aunque con el sabor amargo en la boca. Larios recalcó que Chaves tenía derecho a irse, pero que eso no le daba el derecho de evadir las preguntas. Que ahí estaban, listas para darle la chincha, pero el presidente prefirió huir. Al final, pues, se armó un tremendo cahuete, porque obviamente la gente no entiende cómo puede un presidente comportarse así en un acto tan importante.
Y claro, afuera del Congreso, frente a la Plaza de la Democracia, se congregó un grupito de seguidores del presidente, gritando consignas y defendiéndolo a capa y espada. Algunos decían que era víctima de una persecución política, otros que era el salvador de la patria. En fin, la típica polarización que vemos siempre, que te quema la mosca.
Este episodio, además, revive toda la polémica alrededor de las declaraciones previas de Chaves sobre el TSE y sus integrantes. Ya había dicho cosas bastante fuertes, acusándolos de parcialidad y de estar al servicio de intereses políticos. Todo esto contribuye a crear un clima de tensión y desconfianza en el país, y a debilitar aún más nuestras instituciones democráticas. Uno se queda pensando qué estará pasando en la cabeza del presidente; parece que vive en otra vara, maquina.
Ahora bien, dime tú: ¿Crees que la actitud del presidente Chaves ante la comisión de investigación fue justificable? ¿Consideras que este incidente daña irreversiblemente la imagen de la Presidencia y la confianza de la ciudadanía en el gobierno?
