¡Ay, Dios mío! El Colegio de Abogados anda más caliente que gallina pochada. Parece que la elección de la nueva Junta Directiva el próximo sábado 6 de diciembre va a ser una verdadera pelea de gallos, y no precisamente porque la cosa esté tranquila. Con toda la bronca que hubo por bajar la nota del examen de admisión a 70, ahora toca ver si la nueva junta podrá desenredar este brete que tienen entre manos.
Para los que andan despistados, el Colegio de Abogados tiene unos cuantos asuntos pendientes que parecen no tener fin. Desde el cambio de nota del examen, que generó un escándalo monumental y dejó a muchos juristas mascullando, hasta la novela del fondo de pensiones, que lleva más de doce años arrastrándose por los tribunales. ¡Doce años, diay! Uno ya ni recuerda cómo empezó la cosa.
Ahora bien, en medio de tanto relajo, tenemos dos opciones de papeletas buscando convencer a los agremiados para formar la nueva Junta Directiva. Por un lado, Miguel Arias, que dice que la decisión de la nota debió ser tomada por la Asamblea General, es decir, por todos los abogados, y no unilateralmente por la Junta Directiva actual. “Si la nota tiene que ser 70, que la Asamblea lo apruebe, ¡chévere!”, enfatizó Arias. De hecho, él y su gente ven esto como una cuestión de transparencia y democracia interna.
Por otro lado, tenemos a John Tapia, con quien lamentablemente no logramos hablar esta vez, parece que anda más ocupado que papalón en carnaval. Lo importante es que ambos aspirantes tienen diferentes visiones sobre cómo sacar adelante al Colegio, que, según dicen, necesita urgentemente un empujoncito para recuperar su credibilidad y convertirse nuevamente en un referente nacional. Ya saben, para que nos representen dignamente ante los poderes del Estado, y no anden pareciendo un grupo de loros repetidores.
Y hablando de fondos de pensiones, la Junta Directiva actual anunció que ya encontraron una operadora para administrar esos fondos, BN Vital. Pero eso sí, la cosa no pinta muy bien, porque hay un fallo judicial encima, una orden del Tribunal Contencioso Administrativo exigiendo que hagan cumplir una sentencia pendiente desde hace tiempo. ¡Imagínense la torta! Ahora tendrán que correr para evitar que les caigan unas sanciones.
A pesar de todos estos dimes y diretes, la Junta Directiva saliente no ha querido dar la cara para explicar su postura sobre estos temas tan espinosos. Diario Extra intentó comunicarse con ellos varias veces, pero hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta. Parece que prefieren esconderse detrás de sus cortinas, en lugar de afrontar las críticas y asumir responsabilidades. ¡Qué sal!
En fin, la elección de la nueva Junta Directiva se avecina llena de interrogantes y expectativas. ¿Lograrán los nuevos dirigentes solucionar los problemas que aquejan al Colegio? ¿Podrán devolverle la confianza a los abogados y restaurar su prestigio? ¿Serán capaces de negociar con éxito el tema del fondo de pensiones y ponerle fin a esta larga y costosa batalla legal? ¡Uf!, preguntas difíciles, ¿verdad?
Ahora me pregunto, mi gente: ¿creen que la nueva Junta Directiva tendrá la capacidad y el coraje para enfrentar estos desafíos y realmente cambiar las cosas en el Colegio de Abogados? Déjenme saber qué piensan en los comentarios; ¡quiero leer sus opiniones!
Para los que andan despistados, el Colegio de Abogados tiene unos cuantos asuntos pendientes que parecen no tener fin. Desde el cambio de nota del examen, que generó un escándalo monumental y dejó a muchos juristas mascullando, hasta la novela del fondo de pensiones, que lleva más de doce años arrastrándose por los tribunales. ¡Doce años, diay! Uno ya ni recuerda cómo empezó la cosa.
Ahora bien, en medio de tanto relajo, tenemos dos opciones de papeletas buscando convencer a los agremiados para formar la nueva Junta Directiva. Por un lado, Miguel Arias, que dice que la decisión de la nota debió ser tomada por la Asamblea General, es decir, por todos los abogados, y no unilateralmente por la Junta Directiva actual. “Si la nota tiene que ser 70, que la Asamblea lo apruebe, ¡chévere!”, enfatizó Arias. De hecho, él y su gente ven esto como una cuestión de transparencia y democracia interna.
Por otro lado, tenemos a John Tapia, con quien lamentablemente no logramos hablar esta vez, parece que anda más ocupado que papalón en carnaval. Lo importante es que ambos aspirantes tienen diferentes visiones sobre cómo sacar adelante al Colegio, que, según dicen, necesita urgentemente un empujoncito para recuperar su credibilidad y convertirse nuevamente en un referente nacional. Ya saben, para que nos representen dignamente ante los poderes del Estado, y no anden pareciendo un grupo de loros repetidores.
Y hablando de fondos de pensiones, la Junta Directiva actual anunció que ya encontraron una operadora para administrar esos fondos, BN Vital. Pero eso sí, la cosa no pinta muy bien, porque hay un fallo judicial encima, una orden del Tribunal Contencioso Administrativo exigiendo que hagan cumplir una sentencia pendiente desde hace tiempo. ¡Imagínense la torta! Ahora tendrán que correr para evitar que les caigan unas sanciones.
A pesar de todos estos dimes y diretes, la Junta Directiva saliente no ha querido dar la cara para explicar su postura sobre estos temas tan espinosos. Diario Extra intentó comunicarse con ellos varias veces, pero hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta. Parece que prefieren esconderse detrás de sus cortinas, en lugar de afrontar las críticas y asumir responsabilidades. ¡Qué sal!
En fin, la elección de la nueva Junta Directiva se avecina llena de interrogantes y expectativas. ¿Lograrán los nuevos dirigentes solucionar los problemas que aquejan al Colegio? ¿Podrán devolverle la confianza a los abogados y restaurar su prestigio? ¿Serán capaces de negociar con éxito el tema del fondo de pensiones y ponerle fin a esta larga y costosa batalla legal? ¡Uf!, preguntas difíciles, ¿verdad?
Ahora me pregunto, mi gente: ¿creen que la nueva Junta Directiva tendrá la capacidad y el coraje para enfrentar estos desafíos y realmente cambiar las cosas en el Colegio de Abogados? Déjenme saber qué piensan en los comentarios; ¡quiero leer sus opiniones!
