¡Ay, Dios mío! ¿Qué se anda haciendo en la Asamblea? Parece que los diputados se pasaron el mes de noviembre echándose la floja gana mientras el país necesita urgente soluciones. Entre discusiones interminables y viajes a Quién Sabe Dónde, el balance legislativo es más bien... ¡qué pena!
La verdad es que el ambiente en Cuesta de Moras está más tenso que gallina en mercados dominicales. Según datos oficiales, solo aprobaron dos proyectos definitivos durante todo el mes, una cifra que pone en evidencia la lentitud del Congreso. Eso sí, el Presupuesto 2026 les dio para bastante debate, aunque al final lograron sacarlo adelante, vaya que fue pelea.
Pilar Cisneros, la diputada de Progreso Social Democrático, no se anduvo con rodeos al criticar la actitud de la oposición. “¡Qué torta!”, exclamó la jefa de bancada, acusándolos de querer sabotear al gobierno de Chaves a toda costa. Según ella, el plan de gastos podía haberse votado en una semana, pero prefirieron meterle trabas para molestar. ¡Una verdadera pérdida de tiempo, diay!
Por otro lado, lograron aprobar una reforma a la Ley de Extradición, una vara importante para combatir el narcotráfico y el terrorismo. Con este cambio, ahora pueden mandar a jueces a otros países a pedir la extradición de criminales, aunque no tengan un tratado bilateral específico. Algo bueno, aunque poco considerando todo el bronco que dieron con el resto.
Pero el verdadero drama está en lo que no lograron hacer: la temida ley contra el sicariato. El proyecto estrella de Nueva República superó el primer debate, pero luego un grupo de 14 diputados lo mandó a consulta a la Sala Constitucional, prácticamente dejándolo congelado. Imagínate, sin herramientas para combatir a esos asesinos a sueldo… ¡Qué desastre!
Y ni hablar de las sesiones administrativas, como la reelección del magistrado Fernando Castillo, que consumieron horas valiosas que podrían haber sido usadas para discutir temas más urgentes. Parecía que estaban jugando con cartas en vez de legislar. Lo que te digo, una irresponsabilidad.
Con el calendario apretado, queda muy poco margen para avanzar en la agenda legislativa. Dicembre viene cargado de trabajo, pero con apenas tres semanas de sesiones antes de las merecidas vacaciones navideñas. Zapote ya está tratando de apagar el incendio enviando nuevas propuestas, pero el tiempo corre y parece que se nos va de las manos. En enero tendrán un último sprint bajo el control del Ejecutivo, pero ya todos saben cómo van las cosas por acá.
En fin, un mes de noviembre para olvidar. Con tantas promesas incumplidas y tanto tiempo perdido, uno se pregunta: ¿Será posible que logren sacar algo importante adelante antes de terminar el año? ¿O seguirá el Congreso siendo un ejemplo de ineficiencia y politiquería? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas tú también!
La verdad es que el ambiente en Cuesta de Moras está más tenso que gallina en mercados dominicales. Según datos oficiales, solo aprobaron dos proyectos definitivos durante todo el mes, una cifra que pone en evidencia la lentitud del Congreso. Eso sí, el Presupuesto 2026 les dio para bastante debate, aunque al final lograron sacarlo adelante, vaya que fue pelea.
Pilar Cisneros, la diputada de Progreso Social Democrático, no se anduvo con rodeos al criticar la actitud de la oposición. “¡Qué torta!”, exclamó la jefa de bancada, acusándolos de querer sabotear al gobierno de Chaves a toda costa. Según ella, el plan de gastos podía haberse votado en una semana, pero prefirieron meterle trabas para molestar. ¡Una verdadera pérdida de tiempo, diay!
Por otro lado, lograron aprobar una reforma a la Ley de Extradición, una vara importante para combatir el narcotráfico y el terrorismo. Con este cambio, ahora pueden mandar a jueces a otros países a pedir la extradición de criminales, aunque no tengan un tratado bilateral específico. Algo bueno, aunque poco considerando todo el bronco que dieron con el resto.
Pero el verdadero drama está en lo que no lograron hacer: la temida ley contra el sicariato. El proyecto estrella de Nueva República superó el primer debate, pero luego un grupo de 14 diputados lo mandó a consulta a la Sala Constitucional, prácticamente dejándolo congelado. Imagínate, sin herramientas para combatir a esos asesinos a sueldo… ¡Qué desastre!
Y ni hablar de las sesiones administrativas, como la reelección del magistrado Fernando Castillo, que consumieron horas valiosas que podrían haber sido usadas para discutir temas más urgentes. Parecía que estaban jugando con cartas en vez de legislar. Lo que te digo, una irresponsabilidad.
Con el calendario apretado, queda muy poco margen para avanzar en la agenda legislativa. Dicembre viene cargado de trabajo, pero con apenas tres semanas de sesiones antes de las merecidas vacaciones navideñas. Zapote ya está tratando de apagar el incendio enviando nuevas propuestas, pero el tiempo corre y parece que se nos va de las manos. En enero tendrán un último sprint bajo el control del Ejecutivo, pero ya todos saben cómo van las cosas por acá.
En fin, un mes de noviembre para olvidar. Con tantas promesas incumplidas y tanto tiempo perdido, uno se pregunta: ¿Será posible que logren sacar algo importante adelante antes de terminar el año? ¿O seguirá el Congreso siendo un ejemplo de ineficiencia y politiquería? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas tú también!
