¡Ay, Dios mío! Parece que la espera para tener una carretera decente entre San José y San Ramón va para largo. La Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa ya anda lirando el papeleo del préstamo para la Ruta 1, pero con más preguntas que respuestas hasta ahora. Esto del contrato con el BCIE y el Fondo OPEP para construirla, huele a cosa complicada, má’.
Todo empezó hace unos cuantos meses, cuando el Gobierno mandó el expediente – el 25.183 pa' los entendidos – al Congreso. Después de andar haciendo consultas como si fueran a construir un chunche espacial, llegó el momento de que los diputados empiecen a mover los hilos. El Ministro de Hacienda, Rudolf Lucke, y el Viceministro Luis Molina, fueron los primeros en presentarse, tratando de convencer a todos de que esto sí es bueno.
Pero la cosa no pinta tan sencilla. El crédito total es de ¡770 millones de dólares!, con $600 millones provenientes del BCIE y 150 millones de euros del OPEP. Eso es mucho billete, mae, y los legisladores andan bien inquietos sobre por dónde se va a gastar todo eso. Principalmente, porque parece que el BCIE es el banco más caro del mercado, según dicen algunos diputados. ¡Una torta!
Carlos Felipe García, diputado del PUSC, no se anduvo con rodeos: dijo textualmente que “se está negociando con el actor más caro del mercado”. Imagínate, buscando opciones más económicas y terminando con el que cobra más. Uno piensa, ¿será que no revisaron bien las cartas?
Molina, el viceministro, trató de defender la jugada argumentando que con el BCIE los procesos son rapidísimos, y que con la ayuda del Fondo OPEP, el costo final del crédito sale parecido al de otras instituciones multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Regional de Desarrollo Americano (BIRF). Pero los números no cuadran del todo, y los diputados pidieron que les pasen la planilla detallada para hacer cuentas y ver si esto realmente vale la pena. Como decía mi abu, “lo barato sale caro” – y no queremos terminar pagando un ojo de la cara por una carretera que debería haber estado lista hace años.
Y hablando de la carretera, el plan del gobierno es dividir la obra en seis tramos distintos, cada uno con sus propias características de velocidad y número de carriles. Desde La Sabana hasta Repetel, pensaban poner ocho carriles a 90 kilómetros por hora; luego, bajando a cien kilómetros por hora en otros tramos. También hablan de 16 intercambios, 32 puentes nuevos, y un montón de cosas más. ¡Parece que van a cambiarle la cara a toda la zona!
Claro que, también hay que considerar que habrá ocho estaciones de peaje, y el precio se mantendrá en tres colones por trayecto. Tres colones no suenan a mucho, pero si vas y vuelves todos los días… se te acumula, compa. Además, se dice que van a instalar una estación de pesaje para controlar que los camiones no estén pasando de peso, sino la carretera se va a ir al traste rápidamente.
En fin, parece que todavía queda bastante camino por recorrer antes de que veamos esta carretera terminada. La Comisión de Hacendarios va a seguir analizando el proyecto y esperan que el ministro del MOPT y otros funcionarios de Conavi vayan a dar la cara. Ahora me pregunto, con tantos intereses involucrados y tanto dinero de por medio, ¿creemos que realmente vamos a ver una mejora sustancial en la calidad de vida de los usuarios de la Ruta 1, o este es otro caso de promesas incumplidas y despilfarro de recursos públicos? ¡Díganme qué piensan en los comentarios!
Todo empezó hace unos cuantos meses, cuando el Gobierno mandó el expediente – el 25.183 pa' los entendidos – al Congreso. Después de andar haciendo consultas como si fueran a construir un chunche espacial, llegó el momento de que los diputados empiecen a mover los hilos. El Ministro de Hacienda, Rudolf Lucke, y el Viceministro Luis Molina, fueron los primeros en presentarse, tratando de convencer a todos de que esto sí es bueno.
Pero la cosa no pinta tan sencilla. El crédito total es de ¡770 millones de dólares!, con $600 millones provenientes del BCIE y 150 millones de euros del OPEP. Eso es mucho billete, mae, y los legisladores andan bien inquietos sobre por dónde se va a gastar todo eso. Principalmente, porque parece que el BCIE es el banco más caro del mercado, según dicen algunos diputados. ¡Una torta!
Carlos Felipe García, diputado del PUSC, no se anduvo con rodeos: dijo textualmente que “se está negociando con el actor más caro del mercado”. Imagínate, buscando opciones más económicas y terminando con el que cobra más. Uno piensa, ¿será que no revisaron bien las cartas?
Molina, el viceministro, trató de defender la jugada argumentando que con el BCIE los procesos son rapidísimos, y que con la ayuda del Fondo OPEP, el costo final del crédito sale parecido al de otras instituciones multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Regional de Desarrollo Americano (BIRF). Pero los números no cuadran del todo, y los diputados pidieron que les pasen la planilla detallada para hacer cuentas y ver si esto realmente vale la pena. Como decía mi abu, “lo barato sale caro” – y no queremos terminar pagando un ojo de la cara por una carretera que debería haber estado lista hace años.
Y hablando de la carretera, el plan del gobierno es dividir la obra en seis tramos distintos, cada uno con sus propias características de velocidad y número de carriles. Desde La Sabana hasta Repetel, pensaban poner ocho carriles a 90 kilómetros por hora; luego, bajando a cien kilómetros por hora en otros tramos. También hablan de 16 intercambios, 32 puentes nuevos, y un montón de cosas más. ¡Parece que van a cambiarle la cara a toda la zona!
Claro que, también hay que considerar que habrá ocho estaciones de peaje, y el precio se mantendrá en tres colones por trayecto. Tres colones no suenan a mucho, pero si vas y vuelves todos los días… se te acumula, compa. Además, se dice que van a instalar una estación de pesaje para controlar que los camiones no estén pasando de peso, sino la carretera se va a ir al traste rápidamente.
En fin, parece que todavía queda bastante camino por recorrer antes de que veamos esta carretera terminada. La Comisión de Hacendarios va a seguir analizando el proyecto y esperan que el ministro del MOPT y otros funcionarios de Conavi vayan a dar la cara. Ahora me pregunto, con tantos intereses involucrados y tanto dinero de por medio, ¿creemos que realmente vamos a ver una mejora sustancial en la calidad de vida de los usuarios de la Ruta 1, o este es otro caso de promesas incumplidas y despilfarro de recursos públicos? ¡Díganme qué piensan en los comentarios!