¡Aguante! Ya estamos casi cerrando el año y eso significa que toca revisar las finanzas y ver qué nos tocó aportar al erario nacional. Hacienda le dio un meneo a las tablas del impuesto de renta y, pa’ que no haya sorpresas, vamos a desmenuzarle todo. No sean como mi primo Alberto, que siempre anda buscando atajos y luego termina metido en un brete… Mejor agarremos esto con calma y averigüemos cómo nos afecta.
Lo que pasa es que Hacienda tuvo que actualizar los montos por ley, básicamente ajustar los números a la inflación y otras cositas que allá arriba entienden. Se trata de cómo te van a cobrar el impuesto al salario, a los trabajadores independientes – esos que se lucen echándole candela a sus propios negocios– y también a las empresas. Así que si estás pensando en comprarte esa moto nueva o hacer viajes para diciembre, más vale que le eches cuentas bien, ¡porque el impuesto puede darte un buen susto!
Para empezar, en el tema del impuesto al salario, si ganas hasta ¢918.000 mensuales, ¡ni te preocupes! Te exoneran totalmente, o sea, no pagas ni un colón. Pero a partir de ahí, se pone un poco más complicado, porque entra una escala donde el porcentaje aumenta conforme sube tu ingreso. Si te mueves entre ¢918.000 y ¢1.347.000, pagarás un 10%, y así sucesivamente hasta llegar al 25% si te pasas de ¢4.727.000 al mes. Un consejo: hazte un excelito pa' controlar, ¡eso ayuda mucho!
Las personas jurídicas tampoco se salvaron de los ajustes. Para ellas, la tarifa máxima llega hasta el 20%, pero aplica sólo si sus rentas anuales rebasan los ¢11 millones. Es un mundo aparte, créeme; yo tengo un amigo que se dedica a eso y me cuenta que los cálculos pueden ser más complicados que resolver un cubo de Rubik a ciegas. ¡Pero bueno, para nosotros los mortales lo importante es entender las bases!
Y ahora sí, hablemos de los trabajadores independientes, que son pura fibra. Ellos también tienen una tabla actualizada, y la buena noticia es que si sus ingresos anuales son menores a ¢6,2 millones, ¡también quedan exentos! Si ganan entre ¢6.244.000 y ¢8.329.000, les tocará pagar el 10%. Así que, si andas trabajando por cuenta propia, échale ojo a estos números, porque pueden impactar en tus planes financieros. Recuerda que declarar honestamente es lo más importante, aunque a veces dé ganas de irse al traste con tanta burocracia.
Pa’ ponerles un ejemplo concreto, miren esta tabla que armaron en Hacienda. En el impuesto al salario, si ganas ¢1.500.000 al mes, te vas a meter en el rango del 15%, o sea, ya no te libras tan fácil. Las personas jurídicas, si generan ¢10 millones al año, pagarán el 15%; y los trabajadores independientes, con ¢7 millones anuales, entrarán al 10%. No es fortuito, hay que estar informados y prepararnos. Uno nunca sabe cuándo le va a tocar agarrar un chunche extra.
Ahora bien, más allá de los números y las cifras, lo importante es entender que estos cambios buscan hacer el sistema más justo, aunque a muchos nos parezca que siempre nos están sacando la cresta. El gobierno argumenta que estas modificaciones son necesarias para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y poder seguir invirtiendo en educación, salud y otros servicios esenciales. A mí, sinceramente, me gustaría ver dónde se va todo ese dinero... A veces siento que se va en areneros, diay.
Bueno, pues ya saben, revisen sus ingresos, hagan unos cálculos y prepárense para enfrentar el impuesto de renta con la frente en alto. Y hablando de eso, ¿ustedes creen que realmente estos ajustes son justos para todos los costarricenses, o simplemente benefician a los más poderosos? ¡Déjenme sus opiniones abajo en los comentarios! Que se abra el debate, ¡pa’ que aprendamos juntos!
Lo que pasa es que Hacienda tuvo que actualizar los montos por ley, básicamente ajustar los números a la inflación y otras cositas que allá arriba entienden. Se trata de cómo te van a cobrar el impuesto al salario, a los trabajadores independientes – esos que se lucen echándole candela a sus propios negocios– y también a las empresas. Así que si estás pensando en comprarte esa moto nueva o hacer viajes para diciembre, más vale que le eches cuentas bien, ¡porque el impuesto puede darte un buen susto!
Para empezar, en el tema del impuesto al salario, si ganas hasta ¢918.000 mensuales, ¡ni te preocupes! Te exoneran totalmente, o sea, no pagas ni un colón. Pero a partir de ahí, se pone un poco más complicado, porque entra una escala donde el porcentaje aumenta conforme sube tu ingreso. Si te mueves entre ¢918.000 y ¢1.347.000, pagarás un 10%, y así sucesivamente hasta llegar al 25% si te pasas de ¢4.727.000 al mes. Un consejo: hazte un excelito pa' controlar, ¡eso ayuda mucho!
Las personas jurídicas tampoco se salvaron de los ajustes. Para ellas, la tarifa máxima llega hasta el 20%, pero aplica sólo si sus rentas anuales rebasan los ¢11 millones. Es un mundo aparte, créeme; yo tengo un amigo que se dedica a eso y me cuenta que los cálculos pueden ser más complicados que resolver un cubo de Rubik a ciegas. ¡Pero bueno, para nosotros los mortales lo importante es entender las bases!
Y ahora sí, hablemos de los trabajadores independientes, que son pura fibra. Ellos también tienen una tabla actualizada, y la buena noticia es que si sus ingresos anuales son menores a ¢6,2 millones, ¡también quedan exentos! Si ganan entre ¢6.244.000 y ¢8.329.000, les tocará pagar el 10%. Así que, si andas trabajando por cuenta propia, échale ojo a estos números, porque pueden impactar en tus planes financieros. Recuerda que declarar honestamente es lo más importante, aunque a veces dé ganas de irse al traste con tanta burocracia.
Pa’ ponerles un ejemplo concreto, miren esta tabla que armaron en Hacienda. En el impuesto al salario, si ganas ¢1.500.000 al mes, te vas a meter en el rango del 15%, o sea, ya no te libras tan fácil. Las personas jurídicas, si generan ¢10 millones al año, pagarán el 15%; y los trabajadores independientes, con ¢7 millones anuales, entrarán al 10%. No es fortuito, hay que estar informados y prepararnos. Uno nunca sabe cuándo le va a tocar agarrar un chunche extra.
Ahora bien, más allá de los números y las cifras, lo importante es entender que estos cambios buscan hacer el sistema más justo, aunque a muchos nos parezca que siempre nos están sacando la cresta. El gobierno argumenta que estas modificaciones son necesarias para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y poder seguir invirtiendo en educación, salud y otros servicios esenciales. A mí, sinceramente, me gustaría ver dónde se va todo ese dinero... A veces siento que se va en areneros, diay.
Bueno, pues ya saben, revisen sus ingresos, hagan unos cálculos y prepárense para enfrentar el impuesto de renta con la frente en alto. Y hablando de eso, ¿ustedes creen que realmente estos ajustes son justos para todos los costarricenses, o simplemente benefician a los más poderosos? ¡Déjenme sus opiniones abajo en los comentarios! Que se abra el debate, ¡pa’ que aprendamos juntos!
