La incertidumbre sigue abrazando a la familia de Ligia Zulema Faerron Jiménez, la mujer desaparecida desde finales de septiembre. Mientras las autoridades judiciales continúan sus pesquisas en la Zona Norte, su hija, Estefany Ponce Faerron, ha compartido un mensaje desgarrador pero lleno de esperanza en sus redes sociales, reafirmando su fe y anhelo por el regreso seguro de su madre. La situación, compañeros, está bien mamona y la familia necesita nuestro apoyo.
Los recientes allanamientos en propiedades ubicadas en Florencia y Ciudad Quesada han avivado las expectativas, aunque también han generado confusión debido a la proliferación de rumores y desinformación en las plataformas digitales. Recordemos que esto ya lleva casi dos meses y la angustia de la familia es palpable. Se dice que en una de estas fincas fueron encontrados objetos personales de Ligia, incluyendo un anillo y fragmentos de una maleta quemada, elementos que, según fuentes cercanas, habrían sido reconocidos por sus familiares. Un golpe duro, diay.
Sin embargo, la familia de Ligia ha salido al paso rápidamente para desmentir categóricamente las informaciones falsas que circulan con celeridad, especialmente aquellas que dan cuenta de un hallazgo fatal. “Queremos aclarar de manera categórica que NO es cierto que nuestra madre haya sido encontrada fallecida,” expresaron en un comunicado oficial. Es crucial verificar la información antes de compartirla, maes. No sembremos más angustia en esta familia que ya está sufriendo bastante.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) mantiene abierta la investigación, trabajando diligentemente para esclarecer los hechos y determinar el paradero de Ligia. Las pistas, hasta ahora, son escasas y confusas, lo que complica enormemente la labor de los investigadores. Las operaciones siguen activas, buscando cualquier indicio que pueda llevarlos a la verdad. Parece que este brete va pa largo, como dicen por acá.
La actitud de Estefany, la hija de Ligia, frente a esta adversidad ha conmovido a muchos. Su mensaje en redes sociales, impregnado de fe y devoción, refleja la fortaleza y el amor incondicional que une a esta familia. “Solo tú sabes la verdad, Señor, y hasta que no sea confirmada, seguiré creyendo que mi mamá volverá a casa”, escribió Estefany, transmitiendo un sentir que resuena en muchos corazones costarricenses. Esa fe, muchachos, da gusto verla.
Pero no todo es fe y esperanza. La presión mediática y la constante difusión de rumores han afectado significativamente a la familia, quienes han pedido respeto y prudencia a la ciudadanía. Han solicitado encarecidamente evitar la propagación de información no verificada, apelando a la empatía y la sensibilidad del público. Entendemos que hay curiosidad, pero debemos tener cuidado de no lastimar más a esta familia. Es un momento delicado, qué sal!
Aunque la investigación continúa en curso, la ausencia prolongada de Ligia ha generado preocupación en toda la comunidad. Cada día que pasa aumenta la desesperación de su familia y amigos, quienes claman por respuestas y esperan ansiosamente noticias positivas. La incertidumbre, esos sí, está royendo los nervios de todos, ¡qué torta! Pero la esperanza, como decía mi abu, es lo último que se pierde.
En vista de esta compleja situación, y considerando el impacto emocional que está teniendo en la familia Faerron y en la sociedad costarricense, ¿creen ustedes que los medios de comunicación debieran establecer protocolos más estrictos para evitar la divulgación de información no confirmada en casos de personas desaparecidas, priorizando la protección de la integridad y el bienestar de los afectados?
Los recientes allanamientos en propiedades ubicadas en Florencia y Ciudad Quesada han avivado las expectativas, aunque también han generado confusión debido a la proliferación de rumores y desinformación en las plataformas digitales. Recordemos que esto ya lleva casi dos meses y la angustia de la familia es palpable. Se dice que en una de estas fincas fueron encontrados objetos personales de Ligia, incluyendo un anillo y fragmentos de una maleta quemada, elementos que, según fuentes cercanas, habrían sido reconocidos por sus familiares. Un golpe duro, diay.
Sin embargo, la familia de Ligia ha salido al paso rápidamente para desmentir categóricamente las informaciones falsas que circulan con celeridad, especialmente aquellas que dan cuenta de un hallazgo fatal. “Queremos aclarar de manera categórica que NO es cierto que nuestra madre haya sido encontrada fallecida,” expresaron en un comunicado oficial. Es crucial verificar la información antes de compartirla, maes. No sembremos más angustia en esta familia que ya está sufriendo bastante.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) mantiene abierta la investigación, trabajando diligentemente para esclarecer los hechos y determinar el paradero de Ligia. Las pistas, hasta ahora, son escasas y confusas, lo que complica enormemente la labor de los investigadores. Las operaciones siguen activas, buscando cualquier indicio que pueda llevarlos a la verdad. Parece que este brete va pa largo, como dicen por acá.
La actitud de Estefany, la hija de Ligia, frente a esta adversidad ha conmovido a muchos. Su mensaje en redes sociales, impregnado de fe y devoción, refleja la fortaleza y el amor incondicional que une a esta familia. “Solo tú sabes la verdad, Señor, y hasta que no sea confirmada, seguiré creyendo que mi mamá volverá a casa”, escribió Estefany, transmitiendo un sentir que resuena en muchos corazones costarricenses. Esa fe, muchachos, da gusto verla.
Pero no todo es fe y esperanza. La presión mediática y la constante difusión de rumores han afectado significativamente a la familia, quienes han pedido respeto y prudencia a la ciudadanía. Han solicitado encarecidamente evitar la propagación de información no verificada, apelando a la empatía y la sensibilidad del público. Entendemos que hay curiosidad, pero debemos tener cuidado de no lastimar más a esta familia. Es un momento delicado, qué sal!
Aunque la investigación continúa en curso, la ausencia prolongada de Ligia ha generado preocupación en toda la comunidad. Cada día que pasa aumenta la desesperación de su familia y amigos, quienes claman por respuestas y esperan ansiosamente noticias positivas. La incertidumbre, esos sí, está royendo los nervios de todos, ¡qué torta! Pero la esperanza, como decía mi abu, es lo último que se pierde.
En vista de esta compleja situación, y considerando el impacto emocional que está teniendo en la familia Faerron y en la sociedad costarricense, ¿creen ustedes que los medios de comunicación debieran establecer protocolos más estrictos para evitar la divulgación de información no confirmada en casos de personas desaparecidas, priorizando la protección de la integridad y el bienestar de los afectados?