¡Ay, Dios mío, qué pesar! Aquí seguimos con noticias que te dejan seco. Un deslizamiento de tierra sacudió la tranquilidad de Río Azul, en La Unión, dejando a varias familias botadas y con la vía principal cerrada. La cosa pinta fea porque parece que este problema lleva rato arrastrándose y nadie le ponele atención a tiempo.
El incidente ocurrió el lunes pasado, cuando fuertes lluvias azotaron la región, saturando el suelo y provocando que una parte importante de la ladera se desprenda, llevándose consigo una buena porción de la calle Patarrá y bloqueando el acceso a Linda Vista. Según testigos, la fuerza del agua era impresionante; decían que parecía una catarata, con toda la furia cayéndose encima. Un verdadero susto pa’ to’a la gente del sector.
Vera Mora, una de las vecinas afectadas, relató cómo vivió el momento. Dijo que la lluvia estaba a cántaros y el viento rugía como loco. “Cuando nos dimos cuenta, todo se desplomó,” contó con evidente angustia. La señora vive cerca del área afectada y ahora está viviendo con el corazón en la boca, temiendo que vuelva a pasar algo así. Además, le preocupa el costo de reparar los daños, porque dice que ya ha tenido que gastar unos 80 mil colones en poner plásticos para evitar que la tierra siga bajando.
La Municipalidad de La Unión, representada por Rony Delgado, coordinador de comunicación, aseguró que están trabajando en la zona para habilitar el paso lo antes posible. Han colocado una malla perimetral, pero advierten que podría tardar unos días, posiblemente hasta el jueves, en restablecer la circulación. Lo que molestó mucho a la gente es que la municipalidad dice que el muro de contención es responsabilidad de los vecinos, aunque muchos argumentan que la propiedad sí debería ser del ayuntamiento, pues afecta a toda la comunidad.
Delgado explicó que dos viviendas resultaron directamente afectadas por el deslizamiento, donde vivían dos adultas mayores de 63 y 65 años. Afortunadamente, ambas se encuentran bajo el cuidado de sus familiares y recibirán apoyo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y la Comisión Municipal de Emergencias (COME), incluyendo víveres y colchonetas. A ver si así le hacen frente a esta situación tan complicada.
Esta tragedia vuelve a sacar a la luz la vulnerabilidad de muchas comunidades costaricenses ante los efectos del cambio climático y la falta de planificación urbana. Hemos visto casos similares en otras partes del país, demostrando que necesitamos tomar medidas urgentes para proteger a la población y prevenir futuras desgracias. No podemos seguir esperando a que pase algo peor para actuar.
Muchos se preguntan por qué no se habían tomado medidas preventivas antes de que ocurriera este deslizamiento. Se comenta que desde hace tiempo los vecinos han alertado sobre el riesgo de derrumbes en la zona, pero aparentemente nadie prestó atención. Esto plantea serias interrogantes sobre la gestión de riesgos y la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos. Necesitamos investigar a fondo qué pasó y quiénes son responsables de esta negligencia.
Ahora bien, con todos estos problemas y la incertidumbre sobre el futuro, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos fortalecer la colaboración entre las autoridades municipales, la CNE y los vecinos para prevenir este tipo de tragedias y garantizar la seguridad de nuestras comunidades?
El incidente ocurrió el lunes pasado, cuando fuertes lluvias azotaron la región, saturando el suelo y provocando que una parte importante de la ladera se desprenda, llevándose consigo una buena porción de la calle Patarrá y bloqueando el acceso a Linda Vista. Según testigos, la fuerza del agua era impresionante; decían que parecía una catarata, con toda la furia cayéndose encima. Un verdadero susto pa’ to’a la gente del sector.
Vera Mora, una de las vecinas afectadas, relató cómo vivió el momento. Dijo que la lluvia estaba a cántaros y el viento rugía como loco. “Cuando nos dimos cuenta, todo se desplomó,” contó con evidente angustia. La señora vive cerca del área afectada y ahora está viviendo con el corazón en la boca, temiendo que vuelva a pasar algo así. Además, le preocupa el costo de reparar los daños, porque dice que ya ha tenido que gastar unos 80 mil colones en poner plásticos para evitar que la tierra siga bajando.
La Municipalidad de La Unión, representada por Rony Delgado, coordinador de comunicación, aseguró que están trabajando en la zona para habilitar el paso lo antes posible. Han colocado una malla perimetral, pero advierten que podría tardar unos días, posiblemente hasta el jueves, en restablecer la circulación. Lo que molestó mucho a la gente es que la municipalidad dice que el muro de contención es responsabilidad de los vecinos, aunque muchos argumentan que la propiedad sí debería ser del ayuntamiento, pues afecta a toda la comunidad.
Delgado explicó que dos viviendas resultaron directamente afectadas por el deslizamiento, donde vivían dos adultas mayores de 63 y 65 años. Afortunadamente, ambas se encuentran bajo el cuidado de sus familiares y recibirán apoyo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y la Comisión Municipal de Emergencias (COME), incluyendo víveres y colchonetas. A ver si así le hacen frente a esta situación tan complicada.
Esta tragedia vuelve a sacar a la luz la vulnerabilidad de muchas comunidades costaricenses ante los efectos del cambio climático y la falta de planificación urbana. Hemos visto casos similares en otras partes del país, demostrando que necesitamos tomar medidas urgentes para proteger a la población y prevenir futuras desgracias. No podemos seguir esperando a que pase algo peor para actuar.
Muchos se preguntan por qué no se habían tomado medidas preventivas antes de que ocurriera este deslizamiento. Se comenta que desde hace tiempo los vecinos han alertado sobre el riesgo de derrumbes en la zona, pero aparentemente nadie prestó atención. Esto plantea serias interrogantes sobre la gestión de riesgos y la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos. Necesitamos investigar a fondo qué pasó y quiénes son responsables de esta negligencia.
Ahora bien, con todos estos problemas y la incertidumbre sobre el futuro, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos fortalecer la colaboración entre las autoridades municipales, la CNE y los vecinos para prevenir este tipo de tragedias y garantizar la seguridad de nuestras comunidades?