¡Buenas tardes, compas del Foro! Aquí les va la onda, parece que nuestra economía se tomó unos respiros en septiembre, pero ni cerca de irse al traste. El Banco Central nos soltó las cuentas y la producción subió 4,7% interanual, lo cual no está nada mal, pero sí un poquito menos que el mes pasado. A ver, no hay que ponerse a llorar, pero tampoco a celebrar como si hubiéramos ganado la Lotería.
La verdad, la clave sigue siendo la manufactura y los servicios. Las zonas francas, esos mae que siempre le meten pólvora al asunto, crecieron un 15,3%, ¡una chimba! Principalmente haciendo artilugios médicos y conservas de fruta. Parece que estamos exportando pura salud y sabor tropical al mundo entero. Además, también se fabricaron tubos de acero y cosas hechas con cobre reciclado. Qué buena vara que andemos pensando en el medio ambiente, diay.
Pero ojo, porque no todo está a toda bola. Las empresas que trabajan directamente con nosotros, los nacionales, apenas lograron crecer un 2,3%. Eso se debe a que la agricultura tuvo un mes bien salado, con la producción de banano y piña bajando bastante por el clima. Aunque bueno, dicen que sí hubo aumento en leche, carne y otras cositas para comer. Uno siempre agradece.
Y ahí me topé con otra vaina: la construcción anda floja. Dicen que cayó casi un 5% porque la gente no está construyendo tantas casas nuevas ni oficinas. Imaginen, los proyectos grandes, esos que le dan brete al país, se quedaron en pausa. Lo único que andaba creciendo era la obra pública, gracias a que el Conavi anda arreglando carreteras a mil por hora, jeje. Parece que se pusieron las pilas para terminar algunos proyectos antes de las elecciones, ¿no creen?
Por otro lado, la industria manufacturera en general creció un 11,1%, demostrando que es nuestro principal motor económico. Ya saben, la fábrica es quien está sacando adelante al país. Casi como un superhéroe anónimo, ¿verdad, mae? Y hablando de motores, el sector de servicios también sumó puntos, con la enseñanza y la salud liderando el camino. La salud privada, en particular, está expandiéndose a toda máquina con clínicas nuevas y más doctores. Al parecer, todos queremos cuidarnos un poco más.
Ahora, analizando bien la información, vemos que tenemos dos caras de la moneda. Por un lado, las exportaciones y la inversión extranjera siguen fuertes, lo que impulsa el crecimiento. Pero por otro lado, el consumo interno está frenando un poco, lo que podría indicar que la gente está guardándose la lana o simplemente comprando menos cosas. Eso preocupa, porque si la gente no gasta, la economía no despega, ¿entienden?
Es importante recordar que estos números son solo un instante en el tiempo. La economía es como la vida, tiene sus altos y bajos. Tenemos que seguir trabajando duro, apoyando a nuestros productores locales y buscando nuevas oportunidades para hacer crecer el país. Además, estaría bueno que el gobierno pusiera de su parte, facilitando trámites y creando un clima favorable para la inversión. Dejar todo en manos del destino no funciona, muchachos.
En fin, parece que la economía tica sigue caminando, aunque a paso más tranquilo. Pero la gran pregunta queda abierta: ¿Estamos ante una corrección temporal o empezamos a ver una tendencia más clara de desaceleración económica? ¿Creen que debemos estar tranquilos o apretarle más al acelerador para impulsar el crecimiento, o tal vez sería mejor enfocarnos en mejorar la distribución de la riqueza para que todos podamos disfrutar de los beneficios del desarrollo? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
La verdad, la clave sigue siendo la manufactura y los servicios. Las zonas francas, esos mae que siempre le meten pólvora al asunto, crecieron un 15,3%, ¡una chimba! Principalmente haciendo artilugios médicos y conservas de fruta. Parece que estamos exportando pura salud y sabor tropical al mundo entero. Además, también se fabricaron tubos de acero y cosas hechas con cobre reciclado. Qué buena vara que andemos pensando en el medio ambiente, diay.
Pero ojo, porque no todo está a toda bola. Las empresas que trabajan directamente con nosotros, los nacionales, apenas lograron crecer un 2,3%. Eso se debe a que la agricultura tuvo un mes bien salado, con la producción de banano y piña bajando bastante por el clima. Aunque bueno, dicen que sí hubo aumento en leche, carne y otras cositas para comer. Uno siempre agradece.
Y ahí me topé con otra vaina: la construcción anda floja. Dicen que cayó casi un 5% porque la gente no está construyendo tantas casas nuevas ni oficinas. Imaginen, los proyectos grandes, esos que le dan brete al país, se quedaron en pausa. Lo único que andaba creciendo era la obra pública, gracias a que el Conavi anda arreglando carreteras a mil por hora, jeje. Parece que se pusieron las pilas para terminar algunos proyectos antes de las elecciones, ¿no creen?
Por otro lado, la industria manufacturera en general creció un 11,1%, demostrando que es nuestro principal motor económico. Ya saben, la fábrica es quien está sacando adelante al país. Casi como un superhéroe anónimo, ¿verdad, mae? Y hablando de motores, el sector de servicios también sumó puntos, con la enseñanza y la salud liderando el camino. La salud privada, en particular, está expandiéndose a toda máquina con clínicas nuevas y más doctores. Al parecer, todos queremos cuidarnos un poco más.
Ahora, analizando bien la información, vemos que tenemos dos caras de la moneda. Por un lado, las exportaciones y la inversión extranjera siguen fuertes, lo que impulsa el crecimiento. Pero por otro lado, el consumo interno está frenando un poco, lo que podría indicar que la gente está guardándose la lana o simplemente comprando menos cosas. Eso preocupa, porque si la gente no gasta, la economía no despega, ¿entienden?
Es importante recordar que estos números son solo un instante en el tiempo. La economía es como la vida, tiene sus altos y bajos. Tenemos que seguir trabajando duro, apoyando a nuestros productores locales y buscando nuevas oportunidades para hacer crecer el país. Además, estaría bueno que el gobierno pusiera de su parte, facilitando trámites y creando un clima favorable para la inversión. Dejar todo en manos del destino no funciona, muchachos.
En fin, parece que la economía tica sigue caminando, aunque a paso más tranquilo. Pero la gran pregunta queda abierta: ¿Estamos ante una corrección temporal o empezamos a ver una tendencia más clara de desaceleración económica? ¿Creen que debemos estar tranquilos o apretarle más al acelerador para impulsar el crecimiento, o tal vez sería mejor enfocarnos en mejorar la distribución de la riqueza para que todos podamos disfrutar de los beneficios del desarrollo? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!