¡Ey, gente del Foro! Aquí su colega atenta, lista para darle duro al tema. Resulta que el Poder Judicial anda sacándose pecho porque nos dicen que somos los más eficientes en toda Latinoamérica. ¿Sí, qué chiva? Pero espérense un toco, porque ahí hay cositas que huelen raro, como pura cebolla cocida.
Según el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), hemos superado el “umbral óptimo” en la resolución de casos. Osea, que resolvemos más juicios de los que entran. Suena a maravilla, ¿verdad? Pero aquí en Costa Rica, vamos todos medio quemaditos con la justicia, así que esto suena a cuento chino, díganme si no tienen razón.
El informe, parte de su Estudio Comparado de Poderes Judiciales 2025, nos puso en el top de la tabla con un puntaje de 1.07. El CEJA dice que un puntaje de 1.0 es el ideal, donde justo se resuelven los mismos casos que llegan. Nosotros pasamos eso, ¡qué nivel!, pero la pregunta es: ¿esto realmente se siente en la calle?
A ver, miren esto: Perú y República Dominicana nos siguen de cerca, pero nosotros somos los únicos que estamos por arriba del punto ideal. Eso sí es decir, ¡a cachete! Pero mientras tanto, seguimos viendo cómo los delitos se acumulan y la gente pierde la fe en que van a tener justicia pronto. Un brete, ¿eh?
Y aquí viene el detalle: el CEJA mide la eficiencia general del sistema, no solo los juicios penales. Incluyen todo: demandas civiles, laborales, familiares... Todo eso cuenta. Entonces, claro que podemos ser buenos en resolver pleitos de varas, pero eso no soluciona el problema de la inseguridad que nos está comiendo vivo a los ticos.
Los del Poder Judicial están festejando este dato, diciendo que es prueba de su buen trabajo y de la dedicación de sus funcionarios. No les culpo, tienen razón en celebrar sus logros administrativos. Pero la verdad es que este primer lugar en el índice del CEJA es como si te dieran un trofeo por limpiar bien la oficina, cuando lo que necesitamos es que apaguen los incendios afuera.
Ahora, este dato les da a nuestros jueces una herramienta para defender su labor, sí, pero también los pone bajo lupa. Hay que demostrar que esa eficiencia se traduce en cosas tangibles para la gente: juicios más rápidos, sentencias más justas y, sobre todo, una sensación de seguridad mayor en nuestras calles. Esa es la vara que realmente importa, mi gente.
Entonces, me pregunto: ¿Debería el Poder Judicial enfocarse más en mejorar la percepción ciudadana de la justicia, incluso si eso significa sacrificar un poco la eficiencia estadística? ¿O creen que estos números demuestran un avance real que merece ser celebrado, independientemente de cómo lo sienta la población? ¡Demos el rollo en los comentarios!
Según el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), hemos superado el “umbral óptimo” en la resolución de casos. Osea, que resolvemos más juicios de los que entran. Suena a maravilla, ¿verdad? Pero aquí en Costa Rica, vamos todos medio quemaditos con la justicia, así que esto suena a cuento chino, díganme si no tienen razón.
El informe, parte de su Estudio Comparado de Poderes Judiciales 2025, nos puso en el top de la tabla con un puntaje de 1.07. El CEJA dice que un puntaje de 1.0 es el ideal, donde justo se resuelven los mismos casos que llegan. Nosotros pasamos eso, ¡qué nivel!, pero la pregunta es: ¿esto realmente se siente en la calle?
A ver, miren esto: Perú y República Dominicana nos siguen de cerca, pero nosotros somos los únicos que estamos por arriba del punto ideal. Eso sí es decir, ¡a cachete! Pero mientras tanto, seguimos viendo cómo los delitos se acumulan y la gente pierde la fe en que van a tener justicia pronto. Un brete, ¿eh?
Y aquí viene el detalle: el CEJA mide la eficiencia general del sistema, no solo los juicios penales. Incluyen todo: demandas civiles, laborales, familiares... Todo eso cuenta. Entonces, claro que podemos ser buenos en resolver pleitos de varas, pero eso no soluciona el problema de la inseguridad que nos está comiendo vivo a los ticos.
Los del Poder Judicial están festejando este dato, diciendo que es prueba de su buen trabajo y de la dedicación de sus funcionarios. No les culpo, tienen razón en celebrar sus logros administrativos. Pero la verdad es que este primer lugar en el índice del CEJA es como si te dieran un trofeo por limpiar bien la oficina, cuando lo que necesitamos es que apaguen los incendios afuera.
Ahora, este dato les da a nuestros jueces una herramienta para defender su labor, sí, pero también los pone bajo lupa. Hay que demostrar que esa eficiencia se traduce en cosas tangibles para la gente: juicios más rápidos, sentencias más justas y, sobre todo, una sensación de seguridad mayor en nuestras calles. Esa es la vara que realmente importa, mi gente.
Entonces, me pregunto: ¿Debería el Poder Judicial enfocarse más en mejorar la percepción ciudadana de la justicia, incluso si eso significa sacrificar un poco la eficiencia estadística? ¿O creen que estos números demuestran un avance real que merece ser celebrado, independientemente de cómo lo sienta la población? ¡Demos el rollo en los comentarios!