¡Agüey! Se armó un buen jale allá en la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica e Israel. El sector empresarial anda eufórico, diciendo que esto les va a abrir unas puertas increíbles al Medio Oriente y le dará un empujón a la producción y la innovación. Vaya, parece que tenemos motivos para celebrar, aunque siempre hay que tomarlo con calma y ver cómo se desarrolla todo.
Ahora, pa' ponerle pila al asunto, este TLC viene en un momento bastante interesante. Como bien sabemos, nuestra economía ha estado buscando nuevos horizontes desde hace rato, y con razón. Sí, Estados Unidos sigue siendo nuestro socio comercial número uno – ¡y qué bueno que así sea!, seguimos dependiendo de ellos–, pero la verdad es que hemos visto crecer mucho las exportaciones hacia Asia. Según los números de la Promotora de Comercio Exterior, entre enero y agosto pasados tuvimos un crecimiento del 26% en ventas a ese lado del mundo. Eso, señores, es pa’ pensar y pa’ trabajar duro.
Y ojo, porque no cualquier cosita está impulsando esas cifras. Los dispositivos médicos y las manufacturas de metal precioso han sido los protagonistas, y precisamente esos mismos sectores son los que podrían sacar provecho de este nuevo acuerdo con Israel. Imaginen, tener acceso a un mercado de casi 10 millones de personas con buen poder adquisitivo... eso sí que es una vara interesante, chunche que puede cambiarle el panorama a varias empresas.
Ronald Lachner, presidente de AZOFRAS, no se anduvo con rodeos y dijo textualmente que esto fortalece la competitividad del país. Y ni hablar de las zonas francas, que representan un pedazo importante de nuestra economía, generando el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) y atrayendo gran parte de la inversión extranjera directa. Por eso, buscar nuevos mercados es fundamental, no nos podemos quedar quietos, diay.
Por otro lado, la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica (CRECEX) también está viendo las cosas con optimismo. Consideran que la alianza es una jugada estratégica en un mundo donde la competencia está más intensa que nunca. Reafirmaron su compromiso de apoyar a las empresas para que aprovechen todas estas oportunidades que nos da el TLC, y eso suena bien, vamos a ver si cumplen la promesa. Que no se vayan al traste con esto, ¡por favor!
Pero bueno, no todo es miel sobre hojuelas. Tenemos que estar pendientes de que este TLC realmente traiga beneficios tangibles, no solo promesas bonitas. Necesitamos asegurarnos de que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) tengan acceso a la información y al apoyo necesario para competir en un mercado globalizado. No queremos que esto se quede solamente en beneficio de las grandes empresas, sino que todos podamos sacarle provecho.
Además, es importante recordar que este TLC es solo una pieza más del rompecabezas. Seguimos necesitando mejorar nuestra infraestructura, reducir la burocracia y crear un ambiente favorable para la inversión. No podemos depender únicamente de un solo acuerdo comercial, necesitamos diversificar nuestros mercados y fortalecer nuestra economía desde adentro. ¡Qué carga tanto problema a veces!
En fin, el TLC con Israel es una oportunidad emocionante, pero también exige mucha responsabilidad y trabajo duro. Así que, mi gente, cuéntenme: ¿creen que este acuerdo será un punto de inflexión para la economía costarricense o simplemente otra vara más que terminará dando sobresaltos? ¿Cuáles son sus mayores expectativas y temores respecto a este nuevo capítulo en el comercio exterior de Costa Rica?
Ahora, pa' ponerle pila al asunto, este TLC viene en un momento bastante interesante. Como bien sabemos, nuestra economía ha estado buscando nuevos horizontes desde hace rato, y con razón. Sí, Estados Unidos sigue siendo nuestro socio comercial número uno – ¡y qué bueno que así sea!, seguimos dependiendo de ellos–, pero la verdad es que hemos visto crecer mucho las exportaciones hacia Asia. Según los números de la Promotora de Comercio Exterior, entre enero y agosto pasados tuvimos un crecimiento del 26% en ventas a ese lado del mundo. Eso, señores, es pa’ pensar y pa’ trabajar duro.
Y ojo, porque no cualquier cosita está impulsando esas cifras. Los dispositivos médicos y las manufacturas de metal precioso han sido los protagonistas, y precisamente esos mismos sectores son los que podrían sacar provecho de este nuevo acuerdo con Israel. Imaginen, tener acceso a un mercado de casi 10 millones de personas con buen poder adquisitivo... eso sí que es una vara interesante, chunche que puede cambiarle el panorama a varias empresas.
Ronald Lachner, presidente de AZOFRAS, no se anduvo con rodeos y dijo textualmente que esto fortalece la competitividad del país. Y ni hablar de las zonas francas, que representan un pedazo importante de nuestra economía, generando el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) y atrayendo gran parte de la inversión extranjera directa. Por eso, buscar nuevos mercados es fundamental, no nos podemos quedar quietos, diay.
Por otro lado, la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica (CRECEX) también está viendo las cosas con optimismo. Consideran que la alianza es una jugada estratégica en un mundo donde la competencia está más intensa que nunca. Reafirmaron su compromiso de apoyar a las empresas para que aprovechen todas estas oportunidades que nos da el TLC, y eso suena bien, vamos a ver si cumplen la promesa. Que no se vayan al traste con esto, ¡por favor!
Pero bueno, no todo es miel sobre hojuelas. Tenemos que estar pendientes de que este TLC realmente traiga beneficios tangibles, no solo promesas bonitas. Necesitamos asegurarnos de que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) tengan acceso a la información y al apoyo necesario para competir en un mercado globalizado. No queremos que esto se quede solamente en beneficio de las grandes empresas, sino que todos podamos sacarle provecho.
Además, es importante recordar que este TLC es solo una pieza más del rompecabezas. Seguimos necesitando mejorar nuestra infraestructura, reducir la burocracia y crear un ambiente favorable para la inversión. No podemos depender únicamente de un solo acuerdo comercial, necesitamos diversificar nuestros mercados y fortalecer nuestra economía desde adentro. ¡Qué carga tanto problema a veces!
En fin, el TLC con Israel es una oportunidad emocionante, pero también exige mucha responsabilidad y trabajo duro. Así que, mi gente, cuéntenme: ¿creen que este acuerdo será un punto de inflexión para la economía costarricense o simplemente otra vara más que terminará dando sobresaltos? ¿Cuáles son sus mayores expectativas y temores respecto a este nuevo capítulo en el comercio exterior de Costa Rica?
