¡Aguas, pura vida! Juan Carlos Hidalgo, el candidato del PUSC, le dio un buen meneo a la escena internacional llevando la problemática de la inseguridad y el narcotráfico en Costa Rica hasta Bruselas, Bélgica. Resulta que el mae estuvo invitáu pa la Asamblea Política del Partido Popular Europeo (PPE), un mondonguito político donde se deciden cositas gordas en Europa.
Y no es cualquier partido, el PPE controla la agenda de seguridad, digitalización y política exterior de toda la Unión Europea, ¡una carga! Hidalgo aprovechó la coyuntura pa soltarle duro al gobierno actual, acusándolos de tener una estrategia de lucha contra el narcotráfico que, según él, parece más bien un 'pacifismo con parálisis'. Lo que quiere decir, vamos, que han estado medio dormidos mientras los narcos se pasean como si fueran dueños del país.
El candidato socialcristiano no se anduvo con rodeos al denunciar cómo Costa Rica se ha convertido en un pasillo cómodo para el tráfico de drogas. Según Hidalgo, la infiltración en Puerto Moín –y eso sí da qué pensar– afecta directamente a puertos clave de Europa como Amberes, Róterdam, Hamburgo y Algeciras. Imagínate, el chunche que sale de acá llega hasta allá, ¡qué varada!
Como si fuera poco, el PPE escuchó a Hidalgo y metió sus propuestas en una resolución formal, ¡una chiva! Pidieron fortalecer la cooperación de Europol con Latinoamérica, especialmente para controlar las exportaciones marítimas. Pero ahí viene lo bueno: mencionaron específicamente a Puerto Moín como posible sede de un proyecto piloto de Europol. ¡Qué nivel!, estar en la mira de una organización así, aunque sea por malas razones.
Este proyecto piloto, si sale adelante, buscaría extenderse a otros países de la región. Es una oportunidad pa demostrar que podemos ponerle orden a la casa, pero también es un reto importante. No nos podemos echar para atrás ahora, ni jalar una torta con esto. Que quede claro que no es que estemos orgullosos de tener un puerto tan solicitado por los malos actores, sino que queremos mostrar que podemos cambiar la vara.
Pero no todo fue pólvora y retórica. David McAllister, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, también expresó su preocupación por los procesos democráticos y la polarización en Costa Rica. Vio en nosotros una oportunidad de proyectarnos como socios confiables y creíbles, y nos instó a que las elecciones del próximo año sean limpias y transparentes. Digamos que nos puso el dedo en el ojo, pero con respeto, diay.
La verdad es que la situación nos obliga a tomar cartas en el asunto. Ya no podemos seguir viendo cómo nuestros puertos se convierten en trampolines para el crimen organizado. Se necesita una estrategia clara y contundente, con inversión en tecnología, capacitación policial y fortalecimiento de las instituciones. Y eso, además de medidas punitivas severas para los culpables, implica apoyar iniciativas que brinden oportunidades reales a los jóvenes en riesgo, pa’ que no caigan en esas redes.
Ahora, la gran pregunta queda abierta: ¿Estamos realmente listos para recibir la lupa de Europol en Moín y afrontar el desafío de convertirnos en un ejemplo regional en la lucha contra el narcotráfico? ¿Será suficiente con la promesa de Hidalgo o necesitamos un cambio radical en nuestra forma de abordar la seguridad nacional?
Y no es cualquier partido, el PPE controla la agenda de seguridad, digitalización y política exterior de toda la Unión Europea, ¡una carga! Hidalgo aprovechó la coyuntura pa soltarle duro al gobierno actual, acusándolos de tener una estrategia de lucha contra el narcotráfico que, según él, parece más bien un 'pacifismo con parálisis'. Lo que quiere decir, vamos, que han estado medio dormidos mientras los narcos se pasean como si fueran dueños del país.
El candidato socialcristiano no se anduvo con rodeos al denunciar cómo Costa Rica se ha convertido en un pasillo cómodo para el tráfico de drogas. Según Hidalgo, la infiltración en Puerto Moín –y eso sí da qué pensar– afecta directamente a puertos clave de Europa como Amberes, Róterdam, Hamburgo y Algeciras. Imagínate, el chunche que sale de acá llega hasta allá, ¡qué varada!
Como si fuera poco, el PPE escuchó a Hidalgo y metió sus propuestas en una resolución formal, ¡una chiva! Pidieron fortalecer la cooperación de Europol con Latinoamérica, especialmente para controlar las exportaciones marítimas. Pero ahí viene lo bueno: mencionaron específicamente a Puerto Moín como posible sede de un proyecto piloto de Europol. ¡Qué nivel!, estar en la mira de una organización así, aunque sea por malas razones.
Este proyecto piloto, si sale adelante, buscaría extenderse a otros países de la región. Es una oportunidad pa demostrar que podemos ponerle orden a la casa, pero también es un reto importante. No nos podemos echar para atrás ahora, ni jalar una torta con esto. Que quede claro que no es que estemos orgullosos de tener un puerto tan solicitado por los malos actores, sino que queremos mostrar que podemos cambiar la vara.
Pero no todo fue pólvora y retórica. David McAllister, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, también expresó su preocupación por los procesos democráticos y la polarización en Costa Rica. Vio en nosotros una oportunidad de proyectarnos como socios confiables y creíbles, y nos instó a que las elecciones del próximo año sean limpias y transparentes. Digamos que nos puso el dedo en el ojo, pero con respeto, diay.
La verdad es que la situación nos obliga a tomar cartas en el asunto. Ya no podemos seguir viendo cómo nuestros puertos se convierten en trampolines para el crimen organizado. Se necesita una estrategia clara y contundente, con inversión en tecnología, capacitación policial y fortalecimiento de las instituciones. Y eso, además de medidas punitivas severas para los culpables, implica apoyar iniciativas que brinden oportunidades reales a los jóvenes en riesgo, pa’ que no caigan en esas redes.
Ahora, la gran pregunta queda abierta: ¿Estamos realmente listos para recibir la lupa de Europol en Moín y afrontar el desafío de convertirnos en un ejemplo regional en la lucha contra el narcotráfico? ¿Será suficiente con la promesa de Hidalgo o necesitamos un cambio radical en nuestra forma de abordar la seguridad nacional?
