¡Ay, Dios mío! La cosa está caliente allá en Honduras, raza. Las elecciones presidenciales siguen siendo un verdadero quilombo, con acusaciones de trampa, retrasos y un panorama político que parece sacado de una novela. La Organización de Estados Americanos (OEA) ya mandó un mensaje urgente pidiendo que le echenle a la verificación de votos, porque la incertidumbre ya está dando urticaria a todos.
Para ponerlos en el contexto, resulta que el pasado domingo fueron las elecciones, y desde entonces todo ha sido pura tensión. El candidato del partido Libre, Salvador Nasralla, ha levantado la voz contra el conteo, alegando que hay irregularidades de campeonato. Imagínense, ¡el mae anda quejándose a diestra y siniestra! El Consejo Nacional Electoral (CNE), que por cierto, tiene mayoría de diputados de derecha, va avanzando lento, muy lento, con el escrutinio, alimentando aún más la polémica y el descontento general.
Según los números oficiales, el empresario Nasry Asfura, del Partido Nacional, y Nasralla están empatados casi al pelo. ¡Pero ojo!, la candidata de Libre, Rixi Moncada, no se queda atrás, aunque sus posibilidades de ganar parecen más remotas dada la composición del CNE. La misión de la OEA ha hecho sonar todas las alarmas, señalando demoras, problemas técnicos y hasta falta de experiencia en el manejo de los sistemas informáticos utilizados para contar los votos. ¡Un fiasco tecnológico, vamos!
Y ni hablar del recurso de nulidad que presentaron los de Libre. Dicen que lo van a presentar, pero vamos, nadie espera milagros. Con ese CNE tan cargado de gente del otro bando, es prácticamente imposible que les den la razón. Esto huele a gallina podrida, mae, y la comunidad internacional lo sabe. Ya veo venir las protestas, las manifestaciones... ¡qué bronca!
Lo que más preocupa es la polarización extrema que vive Honduras. La gente está harta de la corrupción, de la desigualdad, de la violencia… y ahora, encima, tienen que lidiar con estas elecciones fraudulentas. No es ninguna sorpresa que haya nerviosismo y que la situación pueda escalar rápidamente si no se toman medidas urgentes. Pobre pueblo hondureño, siempre metido en bretes difíciles.
Desde Washington, la OEA insiste en que se agilice la revisión de las actas electorales y que se garantice la transparencia del proceso. Pero, ¿realmente creen que van a escuchar? El tiempo dirá. Lo importante es que la comunidad internacional esté atenta a lo que pasa en Honduras y que ejerza presión para que se respeten los derechos de los ciudadanos y se asegure un resultado justo. Porque si no, la cosa puede terminar muy fea.
Ahora, hablando claro, esto de Honduras nos debería hacer pensar también en cómo funciona nuestra democracia aquí en Costa Rica. Aunque somos considerados un país modelo en la región, siempre hay espacio para mejorar y fortalecer nuestras instituciones. Recordemos que la estabilidad y la paz social dependen de que todos jugamos limpio y que respetemos las reglas del juego. ¡No queremos acabar como Honduras, eh!
Así que, mi gente, díganme: ¿creen que la OEA logrará presionar al gobierno hondureño para que haga lo correcto y garantice unas elecciones transparentes y justas? ¿O estamos viendo el principio de una crisis política aún mayor? Dejen sus opiniones en el foro, ¡quiero leerlas!
Para ponerlos en el contexto, resulta que el pasado domingo fueron las elecciones, y desde entonces todo ha sido pura tensión. El candidato del partido Libre, Salvador Nasralla, ha levantado la voz contra el conteo, alegando que hay irregularidades de campeonato. Imagínense, ¡el mae anda quejándose a diestra y siniestra! El Consejo Nacional Electoral (CNE), que por cierto, tiene mayoría de diputados de derecha, va avanzando lento, muy lento, con el escrutinio, alimentando aún más la polémica y el descontento general.
Según los números oficiales, el empresario Nasry Asfura, del Partido Nacional, y Nasralla están empatados casi al pelo. ¡Pero ojo!, la candidata de Libre, Rixi Moncada, no se queda atrás, aunque sus posibilidades de ganar parecen más remotas dada la composición del CNE. La misión de la OEA ha hecho sonar todas las alarmas, señalando demoras, problemas técnicos y hasta falta de experiencia en el manejo de los sistemas informáticos utilizados para contar los votos. ¡Un fiasco tecnológico, vamos!
Y ni hablar del recurso de nulidad que presentaron los de Libre. Dicen que lo van a presentar, pero vamos, nadie espera milagros. Con ese CNE tan cargado de gente del otro bando, es prácticamente imposible que les den la razón. Esto huele a gallina podrida, mae, y la comunidad internacional lo sabe. Ya veo venir las protestas, las manifestaciones... ¡qué bronca!
Lo que más preocupa es la polarización extrema que vive Honduras. La gente está harta de la corrupción, de la desigualdad, de la violencia… y ahora, encima, tienen que lidiar con estas elecciones fraudulentas. No es ninguna sorpresa que haya nerviosismo y que la situación pueda escalar rápidamente si no se toman medidas urgentes. Pobre pueblo hondureño, siempre metido en bretes difíciles.
Desde Washington, la OEA insiste en que se agilice la revisión de las actas electorales y que se garantice la transparencia del proceso. Pero, ¿realmente creen que van a escuchar? El tiempo dirá. Lo importante es que la comunidad internacional esté atenta a lo que pasa en Honduras y que ejerza presión para que se respeten los derechos de los ciudadanos y se asegure un resultado justo. Porque si no, la cosa puede terminar muy fea.
Ahora, hablando claro, esto de Honduras nos debería hacer pensar también en cómo funciona nuestra democracia aquí en Costa Rica. Aunque somos considerados un país modelo en la región, siempre hay espacio para mejorar y fortalecer nuestras instituciones. Recordemos que la estabilidad y la paz social dependen de que todos jugamos limpio y que respetemos las reglas del juego. ¡No queremos acabar como Honduras, eh!
Así que, mi gente, díganme: ¿creen que la OEA logrará presionar al gobierno hondureño para que haga lo correcto y garantice unas elecciones transparentes y justas? ¿O estamos viendo el principio de una crisis política aún mayor? Dejen sus opiniones en el foro, ¡quiero leerlas!