¡Pero qué chimba, raza! Parece que la creatividad pura está brotando en nuestros colegios. Un grupo de estudiantes ha levantado el vuelo con el primer Festival Costarricense de Cine para Jóvenes, demostrando que el talento audiovisual no discrimina edad. Esto sí que es darle una patadita inicial a las próximas estrellas de la pantalla grande, diay.
Todo empezó como un brete en el club de cine de Berkeley Academy hace unos dos años. Gianni Swing y Gabriel Chaves, esos másters del séptimo arte en versión estudiantil, se dieron cuenta de que había pocas opciones pa’ mostrar sus cortos y los de otros jóvenes cinéfilos del país. Así que, en vez de irse al traste lamentándose, dijeron: ‘¿Y si armamos nosotros nuestro propio festival?’ ¡Qué nivel!
Ahora, el 21 de noviembre, Studio Cinemas en City Place va a temblar con las proyecciones del festival. La Costa Rican Youth Film Association (CRYFA), aún en proceso de registrarse oficialmente, ha contactado a estudiantes de varios colegios, creando una red de creadores audiovisuales llenos de ganas de hacer ruido. Se espera ver propuestas frescas y originales, salidas directamente de la mente de los jóvenes ticos.
El festival está abierto a cortometrajes hechos por jóvenes entre 14 y 25 años, aunque los organizadores aseguran que quieren mantener un ambiente inclusivo. Buscan eso sí, proyectos que respondan al tema central del festival: “Crear una voz para quienes han sido silenciados”. Una llamada poderosa a usar el cine como herramienta pa’ cambiar la realidad, pa’ visibilizar las luchas y experiencias de aquellos que no tienen micrófono.
Y ni hablar de los premios, porque ahí sí hay incentivos reales. El primer lugar se lleva $250, y el segundo, $100. Pero lo mejor de todo es la oportunidad de ver sus obras proyectadas en pantalla grande, frente a un público listo para aplaudir y emocionarse. Ya hasta consiguieron que Daniel Moreno, un ícono del cine nacional, forme parte del jurado. ¡Eso sí que es credencial!
Pero esto no es solo competencia; también es una plataforma pa’ que los propios organizadores muestren su trabajo. Gianni Swing presentará “Asian Footprints”, un documental que explora la historia y los desafíos de la comunidad asiática en Costa Rica, un tema poco explorado en nuestra cinematografía. Y Gabriel Chaves nos traerá “Perseverancia”, un corto que le da una mirada humana al mundo del fútbol, enfocándose en la vida de Daniel Colindres y mostrando a los jugadores con una sensibilidad diferente, alejándose de los clichés deportivos.
Para los que quieran darse el gusto de disfrutar de estas joyas cinematográficas, habrá un combo de snacks por ¢5.500 que incluye palomitas y una bebida. Los organizadores invitan a todos a seguir las redes sociales de CRYFA pa' estar al tanto de las inscripciones y los detalles finales. Quieren que este festival sea un semillero de talento, un espacio seguro donde los jóvenes puedan expresarse libremente y compartir sus historias con el mundo, que les escuchen y se conecten con ellas. “Queremos que los jóvenes tengan un espacio para expresarse, compartir sus ideas y contar historias que merecen ser escuchadas”, afirmaron los jóvenes fundadores.
En fin, parece que estamos ante el nacimiento de algo grande. Este festival no solo es una vitrina para el talento juvenil, sino también una muestra de que, incluso en tiempos difíciles, los jóvenes ticos tienen la energía y la creatividad pa’ construir un futuro mejor, imagen tras imagen. Ahora dime, ¿qué tipo de historias crees que deberían priorizarse en estos festivales juveniles? ¿Deberían enfocarse en temas sociales urgentes o permitir mayor libertad creativa?
Todo empezó como un brete en el club de cine de Berkeley Academy hace unos dos años. Gianni Swing y Gabriel Chaves, esos másters del séptimo arte en versión estudiantil, se dieron cuenta de que había pocas opciones pa’ mostrar sus cortos y los de otros jóvenes cinéfilos del país. Así que, en vez de irse al traste lamentándose, dijeron: ‘¿Y si armamos nosotros nuestro propio festival?’ ¡Qué nivel!
Ahora, el 21 de noviembre, Studio Cinemas en City Place va a temblar con las proyecciones del festival. La Costa Rican Youth Film Association (CRYFA), aún en proceso de registrarse oficialmente, ha contactado a estudiantes de varios colegios, creando una red de creadores audiovisuales llenos de ganas de hacer ruido. Se espera ver propuestas frescas y originales, salidas directamente de la mente de los jóvenes ticos.
El festival está abierto a cortometrajes hechos por jóvenes entre 14 y 25 años, aunque los organizadores aseguran que quieren mantener un ambiente inclusivo. Buscan eso sí, proyectos que respondan al tema central del festival: “Crear una voz para quienes han sido silenciados”. Una llamada poderosa a usar el cine como herramienta pa’ cambiar la realidad, pa’ visibilizar las luchas y experiencias de aquellos que no tienen micrófono.
Y ni hablar de los premios, porque ahí sí hay incentivos reales. El primer lugar se lleva $250, y el segundo, $100. Pero lo mejor de todo es la oportunidad de ver sus obras proyectadas en pantalla grande, frente a un público listo para aplaudir y emocionarse. Ya hasta consiguieron que Daniel Moreno, un ícono del cine nacional, forme parte del jurado. ¡Eso sí que es credencial!
Pero esto no es solo competencia; también es una plataforma pa’ que los propios organizadores muestren su trabajo. Gianni Swing presentará “Asian Footprints”, un documental que explora la historia y los desafíos de la comunidad asiática en Costa Rica, un tema poco explorado en nuestra cinematografía. Y Gabriel Chaves nos traerá “Perseverancia”, un corto que le da una mirada humana al mundo del fútbol, enfocándose en la vida de Daniel Colindres y mostrando a los jugadores con una sensibilidad diferente, alejándose de los clichés deportivos.
Para los que quieran darse el gusto de disfrutar de estas joyas cinematográficas, habrá un combo de snacks por ¢5.500 que incluye palomitas y una bebida. Los organizadores invitan a todos a seguir las redes sociales de CRYFA pa' estar al tanto de las inscripciones y los detalles finales. Quieren que este festival sea un semillero de talento, un espacio seguro donde los jóvenes puedan expresarse libremente y compartir sus historias con el mundo, que les escuchen y se conecten con ellas. “Queremos que los jóvenes tengan un espacio para expresarse, compartir sus ideas y contar historias que merecen ser escuchadas”, afirmaron los jóvenes fundadores.
En fin, parece que estamos ante el nacimiento de algo grande. Este festival no solo es una vitrina para el talento juvenil, sino también una muestra de que, incluso en tiempos difíciles, los jóvenes ticos tienen la energía y la creatividad pa’ construir un futuro mejor, imagen tras imagen. Ahora dime, ¿qué tipo de historias crees que deberían priorizarse en estos festivales juveniles? ¿Deberían enfocarse en temas sociales urgentes o permitir mayor libertad creativa?